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El teclado corre, el lápiz no

Tomas Gonzalez

¿A dónde vas corriendo tanto, Finlandia?

También es que nos lo estábamos buscando. Tanto teclear, tanto tirar de pulgar y abreviaturas... hasta que un avispado educador finés observó que para escribir un “ola k haces”, tener a los críos en las aulas practicando caligrafía era una pérdida de tiempo.

Así que el Ministerio de Educación del país ha determinado que es mucho más práctico aprender a mecanografiar que a escribir de puño y letra. Y, ya decididos, el curso escolar 2015-2016 pondrá en marcha los cambios necesarios para que los peques hagan callo con el pulgar en lugar de trazar espirales y cursivas barrocas.

Así, según los expertos del mapa de por allá arriba, los muchachos fineses serán mucho más competitivos.

Entiendo entonces que no es nada personal, sino algo mucho más práctico. O sea, que esto no se trata de un puñado de caligrófobos aún resentidos porque cuando pasaron por la clase de la Srta. Hämäläinen, en Primaria, nunca pudieron trazar una M pintona o una Z convincente.

Piensan que es mucho más práctico aprender mecanografía que escribir de puño y letra

Lo que le pasa a estos expertos es que, en un ejercicio de pragmatismo extremo, pretenden quitar lo más superfluo de la educación y dejar lo único que realmente sirve, lo del tecleo.

Y supongo que no terminarán ahí. Tras la caligrafía, los latinajos seguirán el mismo camino. Y la Historia, el Arte, la Literatura, la Filosofía... Eso de las Humanidades son tonterías que están bien para perder el tiempo, no para educar a jóvenes cachorros dispuestos a comerse el mundo con su bagaje de conocimientos prácticos y útiles.

Matemáticas, programación, ingeniería... el resto sobra. ¿Eso significa adelantarse a los tiempos o pasarse de vueltas

Visionarios siempre ha habido. Julio Verne supo imaginar lo que el hombre inventaría en el futuro. Steve Jobs supo imaginar lo que el hombre compraría en el futuro. El inventor del Frigo Pie supo imaginar lo que el hombre comería en el futuro.

Pero la historia también nos ha dejado ejemplos de visionarios pasados de vueltas. Aquellos que idearon algo para lo que ni el hombre estaba preparado ni le daba la gana de prepararse. O aquellos que dieron por muertas tecnologías, usos, aficiones, tradiciones, a las que aún quedaban siglos por delante.

¿Significa adelantarse a los tiempos o pasarse de vueltas?

Los que pensaron que, tras el nacimiento de la televisión, la radio ya no tenía sentido. Que con el desarrollo de la aviación comercial, los trenes sobraban . Que con el uso habitual del teclado, el bolígrafo estaba fuera de lugar. 

A todos nos gusta avanzar, y nos gustan los avances. Pero al ritmo adecuado. Puede que los niños finlandeses del futuro sean los reyes del WhatsApp y posteen y retuiteen más rápido que nadie, pero también puede que crezcan con carencias importantes, pensando que sus casas sólo tienen tejado y que los cimientos no importan. Por listos.

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