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¿Están las ciudades españolas preparadas para el coche eléctrico?

Vanesa Matesanz

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Pasa el tiempo y las ciudades se llenan cada vez más de esos coches que aparecen a tu espalda sigilosos, silenciosos, discretos. Los vehículos eléctricos son cada día algo más del presente y menos del futuro. Pero, aunque estamos cada vez más acostumbrados a ver coches eléctricos por las calles de nuestras ciudades, sobre todo gracias al carsharing (un alquiler de coche en el que el usuario sólo paga por el tiempo que utiliza el vehículo)… ¿están las ciudades preparadas para este tipo de coches?

El coche eléctrico ha venido para quedarse. Cada vez más personas se plantean su compra como una alternativa a los vehículos con motor de combustión, y eso por no hablar de los residentes de grandes ciudades que optan por moverse en coches de alquiler por minutos para realizar los desplazamientos del día a día. Algo está cambiando, pero no todos los jugadores están moviendo sus piezas al mismo ritmo.

Vamos a analizar diferentes puntos como la demanda de electricidad, los puntos de recarga y el propio carsharing para intentar entender si las ciudades reciben o recibirán al coche eléctrico con los brazos abiertos.

Que el coche de combustión necesita ser sustituido cuanto antes por el coche eléctrico es una realidad. Según un informe de Deloitte, en España el transporte es la actividad que genera un mayor volumen de emisiones GEI (gas de efecto invernadero). Durante los últimos 15 años este sector apenas ha reducido sus emisiones un 8%, mientras que los otros dos grandes sectores emisores (la generación eléctrica y la industria), han conseguido reducir sus emisiones un 31% y un 32% respectivamente.

En 2025 se espera que entren en circulación en España entre 1,6 y 2 millones de coches eléctricos

Mucho tráfico de coches circulando por una calle en Madrid

En 2025 se espera que entren en circulación en nuestro país entre 1,6 y 2 millones de coches eléctricos; en 2030 entre 4,4 y 6 millones; en 2050 entre 7 millones (en un escenario de movilidad autónoma y compartida) y 22 millones (en un escenario de uso de movilidad como el actual).

Pero, según este mismo informe, serían necesarios unos puntos que deberíamos asumir en el corto y medio plazo. Claves necesarias tales como: desarrollar un plan estratégico para la transformación de la industria de fabricación de vehículo, puntos de recarga particulares, postes en vía pública (unos 4.000 en 2020), electrolineras (en centros de trabajo, centros de ocio, estaciones de servicio, garajes públicos y autopistas)… ¿estaremos preparados cuando el diesel comience a ser relegado a un claro segundo plano?

Demanda de electricidad: apostar por la carga eficiente durante las horas valle

Precisamente la demanda de electricidad es uno de los puntos más relevantes a tener en cuenta cuando pensamos en una llegada masiva del coche eléctrico a las calles de nuestras ciudades.

Un coche eléctrico cargando en Madrid

Según la Red Eléctrica de España, durante las “horas valle” (las horas en las que regularmente se produce un menor consumo o uso) la recarga del vehículo consigue una mayor linealidad de la curva de demanda. ¿Esto qué implica? Una mejor y mayor integración de las energías renovables.

La cantidad de vehículos eléctricos que van llenando poquito a poco nuestras ciudades, pueden reportar beneficios o problemas a todo el sistema eléctrico español. Esto dependerá de si su carga es eficiente.

Para que la llegada masiva de este tipo de movilidad consiga esa eficiencia deseada, sería fundamental conseguir un desarrollo de sistema de gestión de carga inteligente. Es decir: fomentar la recarga en horas que no sean las de máxima demanda de electricidad.

¿Cuánto cuesta recargar un coche eléctrico en España?

¿Qué hará falta para esto? Redes inteligentes con contadores que potencien las ofertas de energía con discriminación horaria. Así, el dueño de ese vehículo conseguirá recargar su coche de una forma eficiente, inteligente y recomendable durante las denominadas “horas valle”.

Y es que cuando esta recarga se realiza en horas punta (momentos del día en los que más demanda de electricidad hay en España) necesitamos una mayor infraestructura, además de incrementar la emisión de CO2.

Vamos, que convertimos un gesto que en teoría debería ser beneficioso para todos, en algo que no es para nada recomendable.

