Crean un sistema de carga instantánea para los coches eléctricos
Un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue en Estados Unidos ha desarrollado una tecnología de recarga instantánea para las baterías. De acuerdo con los científicos, se trata de un método seguro, económico y ecológico que podría suponer una revolución para los coches eléctricos e híbridos.
Aunque las ventas de vehículos propulsados con electricidad están creciendo en todo el mundo y el transporte sostenible está ganando una gran popularidad, todavía nos enfrentamos con un importante obstáculo: la autonomía. El avance de estos investigadores resolvería este problema, ya que su sistema de carga instantánea, basado en baterías de flujo, permite que el componente recupere toda su energía en tan solo unos momentos, de una manera similar a llenar el depósito de combustible tradicional.
"El mayor desafío para la industria consiste en prolongar la vida útil de la carga de la batería y desarrollar la infraestructura necesaria para cargar los vehículos", explica John Cushman, que dirige la investigación. "Estamos desarrollando un sistema de almacenamiento de energía que permita a los conductores llenar sus vehículos eléctricos o híbridos con electrolitos líquidos para revitalizar los fluidos de la batería, de una forma similar al reabastecimiento de los tanques de combustible".
El profesor Cushman ha fundado la compañía IFBattery con el objetivo de continuar desarrollando la tecnología y buscar vías para su implantación y comercialización. Su idea es la de crear una infraestructura de reciclado de fluidos o electrolitos de baterías gastadas, que podrían recargarse con energía limpia procedente de granjas solares, instalaciones eólicas o plantas hidroeléctricas para ser dispensados en gasolineras especiales para vehículos eléctricos.
Además, el equipo señala que la implementación de este sistema instantáneo de recarga de batería para los coches eléctricos podría ser prácticamente inmediata, ya que los fluidos podrían distribuirse a través de tuberías subterráneas, así como transportarse en tren o en camiones. "Los usuarios dejarían los electrolitos gastados en las gasolineras y luego serían enviados en grandes cantidades para su recarga", afirma Cushman. "Podrían reutilizarse muchas veces".
La tecnología suena de lo más interesante y, de ser viable, puede suponer el impulso que falta para dar carpetazo a los combustibles fósiles y convertir los coches eléctricos en la alternativa de transporte mayoritaria en el mundo.
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