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Astronauta consigue cultivar la primera flor extraterrestre

Juan Carballo

Cultivos en el espacio de flores y lechugas

Scott Kelly, astronauta de la NASA, comenzó en marzo del 2015 una misión en la Estación Espacial Internacional para determinar el impacto biológico, físico y psicológico en los humanos durante las experiencias espaciales de larga duración. Ahora, Kelly, ha conquistado un emocionante logro al haber conseguido cultivar la primera flor espacial de la historia.

Las zinnias, la variedad elegida para el experimento, se plantaron a finales del año pasado. Parecía que no iban a salir adelante, la alta humedad y el limitado flujo de aire debilitaron a la planta y sus hojas se volvieron frágiles. En Navidad, Kelly compartió a través de Twitter una foto de las zinnias indicando que les había empezado a crecer moho. El astronauta bromeó al respecto diciendo que pediría consejo a su “Mark Watney interior”, en referencia al protagonista de la aventura fílmica The Martian.

Plantas en la Estacion Espacial Internacional

No es la primera vez que la Estación Espacial Internacional alberga uno de estos cultivos. El verano pasado la tripulación consiguió sacar adelante un pequeño cultivo de lechugas. El próximo reto serán los tomates, así que las semillas se enviarán a la EEI en el año 2018. Las zinnias fueron elegidas porque su duración está a medio camino entre las lechugas y los tomates.

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Estas plantas están siendo cultivadas, no tanto para servir de alimento alternativo a los astronautas, sino como parte de un proyecto de investigación que tiene como objetivo utilizar la agricultura espacial para comprender mejor la evolución de los cultivos en la Tierra.

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En cuanto a las zinnias, se utilizó un sistema de iluminación de alta eficiencia basado en LEDs. Estos dispositivos no desperdician apenas energía en forma de calor, lo que significa un ahorro de casi el 60% de energía respecto a los sistemas de iluminación de los cultivos tradicionales. También cuenta con un sistema que varía la intensidad de las luces para adaptarse a las distintas etapas de crecimiento de la planta.

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Para que la zinnia llegase a florecer también ha sido necesario un sofisticado sistema de regadío automático que consume de un 25 a un 45 por ciento del agua de un cultivo terrestre normal. Han sido muchas las técnicas que Kelly ha implementado para conseguir este logro: cultivar la primera flor extraterrestre de nuestra historia

[Fuente:wired]

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