Pasa un año más, y una nueva oleada de conceptos de aviones de combate inunda el mercado armamentístico. En España, por supuesto, no sabemos mucho del tema, porque los jets son más bien caros y tenemos nuestros propios problemas. El caso es que hay muchísimas novedades tecnológicas apareciendo en paralelo, y os vamos a hablar de una de las más llamativas: los cascos de realidad aumentada de Rockwell Collins. 

Se trata de un aparato completamente capaz de dejar al piloto ver a través del avión, apuntar misiles simplemente dirigiendo la mirada y mantener la vista en los datos mire hacia donde mire. Su nombre completo es el F35 Gen III Helment Mounted Display Sistem, y lo que hace es proyectar en el casco la información que normalmente los pilotos veían en la parte delantera de la cabina. Eso implica que da igual hacia donde mire, porque llevará la pantalla con él. Y todos los datos que proporciona el sistema son de una importancia vital: la línea del horizonte, la altitud, velocidad y estado de las armas. Entre otras cosas. 

El caso es que el casco de realidad aumentada no sólo se limita a proporcionar un refuerzo a la cabeza del piloto y una máscara de oxígeno: está diseñado para que el piloto que lo use sea plenamente consciente de la situación. Volando a Mach 1.6  es bastante importante conocer no sólo lo que hay frente al avión, sino también lo que tiene a los lados, y debajo.

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Lo que el piloto ve en su visor no es un cristal transparente, sino una imagen en vídeo que se obtiene gracias a las seis cámaras distribuidas a lo largo del avión al que acompaña, el F-35. Con ello consigue un campo de visión de 360º, con lo que cuando mira hacia abajo no ve sus rodillas, sino el suelo que tiene por debajo.

Con esto no sólo se consigue una visión nocturna completa, sino que con la capacidad de seguimiento del ojo del casco de realidad aumentada, podrán apuntar a los objetivos que estén mirando, sin necesidad de mover una palanquita para poner una gran X sobre el blanco.