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Qué fue del cazador de Cecil, y la justicia de Internet

Miguel Morales

odio internet

Ha pasado tiempo y las aguas se han calmado, pero todos recordamos nuestros muros de Facebook llenos de indignación con la noticia: Cecil, el león más guapode la reserva de Hwange, había sido cazado, decapitado y despellejado por un dentista americano.

Gente que jamás en su vida había visto ni oído hablar de Cecil se ha indignado (y con razón) por la noticia. Tanto que comenzaron a buscar al responsable, barajándose varios sospechosos nacionales.

Por suerte para ellos, se desveló que el verdadero culpable se llamaba Walter J. Palmer, y era un dentista en Minessota. Así que, ahora, este tipo se enfrenta a una pesadilla de proporciones épicas uniéndose así al selecto grupo de gente que ha sido sentenciada sin juicio, jurado ni juez a la vergüenza y el oprobio. 

cazadores y león

Ahora que la comunicación es global e instantánea, la gente ya no necesita salir a la calle con horcas y antorchas para perseguir a alguien. Arruinar la reputación de una persona es tan fácil como darle a "compartir una publicación". Así nos hemos enterado de que en Toronto, la gente preparó un funeral para un mapache muerto al que no recogieron los servicios correspondientes. En Toronto. Y nosotros nos hemos enterado aquí. 

Y sin embargo, por mucho que digan en Monstruos SA, el miedo es más poderoso que la risa, y las publicaciones humorísticas no se mueven ni la mitad de lo que lo hacen las que demandan justicia social. 

Seguro que recordáis al tipo que decidió darle una patada voladora en la cabeza a una chica en Barcelona. Se llamaba Mario G.M., y está deseando que el mundo olvide su nombre. Lo dijo en alguna ocasión el juez de menores Emilio Calatayud: "Cualquier chico, por muy bueno que sea, se toma una pastilla, se pasa con las copas... y acaba cometiendo un error que le va a marcar la vida para siempre".

Porque la gente de Internet no sabe nada de Mario, sólo lo peor que se le ha ocurrido hacer en su vida, porque fue tan poco espabilado como para permitir que se subiese a la red. Y aunque está claro que merece un castigo, y severo, nada de lo que pueda hacerle la ley se parecerá a lo que le tiene preparado Internet. 

Y en el caso del tipo que mató a Cecil, Internet le ha procurado la misma piedad que él le dispensó al león. Ha tenido que cerrar su clínica, y todos los comentarios en la página de Yelp de la misma se han llenado de insultos. El mismísimo Jimmy Kimmel le ha dedicado un vídeo bastante poco halagador. 

Ahora Walter vive escondido, ha publicado una nota (que os dejamos aquí abajo) y el mismísimo estado de Minessota ha tenido que emitir una disculpa oficial por su ciudadano. Y sin embargo, tal y como afirma él mismo en la misiva, no ha hecho nada ilegal. 

"In early July, I was in Zimbabwe on a bow hunting trip for big game. I hired several professional guides and they secured all proper permits. To my knowledge, everything about this trip was legal and properly handled and conducted.

"I had no idea that the lion I took was a known, local favorite, was collared and part of a study until the end of the hunt. I relied on the expertise of my local professional guides to ensure a legal hunt.

"I have not been contacted by authorities in Zimbabwe or in the U.S. about this situation, but will assist them in any inquiries they may have.

"Again, I deeply regret that my pursuit of an activity I love and practice responsibly and legally resulted in the taking of this lion."

Y es cierto: obviamente no ha roto ninguna ley estadounidense, y ha pagado un buen dinero para librarse del posible castigo en Zimbabwe. De no ser por que ahora vive en una sociedad interconectada, nadie habría sabido nunca de la caza de Cecil, salvo aquellos que entraran en lo que Jimmy Kimmel ha llamado "su cueva del macho" y se encontaran allí colgada la cabeza del animal. 

En Internet hay un dicho: Nunca subestimes la estupidez de los grandes grupos de gente. Y es cierto que cuando muchos se unen en una causa común que consideran justa, es muy difícil pararlo en seco. Con la red, es imposible. Millones de personas con una causa común, que se han convertido en vigilantes, en justicieros.

león cecil

Lo decía Will Smith cuando le tocó defender algunos de los tweets que su hijo había publicado: Cuando él (Will) era joven, hacía estupideces, pero nadie se enteraba porque no había Internet. Ahora hacer algo llamativo (y "llamativo" en el 80% de los casos significa "negativo para ti a largo plazo") puede convertirte en una estrella, y no de la mejor forma. 

Así es como se deciden las cosas en Internet, sin demasiada información, no más de la que proporciona Buzzfeed. Y eso es terriblemente peligroso. 

Se puede multar a un tipo por cazar un león. Se le puede encarcelar por caza furtiva... pero no se le puede someter (a él y a su familia) a una caza de brujas. Y se les somete, durante bastante tiempo. Enfrentarse a ello no sirve demasiado, y la experiencia de otros casos similares nos enseña que empezar una nueva vida en un sitio distinto no funciona: al final la fama de Internet acaba por alcanzarlos. 

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Etiquetas: Viral