Primer punto: podemos estar a punto (energéticamente hablando) para recibir a la movilidad eléctrica si sabemos cómo hacer que sea eficiente y no acabe siendo contraproducente.

Aprovechar la infraestructura existente: ¿cargar el coche en una farola?

Cargar el coche eléctrico en una farola

El punto de recarga de coches eléctricos en las grandes ciudades es, posiblemente, una de las cosas que más nos hacen dudar acerca de si estamos listos o no.

Hace unos meses comenzamos a oír hablar sobre las farolas como punto de carga de vehículos eléctricos. Sí, lo sabemos. Es una de las ideas más interesantes que hemos oído en los últimos tiempos, pudiendo revolucionar las ciudades en pro de este mercado en auge.

Los creadores de esta tecnología son los alemanes Ubitricity, que quieren dar un giro al mundo de la movilidad eléctrica solventando uno de los principales hándicaps de la misma: la notable escasez de puntos de carga y la falta de autonomía que, por el momento, tienen parte de estos vehículos.

Así es la experiencia de cargar un coche eléctrico en Madrid

¡No puede estar mejor pensado! Aprovechando la infraestructura ya existente, es decir, reduciendo costes considerablemente, se crean puntos de carga al alcance de todos los usuarios. Estas “farolas-cargador” ya están disponibles en Berlín o Londres, pero todavía no hay fecha (o eso parece) para su llegada a España.

Un BMW i3 cargando

Para que te hagas una idea: en Reino Unido la instalación del punto de carga en una farola tiene un precio muy interesante y competitivo que ronda los 1.100 euros.

En apenas media hora, el coche se carga dejándolo enchufado a la farola. Después, los datos asociados al usuario se transmiten a la empresa, que a su vez los reenvía a los proveedores de energía, facturando al mes la electricidad consumida. Una forma más de aprovechar la infraestructura de las ciudades en pro de la tecnología, como antes se hizo con las cabinas de teléfono convertidas en puntos WiFi, etc.

Segundo punto: las posibilidades están ahí, las rozamos con la punta de los dedos. Pero, de momento, en nuestro país no estamos demasiado concienciados con la posibilidad de aprovechar la infraestructura existente en las ciudades para la carga de vehículos eléctricos. En el resto del mundo ya se dan pasos en este sentido, así que solo queda esperar…

¿Hay aparcamiento para todos?

Para simplemente “aparcar” sin cargar el coche, en Madrid o Barcelona (entre otras ciudades) encontrarás una facilidad añadida, además de poder circular sin ningún tipo de restricción por toda la ciudad: puedes obtener, de forma gratuita, la autorización para aparcar sin ningún coste por toda la ciudad.

Un parquímetro en Madrid

Eso sí, esto a su vez implicará un mayor número de vehículos eléctricos que se mueven y aparcan por la ciudad, por supuesto incluyendo los de carsharing, que ocuparán muchísimas plazas sin coste alguno y que reducirán las posibilidades del resto de usuarios de coches “tradicionales”.

Tercer punto: los vehículos eléctricos tienen “vía libre” para aparcar en las ciudades, sin pagar. Antes o después, habrá que regular la enorme flota de vehículos (sobre todo de carsharing) que llegan a las ciudades y que se aparcan en la vía pública, con todo lo que eso implica.

Carsharing: los reyes de los coches eléctricos

Y después de mencionarlo varias veces, debemos hablar de la llegada del carsharing.

Un sector en auge en las grandes ciudades, en las que vemos cientos de coches eléctricos de diferentes empresas, dando un valor añadido a todas las ventajas que supone alquilar un coche por minutos.

Según la Asociación AEDIVE, cada coche de carsharing elimina entre 15 y 20 coches particulares de la circulación. Un dato que se suma a una conducción no contaminante en la propulsión. Esto nos ayuda a solventar los problemas de tráfico que tenemos en muchas de nuestras grandes ciudades.

Car2Go

Cuarto (y último) punto: el carsharing en las grandes ciudades españolas está cada vez más asentado, ayudando a que todos los ciudadanos se familiaricen con este tipo de movilidad, mejorando a su vez la calidad del aire que respiramos y la disminución del uso de vehículos con gasolina. Que, la verdad, falta nos hace.

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