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Consejos y claves para comprar una tarjeta gráfica

Consejos y claves para comprar una tarjeta gráfica

La tarjeta gráfica es un componente complejo ya que es capaz de procesar datos por sí mismo, de forma similar a como lo hace el propio ordenador.

En la tarjeta gráfica se han insertado una unidad de procesamiento gráfico o GPU (de sus siglas en inglés) y una serie de chips de memoria que permiten crear y procesar una serie de datos de forma independiente del procesador principal del ordenador.

Este proceso está dedicado en exclusiva al procesamiento de datos relacionados con los gráficos que luego se mostrarán en pantalla.

Una tarjeta gráfica es un sistema de computación en sí misma.

Utilizando este procesador auxiliar, se le quita toda esa carga de trabajo al procesador principal del ordenador, por lo que es capaz de ofrecer mejores gráficos y con un rendimiento mayor.

No obstante, según el uso que vayas a hacer del PC, es posible que no necesites más tarjeta gráfica que la que probablemente ya lleva integrada tu procesador.

¿Integrada o dedicada?

En función del uso que vaya a tener el equipo, puede ser suficiente la tarjeta gráfica que ya viene integrada en algunos procesadores como los de la familia Core i3, Core i5 o Core i7 de Intel o en los A6, A8 y A10 de AMD.

Por ejemplo, si el ordenador va a usarse para ofimática, o para un uso general con un rendimiento medio, el chip gráfico integrado en el procesador puede ser suficiente para mostrar el contenido de tus programas y vídeos en pantalla.

Estos chips gráficos integrados utilizan parte de la memoria RAM disponible en el equipo para procesar los gráficos, por lo que comparte los recursos con el procesador principal y pueden llegar a ralentizar el funcionamiento del equipo.

Si no necesitas mucha potencia gráfica,con el chip gráfico integrado en la CPU tendrás suficiente.

En cambio, si quieres reproducir contenido multimedia en ultra alta definición (4K UHD) o vas a configurar un equipo para juegos, necesitarás añadir una tarjeta gráfica dedicada para mejorar el rendimiento gráfico del PC y, además, esta tiene que contar con la potencia suficiente como para procesar los últimos juegos hiperrealistas, en una pantalla Full HD y hacerlo de forma fluida para que no se aprecien tirones durante la acción.

Estas tarjetas dedicadas incluyen sus propias memorias RAM y sus procesadores, por lo que la incidencia sobre el rendimiento no es apreciable.

Tarjetas gráficas para videojuegos

Dado que existen diferentes tipos de tarjetas gráficas orientadas a distintos usos, vamos a darte algunas claves para que elijas la adecuada para tus necesidades.

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La mayoría de tarjetas gráficas dedicadas se pueden englobar, con mayor o menor rendimiento, dentro de la categoría dedicada al procesamiento de contenido multimedia o juegos. Pero tal y como sucede en el resto de componentes de tu PC, la potencia de los componentes marca una gran diferencia.

Si tienes pensado montarte un ordenador para jugar a los últimos juegos, tenemos malas noticias para ti ya que te va a tocar rascarte el bolsillo. En este tipo de configuraciones, la tarjeta gráfica cobra una especial relevancia y puede suponer más del 30% del presupuesto previsto para todo el ordenador.

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En este tipo de configuraciones, también deberás tener en cuenta el rendimiento del procesador ya que, si este no es lo suficientemente potente como para gestionar los datos que le llegan desde el procesador gráfico, limitará el rendimiento de la tarjeta gráfica, por lo que la estarás infrautilizando.

Además de la potencia del procesador gráfico que ofrece cada modelo de tarjeta gráfica, también debes tener en cuenta la cantidad de memoria de cada modelo y su velocidad ya que, aunque dos tarjetas integren el mismo chip gráfico, cada ensamblador lo puede modificar a su antojo y combinarlos con otros componentes de mayor o menor rendimiento.

