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Nuevos insectos robot, el arma secreta para espionaje en el futuro

Inés Pérez

Abeja robot la clave del espionaje

La gente teme que los robots se están volviendo muy "humanos", pero la realidad es que los robots son cada vez más tipo insecto.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard demostró este axioma cuando encontraron la solución para extender el tiempo de vuelo robots pequeños imitando la forma en que los pequeños insectos se posan en las paredes y los techos.

Las aplicaciones de un robot son muy variadas, desde dispositivos de espionaje pequeños que pueden realizar misiones de vigilancia mientras están suspendidos del techo, a drones que pueden permitir a los científicos tomar mediciones en lugares donde no hay otros sensores.

Para el drone típico, la suspensión puede consumir tanta energía como volar. Mientras el robot está en el aire, está gastando energía y consumiendo su pequeña capacidad de la batería.

Lo que los investigadores descubrieron, según han informado en un nuevo estudio publicado el jueves en la revista Science, es que los pequeños robots podrían ahorrar mucha energía si se limitan a posarse entre los vuelos, de la forma que una abeja o una mariposa se posan en el techo antes de despegar de nuevo.

Crean un robot plegable para operaciones de estómago.

El equipo construyó un micro robot aéreo (MAV) inspirado en las abejas unido a un parche electrostático que consiste en una base de fibra de carbono, electrodos de cobre y un recubrimiento de poliamida. Se asienta sobre un cilindro de espuma pequeña.

Cuando se carga, la placa electrostática puede adherirse a casi cualquier superficie (madera, vidrio, materia orgánica) que responde a la electricidad estática. Mediante el uso de la energía electrostática, los investigadores ampliaron significativamente los tipos de materiales y situaciones en las que el robot puede aterrizar y posteriormente a despegar de nuevo.

Más de cerca

El "posarse" permite al robot reducir la velocidad hasta que esté flotando justo por debajo del punto de aterrizaje - tal vez una hoja - y subir lentamente hasta que esté tocando la superficie.

A continuación, los investigadores encienden el parche electrostático, lo que crea un lazo lo suficientemente fuerte como para mantener el robot en su lugar, incluso después de apagarse su motor de vuelo.

¿Por qué construir un robot que puede volar, aterrizar y despegar como un insecto? Pues porque puede hacer cosas que la gente no puede hacer, y podrían convertirse en un componente crítico en las operaciones de búsqueda y rescate.

También podría tener algunas aplicaciones de vigilancia bastante prácticas.

Un insecto robot que puede aterrizar cuando no hay nadie alrededor y luego permanecer en silencio sujeto al techo, sin necesidad de motores audibles, y que puede esperar para despegar hasta que no haya nadie alrededor, podría ser una gran ayuda para los aspirantes a espías.

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Etiquetas: espionaje