Gorilla Glass, la tecnología que protege la pantalla de la mayor parte de los smartphones contra arañazos, golpes y caídas, ahora también está empezando a ser utilizada en la industria del automóvil. 

Los fabricantes de coches han comenzado a emplear una versión de este cristal fino y ligero en los parabrisas de los vehículos para ayudar a reducir el peso y mejorar la economía de combustible. 

El primer coche que utilizará Gorilla Glass para la producción de las lunas es el Ford GT, un modelo deportivo que saldrá a la venta en el 2016. El parabrisas y la luneta trasera del automóvil contarán con esta tecnología, así como la cubierta del motor.

Los parabrisas tradicionales están compuestos por dos capas de vidrio recocido con una capa de plástico en el medio, sometido a un tratamiento térmico. Este cristal forma un patrón de tela de araña cuando se rompe, y está diseñado para adherirse a la capa de plástico para evitar lesiones a los pasajeros en caso de accidente. 

Sin embargo, el parabrisas del Ford GT se compone de una capa exterior de vidrio recocido, una intermedia de plástico y una interior elaborada con Gorilla Glass reforzado, que es mucho más delgado y ligero que el cristal tradicional. 

"Durante el desarrollo, probamos con diferentes variaciones de cristal antes de encontrar una combinación que redujese el peso y contase con la resistencia necesaria para un cristal exterior para uso de automoción", explica Paul Linden, ingeniero exterior de chasis de Ford. "Aprendimos que la capa interior reforzada del parabrisas es un componente clave del cristal híbrido". 

Este diseño hace posible que la lámina sea entre un 25 y un 50% más fina que las tradicionales, presenta la misma resistencia o incluso más y hace que la luna sea un 32% más ligera, lo que permite ahorrar combustible y que el vehículo sea más ligero.

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