La sonda espacial Voyager 1 es el aparato fabricado por el ser humano que más lejos se ha adentrado en el espacio, estando ya más allá de nuestro Sistema Solar. Ahora la NASA se ha visto obligada a volver a reactivar sus propulsores principales de dirección tras 37 años inactivos, y todo para corregir su trayectoria en el espacio exterior.

El renacer de la Voyager 1 es un hito que hacía casi cuatro décadas que no sucedía, aunque la sonda espacial tiene casi acabadas sus baterías con lo que dejará de comunicarse con la Tierra en los próximos años. En concreto la sonda Voyager se encuentra a unos 21.000 millones de kilómetros de la Tierra (141 veces la distancia de la Tierra al Sol), y para ser más concretos ahora mismo está en el espacio exterior tras salir de nuestro Sistema Solar, y va dirección a la Nube de Oort, destino que alcanzará en unos cuantos miles de años.

Desde 1980, cuando pasó la sonda por Saturno, la NASA no había vuelto a activar sus propulsores principales de dirección. El paso se realizó el pasado martes desde el cuartel general de la NASA, para llegar los comandos a la sonda unas 19 horas y 35 minutos después. Después se tuvo que esperar otras 19 horas y 35 minutos después para recibir confirmación sobre el despliegue de sus propulsores.

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Hasta ahora la Voyager 1 dependía en exclusiva de sus propulsores primarios para mantener su dirección en el universo, y para comunicarse con la NASA. Tras ir perdiendo fuerza y eficiencia en los últimos años, la activación de los propulsores de la Voyager 1 permitirán que el aparato pueda seguir un rumbo establecido y comunicándose con la NASA hasta 2025, fecha a partir de la cual quedará a merced del universo hasta que llegue a la nube de Oort en unos miles de años, y seguramente desaparezca para siempre.

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[Fuente: NASA]