Algunos ensambladores pueden optar por integrar más cantidad de memoria de vídeo a la tarjeta gráfica, pero esta puede ser más lenta (GDDR3 en lugar de GDDR5).

Cada fabricante instala sus componentes y memorias.

En estos casos es recomendable buscar siempre el modelo con la memoria más rápida, aunque tenga menos cantidad. De poco sirve poder almacenar muchos datos para tenerlos preparados cuando los necesite el chip gráfico, si cuando tiene que transmitírselos, no lo hace a la velocidad adecuada y lo ralentiza.

Tarjetas gráficas para multimedia

Muchos de los chips gráficos integrados en los procesadores actuales ya soportan incluso la reproducción de contenido en 4K. Pero, de todas formas, lo ideal para sacarle el máximo rendimiento es utilizar una tarjeta dedicada adaptada a las necesidades de tu equipo.

La necesidad de una tarjeta gráfica dedicada se hace más notoria cuando realizas trabajos de edición gráfica o fotográfica. En esos dos ámbitos, contar con una tarjeta gráfica solvente marcará la diferencia a la hora de procesar los archivos resultantes.

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Tarjetas gráficas profesionales

Además de las tarjetas gráficas dedicadas al ocio multimedia o para los videojuegos, existen otro tipo de tarjetas gráficas orientadas a tareas profesionales de renderizado 3D y otras funciones de generación de diseños.

Las tarjetas gráficas profesionales no ofrecen un buen rendimiento en juegos, pero sí en renderizado

Estas tarjetas no sirven para ejecutar juegos, ni las tarjetas gráficas más potentes para juegos rinden lo suficiente en este tipo de tareas, ni estas tarjetas rinden lo suficiente como para ejecutar juegos exigentes, puesto que no han sido diseñadas para esa tarea específica.

Si estás configurando una estación de trabajo que va estar dedicada al renderizado 3D de texturas, lo mejor es que consultes las recomendaciones técnicas de los programas que vas a utilizar. Este tipo de tarjetas gráficas son fácilmente identificables por sus altos precios.

Sistema de refrigeración y sonoridad

La tarjeta gráfica, junto al procesador del ordenador, son los componentes que más sufren los rigores del calor. Por lo que elegir una tarjeta gráfica que incorpore un buen sistema de refrigeración será importante para la durabilidad del componente y para el confort del usuario.

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Cuanto mejor sea el sistema de refrigeración que monta la tarjeta gráfica, mayor cantidad de calor será capaz de disipar y los ventiladores necesitarán menos revoluciones para mantenerlo fresco, por lo que incidirá directamente sobre el ruido que generará el ordenador.

Los ensambladores ofrecen diferentes modelos que integran el mismo procesador gráfico con varios sistemas de refrigeración alternativos. Elige el adecuado para tu ordenador.

Por ejemplo, si tu PC va a usarse como equipo multimedia, puedes optar por los sistemas de refrigeración pasivos para tu tarjeta gráfica que cuentan con disipadores sobredimensionados y que, al carecer de ventiladores, no generan ningún ruido. Esto lo convierten en el componente ideal para los Home Theater PC (HTPC) u ordenadores de salón.

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Salidas de vídeo

Algo similar sucede con los distintos tipos de conectores de vídeo que tienen las tarjetas gráficas en su parte trasera. Aunque encuentres varios modelos de diferentes ensambladores con el mismo chip gráfico, cada marca dota a sus tarjetas con diferentes configuraciones de conectores de vídeo.

Elegir los conectores adecuados para conectar tus monitores a la resolución que necesitas, te evitará tener que usar adaptadores a la hora de conectar diferentes tipos de monitores a tu ordenador.

Fíjate en la resolución máxima que soporta cada tipo de conector de la tarjeta gráfica y decide si es la adecuada para cubrir tus necesidades.

Fíjate en los conectores de la tarjeta gráfica

AGP, PCI, PCI-e y otros conectores de expansión

A la hora de elegir una tarjeta gráfica debes tener muy presente el tipo de conector a la placa base que necesitas.

