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Cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando en 2016

Victor Perez Rodriguez

Cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy

Si Marty McFly y Doc de verdad aterrizasen en 2016 se sorprenderían al ver que los vinilos vuelven a estar de moda, las cámaras Polaroid viven una segunda juventud y los disquetes todavía no han sido fulminados de la tierra. En la siguiente lista repasamos cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy.

Si tienes menos de 20 años lo más seguro es que no hayas oído hablar nunca del Betamax, un formato de vídeo inventado por Sony allá por 1975 que perdió la batalla contra el VHS a pesar de tener algunas ventajas al ofrecer mayores líneas de resolución y tener un tamaño más compacto.

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Claro que si naciste después del año 1990 es bastante probable que no hayas tenido jamás en las manos una cinta VHS, no sepas cómo rebobinar un casette, poner en funcionamiento un tocadiscos o utilizar un viejo teléfono de disco.

"Vivimos en una sociedad exquisitamente dependiente de la ciencia y la tecnología, en la que casi nadie sabe nada acerca de ciencia y tecnología", resumió una vez el extraordinario Carl Sagan.

La tecnología avanza imparable en casi todos los campos, aunque algunos se resisten a unos avances que a la vez que nos facilitan la vida obligan a cualquier mortal a una actualización casi constante, forzada por los nuevos adelantos pero también por la obsolescencia programada.

La tecnología de hoy pertenece ya casi al pasado, pero algunos elementos han sobrevivido con una fuerza insólita a los nuevos tiempos y gozan de una sorprendente segunda juventud como el caso del vinilo, que parece decidido a enterrar al CD-ROM cuando nadie daba un duro por ello a principios de este siglo.

En la siguiente lista repasamos cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy. Quizás no sea tu caso a nivel personal, pero lo más seguro es que conozcas a alguien de tu entorno que siga teniendo en su casa alguna de estas tecnologías.

Disquetes

Cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy

La informática era mucho más entretenida hace veinte años. Para instalar Windows 95, por ejemplo, era necesario utilizar 13 disquetes que el usuario debía ir introduciendo uno a uno en la disquetera, con los dedos crizados por el comprensible miedo a que cualquiera de ellos pudiese estar dañado por el motivo más nimio.

El disquete nació a finales de los años sesenta y acompañó a los amantes de la informática durante más de dos décadas, con ligeros cambios y mejoras que a día de hoy parecen minúsculos. 

Un disquete es un soporte de almacenamiento magnético encerrado en una carcasa de plástico cuadrada o rectangular -dependiendo del formato- que se utilizaba en un ordenador como disco de arranque, para trasladar datos de un PC a otro o para instalar programas.

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Para utilizar un disquete es imprescindible disponer de una disquetera física, un elemento integrado en la inmensa mayoría de los ordenadores durante las últimas cuatro décadas pero que ha empezado a desaparecer por su falta de uso, hasta el punto de que los más jóvenes ni siquiera imagina cómo puede funcionar. 

Los más nostálgicos, en cambio, recordarán esa maravillosa facilidad que tenían los disquetes para estropearse con el tiempo, lo que convertía en un reto instalar un programa o una aplicación pesada antes de que apareciese el CD-ROM.

El CD relegó al disquete para muchos usos, pero son las memorias USB las que amenazan con dar la puntilla definitiva a esta tecnología. Las diferencias son aplastantes: un stick USB de 8GB, por ejemplo, equivaldría a más de 5.000 disquetes.

Los nostálgicos recordarán la facilidad que tenían los disquetes para ensuciarse o estropearse con el tiempo y la enorme cantidad de ellos que era necesario utilizar para instalar programas, videojuegos o un sistema operativo como Windows.

Buena parte de las placas base que se venden en la actualidad todavía dan soporte a este formato de almacenamiento porque los disquetes durante mucho tiempo han sido el formato preferido como sistema de arranque en caso de problemas, aunque es evidente que hoy resulta mucho más cómodo utilizar una memoria flash USB para ese propósito.

Los disquetes, eso sí, no han llegado a desaparecer. El fiscal Jorge Bermúdez denunciaba hace unos meses que en el mundo de la judicatura todavía hay gente utilizan los disquetes para mover información de un ordenador a otro.

Son casos aislados, pero todavía existen, al igual que se utilizan toneladas de papel que podrían sustituirse por documentos electrónicos que se podrían intercambiar a través de correo electrónico o en mano con memorias USB. La sentencia definitiva de los disquetes está por llegar.

Cámaras instantáneas Polaroid

Cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy

Encontrar una vieja Polaroid en casa se ha convertido en todo un negocio. Las viejas cámaras instantáneas vuelven con fuerza de la mano de los más jóvenes, tan atraídos como hace 20 años por la magia de sacar una foto al instante.

Polaroid revolucionó el mundo de la fotografía en 1947 al presentar una cámara que revelaba y positiva una imagen en solo 60 segundos. Aquella cámara, una proeza tecnológica para aquella época, se convirtió en el regalo por excelencia durante décadas pero fueron quedando relegadas por el empuje de las cámaras compactas analógicas y, más tarde, digitales.

En 2007 la empresa anunció que iba a dejar de fabricar estas cámaras y un año más tarde comunicó que tampoco seguiría fabricando los rollos de película que hacían posible imprimir las fotografías.

Sin embargo, en los últimos años las Polaroid se han puesto de moda hasta tal punto de que una de las antiguas fábricas de la compañía en Enschede (Países Bajos) es hoy el cuartel general de The Impossible Project, una organización que se dedica a desarrollar y dar soporte a las cámaras de fotos instantáneas.

