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El gobierno británico intercepta cables transatlánticos

Julián Rodríguez

El gobierno británico intercepta cables transatlánticos
La operación, con nombre clave “Tempora” utilizó compañías privadas para su ejecución.El análisis de la información la hicieron los británicos en paralelo con la NSA norteamericana.La información obtenida podría ser almacenada hasta por 30 días.

Nuevos documentos, entregados por Edward Snowden, que enfrenta cargos del gobierno norteamericano por haber filtrado información acerca del Proyecto PRISM, revelan información acerca de iniciativas similares por parte del gobierno británico.

Dichas iniciativas, bajo la sombrilla del proyecto con nombre clave "Tempora", incluirían la intercepción de los cables transatlánticos de fibra óptica que llegan a la costa británica, así como de servidores de internet en los Estados Unidos. Durante los últimos 18 meses, la información que viaja por los cables y utiliza dichos servidores habría sido objeto de escrutinio por parte de los británicos.

A lo largo de este tiempo el Proyecto Tempora, de una manera similar a lo que hace el Proyecto PRISM de los norteamericanos, habría tenido acceso a correos electrónicos, información de llamadas telefónicas, y tráfico general, incluyendo redes sociales y navegación web de los usuarios vigilados. Los enormes volúmenes de información, que se cuentan por petabytes habrían sido estudiados por un conjunto de 300 analistas británicos y 250 de la NSA norteamericana en búsqueda de amenazas terroristas y otras señales de actividades delictivas. La información obtenida puede ser conservada por el gobierno británico hasta por 30 días, si se considera importante.

La instalación de los aparatos de intercepción y escucha habría sido realizada por el gobierno británico utilizando compañías del sector privado, que fueron obligadas por ley a colaborar con el proceso y que según el reporte, en algunos casos recibieron compensación por sus servicios.

Las revelaciones hechas por los documentos entregados por Snowden se suman al escándalo alrededor del Proyecto PRISM, y ponen sobre el tapete una vez más las preguntas acerca de qué tan segura y privada es la información que se comparte por medios electrónicos. A pesar de que los gobiernos y agencias involucrados han tratado de minimizar el impacto de las revelaciones, haciendo énfasis en los controles existentes en PRISM y otros proyectos espía , las dudas del público parecen cada vez más justificadas, a la luz de los nuevos descubrimientos.

Y es que no obstante las declaraciones y reportes de estrictos criterios de búsqueda que enfocan los esfuerzos en áreas de peligro, y a pesar de que se insista en que nunca se registra información particular y detallada, se podría argumentar que sea cual sea la información que los gobiernos obtengan de sus procesos de vigilancia, es información privada que debería continuar así.

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