Actualmente, todas las placas base cuentan con conectores PCI-e o PCI Express para la tarjeta gráfica, pero si tu placa base ya tiene algunos años, es posible que la tarjeta gráfica necesite un conector con formato PCI o AGP.

Más allá de la diferencia física entre los distintos formatos de conectores de las tarjetas gráficas, también hay una diferencia de rendimiento.

Los distintos conectores AGP, PCI y PCI-e para las tarjetas gráficas

A medida que se han ido haciendo más y más potentes, han necesitado más ancho de banda para llevar toda la información que eran capaces de procesar las GPU actuales, por lo que los conectores han ido evolucionando para cubrir ese aumento de la velocidad de transferencia.

Dentro del conector PCI-e o PCI-Express, que es el más habitual actualmente, encontrarás tarjetas gráficas con una versión PCI-Express 2.0 y otras con PCI-Express 3.0.

A nivel de conector, ambas son compatibles y funcionarán perfectamente, pero si tu placa base cuenta con soporte para PCI-Express 3.0 y le conectas una tarjeta gráfica PCI-Express 3.0, su velocidad de transferencia será mayor y le permitirá un mayor ancho de banda, con lo que la tarjeta gráfica rendirá algo más que si la conectas a una placa con conector PCI-Express 2.0.

Procesadores paralelos

Tal y como comentábamos al principio de esta guía sobre cómo elegir tu tarjeta gráfica, las tarjetas gráficas son en sí mismas sistemas completos de computación ya que son capaces de gestionar y procesar por sí mismas los cálculos necesarios para producir la imagen que ves en pantalla, sin necesidad de que el procesador del ordenador intervenga en ese proceso o minimizando su intervención.

Esta característica la utilizan algunas aplicaciones para llevar a cabo sus procesos y optimizar los resultados.

El procesamiento paralelo aprovecha toda la potencia de los chips gráficos

El procesamiento paralelo se basa en asignar una tarea al procesador gráfico o GPU. Entonces, el procesador descompone esa tarea entre un número determinado de subprocesadores de que dispone, de forma que cada uno de ellos realiza un cálculo sencillo y los resultados se van uniendo hasta completar la tarea y el procesador gráfico devuelve el resultado.

Teniendo en cuenta que estos subprocesadores se pueden contar por miles en cada tarjeta gráfica, ya imaginarás que resolver esas tareas con miles de pequeños procesadores trabajando de forma independiente, es mucho más rápido que un solo procesador por muy potente que éste sea.

En los modelos de Nvidia, estos pequeños procesadores reciben el nombre de núcleos CUDA (CUDA Cores), mientras que en las tarjetas de AMD ATI son los procesadores Stream.

Cada arquitectura utiliza los subprocesadores de forma distinta, por lo que no son equiparables.

Cada arquitectura gestiona de forma diferente este tipo de procesadores paralelos, por lo que 1.000 núcleos CUDA de Nvidia no equivalen a la misma potencia que 1.000 procesadores Stream de ATI. Pero dentro de cada arquitectura, sí se aprecia diferencia en el número de núcleos.

La interfaz de memoria o bus de memoria

Independientemente de la cantidad de memoria de vídeo o de su tipo (GDDR3, GDDR4, GDDR5, etc…), el fabricante también te especificará el valor de la interfaz de memoria.

Este parámetro se expresa en bits e indica el tamaño de la interfaz de comunicación entre el procesador gráfico y sus memorias. Es decir, la capacidad para llevar el mayor número de datos desde las memorias de vídeo al procesador gráfico. Cuanto mayor sea ese valor, mayor capacidad de proceso tiene la tarjeta y, por lo tanto, mayor rendimiento.

Actualmente lo más habitual es encontrarse tarjetas con una interfaz de memoria de 128, 256, 384 e incluso de 512 bits.

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DirectX y OpenGL

DirectX es una interfaz de programación desarrollada por Microsoft cuyo objetivo es simplificar la tarea de interpretación de instrucciones entre los diferentes componentes de software.