The Impossible Project, por ejemplo, ha sacado al mercado una especie de cámara-impresora portátil denominada Instant Lab Universal que se monta en un smartphone y es capaz de imprimir en el acto las fotografías realizadas con el móvil con el formato de las antiguas Polaroid.

Otro ejemplo de que las cámaras instantáneas vuelven a estar de moda es Socialmatic, una cámara digital desarrollada en conjunto entre Polaroid e Instagram que dispone de 4 GB de memoria interna, ranura para tarjetas SD y Wi-Fi en un formato muy compacto que permite compartir las imágenes en redes sociales o imprimirlas en un minuto.

Si eres amante de las cámaras instantáneas retro uno de los mejores regalos de estos momentos probablemente sea la Polaroid Snap, una cámara digital compacta de 10 megapíxeles que puede imprimir imágenes en 2x3" utilizando papel Zink sin tinta o guardar las fotos en una tarjeta microSD, todo ello por menos de 100 euros

CDs

Cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy

El CD, o cederrón según la RAE, es una de las tecnologías obsoletas que seguimos utilizando en pleno 2016 por más que no parezca increíble ante el empuje de los DVDs, Blu-Rays y las memorias físicas externas que permiten un almacenamiento muchísimo mayor.

El CD es un disco compacto que utiliza rayos láser para almacenar y leer grandes cantidades de información en formato digital que nació a finales de los sesenta y se popularizó en buena medida por la apuesta del maestro Herbert von Karajan.

El conocido director de orquesta se dejó la piel para que el resto del mundo entendiera las posibilidades que abría el CD y, de hecho, dirigió la Sinfonía Alpina de Richard Strauss interpretada por la Filarmónica de Berlín que se convirtió en la primera grabación en CD de toda la historia.

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A mediados de los años ochenta el CD dio el salto a la informática, permitiendo almacenar en su versión más extendida hasta 700 MB de datos, para convertirse en un aliado fundamental para la distribución de aplicaciones, sistemas operativos y videojuegos.

El CD también facilitó mucho el trabajo a los piratas, lo que derivó en algunos países como España en un canon digital que imponía un sobrecoste en el precio de venta de los CDs vírgenes al presumir que el comprador los iba a utilizar para realizar copias no autorizadas de contenido protegido con derechos de autor, una medida que sería declarada ilegal por la UE.

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Nadie duda, tampoco los datos de ventas, que los CDs están en pleno retroceso. Pero siguen siendo un formato utilizado para espantar a los pájaros escuchar música en el coche, guardar copias de seguridad de algunos programas o, en algunos casos dentro de la Administración, para pasar documentos sensibles -archivos de texto, bases de datos, cuentas y balances- de un ordenador a otro, resistiendo más de lo normal ante las ventajas de las memorias USB. 

Vinilos

Cinco tecnologías obsoletas que seguimos utilizando hoy

Uno de los mejores ejemplos de tecnología obsoleta que todavía se utiliza hoy es el disco de vinilo, un objeto preciado para los coleccionistas y que vuelve a estar de moda entre los más modernos.

La resurrección del vinilo es uno de los fenómenos más peculiares, porque son precisamente los jóvenes entusiastas de la música los que más abrazan la vuelta a este formato que en 1988 perdió su posición de privilegio en beneficio del CD.

¿Es mejor el sonido del vinilo que el del CD? En teoría sí, y precisamente es una de las principales razones por las que los vinilos vuelven a estar en boca de todo el mundo.

En realidad la diferencia es escasa y en cualquier caso irrelevante para el oído humano. Los fetichistas se escudan en que el vinilo aporta un toque de calidez, pero omiten que la calidad del sonido baja con cada reproducción del vinilo.

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Ahora, mientras el CD parece estar muriendo, el vinilo crece en casi todos los rincones del planeta. Según datos de Nielsen, el año pasado en Estados Unidos la venta de vinilos creció un 52 por ciento.

Lo mismo sucede en España, con un espectacular aumento de las ventas de un 85% respecto al 2013 gracias a los 260.000 LPs vendidos el año pasado según datos de Promusicae. 

Máquinas de escribir

Tecnologías obsoletas que se utilizan a día de hoy: máquina de escribir

El último de los ejemplos de esta lista de tecnologías obsoletas que vuelven a estar de moda es la máquina de escribir. 

El sonido de sus teclas atrae a los más nostálgicos, con enamorados de la talla de Wes Anderson o Tom Hanks, que incluso ha impulsado Hanx Writer, un procesador de texto que convierte el iPad en una máquina de escribir.

Hemingwrite es una máquina de escribir que mezcla el encanto de las máquinas antiguas con la última tecnología al sustituir el papel con una pantalla de tinta electrónica de 6 pulgadas y una resolución de 300 puntos por pulgada que es capaz de almacenar hasta 1 millón de páginas llenas de texto.

El encanto de utilizar una máquina de escribir es indiscutible, pero además aporta algunas ventajas al no necesitar electricidad, ser más seguras que cualquier dispositivo electrónico o ser mucho más estéticas que cualquier ordenador que se precie. 

La máquina de escribir todavía sigue siendo un objeto imprescindible en algunos países en vías de desarrollo donde el acceso al mundo de la informática está muy lejos de ser universal.

Algunas variantes han llegado con excelente salud al presente. Incluso en España. En el Congreso de los Diputados varios taquígrafos profesionales utilizan la estenotipia para trasladar lo que se dice en cada sesión a negro sobre blanco, dando lugar a documentos tan históricos como la proclamación de Felipe VI como Rey de España.

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