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Gafas, lentillas y pantallas: la solución para el usuario digital

Miguel Morales

gafas zeiss

Tanto si trabajamos en un entorno digital como si lo usamos para nuestro tiempo de ocio, el resultado es el mismo: el español medio pasa mucho tiempo delante de la pantalla. No es algo abierto a debate: la media de nuestras horas de exposición al monitor ha subido (y sigue subiendo) sin control, más aún con la entrada en la vida laboral de los llamados "nativos digitales".

El caso es que alrededor de este comportamiento, van surgiendo nuevas necesidades. Algunas de estas necesidades pueden pasar desapercibidas, o incluso llegar a considerarse superfluas, pero el tiempo ha demostrado que detalles como la ergonomía son importantes. 

Y precisamente en este campo es donde nos encontramos con ZEISS EnergizeMe. Según el prospecto son gafas pensadas para usar después de las lentillas, que aportan al usuario una sensación cómoda de transición. 

Puede que por culpa de las pantallas, la mitad de la humanidad será miope en 2050

Lo consiguen con un campo de visión que no coarta al usuario, y que utiliza la tecnología Digital Inside para acomodar la distancia de lectura. De hecho los resultados son evidentes: de 130 usuarios consultados en un estudio independiente, el 90% notó una reducción del estrés visual

Como usuarios digitales activos, en ComputerHoy hemos querido poner a prueba el producto... aunque antes, claro, nos hemos documentado.

Pero ¿qué es el estrés visual?

La astentopía o estrés visual es un trastorno cada vez más común, y que deriva sobre todo del uso de las nuevas tecnologías por el sobresfuerzo de los ojos frente a las pantalla. 

Al menos el 80% de los usuarios que trabajan con ordenadores sufren de esta condición, aunque muy pocos son capaces de identificar los síntomas para diagnosticar el problema eficazmente. 

En realidad, los primeros sintomas son sencillos: fatiga ocular, visión borrosa, dolor en los ojos y dificultad para enfocar. Es poco después cuando la cosa se va complicando con picores, mareos, hipersensibilidad a la luz, migrañas...

El último estadio es el más peligroso, cuando se llega ser causa de conjuntivitis repetitivas e incluso pérdida de capacidad visual. Por supuesto, éstos son casos extremos, pero siguen estando ahí. 

Nuestra prueba

Para comprobar los supuestos beneficios de las lentes oftalmológicas de ZEISS, uno de nuestros redactores sirve como conejillo de indias. Diagnosticado con miopía e hipermetropía, usuario de lentes de contacto y gafas, resulta ser el sujeto perfecto para este pequeño experimento. Os dejamos sus conclusiones del uso de las lentes ZEISS durante un mes, y su vuelta a las gafas tradicionales.

gafas zeiss

Primera semana: Durante la jornada de trabajo de estos días he seguido usando lentillas de 8 a 3 de la tarde. Las molestias como siempre comienzan a aparecer alrededor de las 13.30. Como siempre, sequedad en los ojos e incomodidad que me acompañan incluso después de quitarme las lentes de contacto antes de coger el coche de vuelta a casa. 

Lo primero que noto al ponerme las nuevas gafas es un ligero mareo, ya que su graduación es más alta que la de mis lentes de contacto. La sensación de ligero vértigo me ha acompañado toda la semana al ponerme las gafas, y aunque es algo a lo que uno se acostumbra al estrenar gafas, eclipsa las ventajas que en principio tendrían que causar las lentes ZEISS. 


Segunda semana: A partir del segundo día de ésta segunda semana el vértigo ha desaparecido por completo, y empiezo a notar los efectos de los que nos habían hablado. El cansancio visual causado por las lentillas, que antes me acompañaba la mayor parte de la tarde ahora desaparece en apenas media hora. 

Para mi, es algo increíble. Sufro de migrañas crónicas y las molestias de las lentillas suelen desencadenar episodios de jaquecas. Desde que empecé con las pruebas no he sufrido ni una migraña, cuando antes aparecían cada 2-3 días inevitablemente. 

Migrañas

Tercera semana: El cambio es significativo. Me permito el lujo de sacar un par de conclusiones: Al comprar unas gafas graduadas, en las ópticas empiezan a ofrecernos extras, como si se tratara de un coche, cada uno con un suplemento en el precio. No es lo mismo un cristal graduado que un cristal graduado progresivo con antireflejante y capa antimanchas. 

He usado gafas desde los 14 años, y más o menos he discernido los "extras" que me merecía la pena comprar, y los que me resultaban superfluos. No me hace falta terminar el mes para saber que las lentes ZEISS y el filtro digital van a ser obligatorios en todas las gafas que compre de ahora en adelante. 


Cuarta (y última) semana: Hay un aspecto que no había percibido hasta ahora, y que puede resultar importante para algunos usuarios: Las horas mirando a la pantalla con gafas. Los días en los que paso todas las horas de vigilia frente a una u otra pantalla no solían tener efectos negativos si no usaba lentillas, pero de vez en cuando el cansancio visual se hacía notar. 

Desde que empezó esta prueba, he tenido tres días así (empezar por la mañana frente al ordenador y no parar hasta las 22-22.30). En ninguno de ellos he llegado a experimentar fatiga, cansancio ni (¡gracias a Dios!) migrañas. 


Quinta semana y posdata: por mero afán investigador, durante una semana transcurrido el mes vuelvo a usar mis gafas tradicionales, sin filtros. Queda demostrado entonces que no ha sido casualidad, y los efectos negativos del uso de las lentillas vuelven con fuerza. Tres migrañas en cinco días me han convencido para pedir cita en la óptica y agenciarme otro par de gafas ZEISS EnergizeMe.

No soy oftalmólogo, y no puedo dar una justificación científica de por qué las lentes me han funcionado así. Pero basado en el más puro empirismo, sí que he notado una diferencia que para mí ha sido decisiva. 

Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.