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Cualquier día nos van a cerrar Internet por usarlo tan mal

Tomas Gonzalez

Tal vez mañana te levantes y te hayan cerrado Internet

Hace ya un tiempito que lo de la Redde redes se nos está yendo de madre. Creo que porque el invento fue concebido para que cuatro gatos –tres de ellos con bata blanca– se comunicaran entre sí y echaran unos ratos entre risas y observaciones científicas.

Pero años después, unos señores muy amables añadieron tres letras w y la liaron muy gorda. Convirtieron una red experimental en un fenómeno social, cada vez más masivo, más abierto, más fácil de utilizar... en definitiva: la abrieron para todos los públicos.

Eso no indica que, a partir de entonces, Internet ya no tenga nada bueno, sino que al ir llenándose las estanterías más y más a cada instante, se impone rebuscar para encontrarlo. Y a medida que el tiempo pasa la situación, lejos de mejorar, empeora.

La Red se convierte en un establecimiento de medio pelo en rebajas, con enormes cajones entre los que debemos sumergirnos y revolver mientras esquivamos los codazos de quienes buscan a nuestro lado hasta dar con el pijama de nuestra talla. Y encima, no siempre la etiqueta es clara al indicar las medidas.

En muchas ocasiones se ha comparado Internet con un gran escaparate. Y es una comparación acertada, pero no del todo positiva. A diferencia de los comercios de categoría, lo que Internet muestra entre maniquíes suele ser la morralla.

Para encontrar las ofertas de interés, el género de calidad, los pantalones que te sientan bien, hay que entrar en la tienda y hacer caso omiso de lo que se ve tras el cristal. ¿O alguien en su sano juicio piensa que los mejores vídeos de YouTube están en su portada?

No, no, en el escaparate están los grandes e inexplicables éxitos, los vídeos con millones de visitas y títulos como “La Gallina Pichirola rap trash metal trance”, “Una lata de guisantes le juega una mala pasada a Madonna en la entrega de los Grammy” o “Versión de Juego de Tronos con garbanzos en lugar de actores”.

Debes superar tus ganas de salir corriendo y rebuscar, siempre rebuscar hasta dar con las gangas. Por lo menos, esto no es como las rebajas que vas a buscar un jersey rojo talla 34 y vuelves con uno azul de la talla 38 porque no quedaba otra cosa. Aquí, el género siempre está en el estante. Pero, ¿en cuál de todos? 

Las 7 grandes mentiras de Internet que te creíste

Para los compradores avezados, tanto estante y tanta percha con ofertas mediocres no es un gran problema, tan sólo paja que cribar hasta encontrar algo que merezca la pena. Es incluso una estupenda forma de pasar la tarde, similar a darse una vuelta por el centro comercial. 

El problema es cuando la gente mayor, los más pequeños o los menos experimentados se van de compras sin un personal shopper que les tire del brazo para que pasen de largo ante los escaparates y los letreros luminosos.

Resultado: se utiliza mal Internet y se pagan las consecuencias. Se compra género vistoso pero cutre, se consume contenido muy popular pero que aunque pensamos que es de calidad hace bolitas tras el primer lavado y se hace caso de fuentes dudosas que tomamos por serias. Y entonces, Internet se estropea.

Por no andar con cuidado, usar el sentido común o leer el manual de instrucciones. Aunque venga en PDF, hombre.

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