Si la tarjeta gráfica soporta la última versión de DirectX será capaz de gestionar de forma más eficaz esas instrucciones, por lo que su rendimiento con los juegos o aplicaciones que utilicen DirectX será muy superior.

El 29 de julio de 2015 se presentó oficialmente la última versión de DirectX 12, por lo que la mayoría de las tarjetas gráficas del mercado soportan versiones DirectX 11, 11.1, 11.2 y 11.3.

OpenGL se comporta de forma similar a DirectX. La versión actual es OpenGL 4.4.

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Overclock de fábrica

La técnica del Overclock consiste en subir la frecuencia del procesador o de las memorias para hacerlas trabajar más rápido de lo que lo hacen de serie.

Algunos fabricantes realizan Overclock a sus tarjetas gráficas para obtener más rendimiento.

Esta es una práctica habitual entre los usuarios más expertos, pero desde hace unos años, los fabricantes también la utilizan para darle un extra de potencia a determinados modelos de su catálogo arañando algunos Megahercios a las frecuencias de las memorias o del procesador. Es, por decirlo de una forma sencilla, una versión vitaminada de un modelo que ya existe.

Los fabricantes indican esta característica en el nombre del modelo de forma que, por ejemplo, puedes encontrarte un modelo Radeon R9 270X 2GB GDDR5 y otro Radeon R9 270X 2GB OC GDDR5.

Ambas pueden pasar por ser la misma a simple vista, pero a la hora de la verdad, la versión OC siempre ofrecerá un rendimiento ligeramente superior.

¿Cuántas tarjetas necesitas?

Si ya tienes claro que lo que necesitas es una configuración multitarjeta, es decir que vas a instalar varias tarjetas gráficas conectadas entre sí para que funcionen de forma conjunta, debes tener en cuenta que las tarjetas tienen que soportar ese tipo de conexiones, ya que necesitan un conector específico en la placa de silicio de la tarjeta gráfica para conectar ambas tarjetas con un cable especial dedicado, que hace de puente entre ambas tarjetas, y que precisamente recibe ese nombre (bridge).

El conector bridge conecta ambas dos tarjetas para que trabajen de forma conjunta.

Normalmente, las tarjetas de gama media y alta soportan este tipo de configuración multiGPU, pero debes confirmarlo en las especificaciones técnicas del fabricante.

En los modelos de Nvidia, esta función se denomina SLI (Scalable Link Interface), mientras que en los modelos de AMD ATI se le denomina Crossfire.

Paralelamente a que tu tarjeta gráfica soporte esta configuración multiGPU, tu placa también debe ser compatible. Por lo que no te lances a comprar tarjetas a diestro y siniestro sin antes asegurarte de que ambos componentes lo permiten.

La tarjeta gráfica debe soportar la configuración miltiGPU

¡Cuidado con el consumo!

El consumo energético de la tarjeta gráfica será un factor muy a tener en cuenta.

No por el simple hecho de que últimamente está a precio de oro, sino porque tal vez la fuente de alimentación de tu ordenador notenga los vatios necesarios para proporcionarle la potencia que necesita.

Si la tarjeta gráfica es potente, tal vez necesite alimentación extra.

La tarjeta gráfica recibe parte de esa alimentación a través del conector PCI-e (o AGP) de la placa base. Los modelos de gama media/baja y baja no necesitarán más alimentación eléctrica que esa, pero para las más potentes de la gama media y alta, será necesario complementar este suministro eléctrico con un cable de alimentación adicional de 6 pines u 8 pines ( o incluso dos, si la tarjeta es muy potente), también conocido como cable de alimentación PCI-e.

Por lo tanto, esto también deberás tenerlo en cuenta al elegir tu próxima tarjeta gráfica, no vaya a ser que, además de una tarjeta gráfica nueva, también necesites una fuente de alimentación más potente o con los conectores adecuados.

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