Del agradecimiento al consumismo online sin mesura. A lo largo de la historia, las celebraciones de Acción de Gracias han sido comunes entre todas las civilizaciones y religiones con el fin de agradecer las bendiciones a la comunidad, vistas como procedentes de Dios. Estos hechos, como las buenas cosechas, requerían una celebración especial, al tiempo que los desastres inesperados exigían días de ayuno. Dónde y cuándo empezaron a celebrarse en Estados Unidos es todavía, a día de hoy, objeto de debate, pero sí se sabe que fue Abraham Lincoln quien hizo un hueco en el calendario, en una proclama fechada el 3 de octubre de 1863, para agradecer las "bendiciones de campos fructíferos y cielos saludables". El día elegido, el último jueves de noviembre, "Día de Acción de Gracias y Alabanza".

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Desde entonces, la mayoría de los estadounidenses se reúne en familia para celebrar el 'Thanksgiving Day', pavo asado y green bean casserole mediante. Se trata de un día festivo, negocios y oficinas permanecen cerrados, y da el pistoletazo de salida a las compras navideñas. Y por esta razón, el trigésimo segundo presidente de los EE.UU., Franklin D. Roosevelt, modificó el calendario en 1939 y la efeméride pasó a celebrarse el cuarto jueves del mes, en pro de incentivar el consumo adelantando en una semana la temporada de Navidad. Así, desde el mismo viernes bien temprano, comercios, tiendas y portales online ofrecen grandes ofertas y descuentos. 

Es lo que, desde hace ya más de 50 años, se denomina como Black Friday. Y, aunque en Estados Unidos no se trata de una jornada festiva, en algunos estados sí está feriada como 'The Day After Thanksgiving'. La globalización, la sociedad de consumo y la popularización de las compras por Internet han hecho el resto. Es más, con los años y la llegada de nuevas tecnologías, las rebajas se han dilatado cuatro días hasta el lunes siguiente, con el conocido como ‘Cyber Monday’. Y este año apunta a que se batirán todos los records. Buena compra.