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Canon EOS R8

La Canon EOS R8 ha recuperado mi interés por la fotografía con cámaras digitales tras demasiados años de fotos con móviles

Foto del redactor Manu ContrerasFoto del redactor Manu Contreras

La última vez que me compré una cámara DSLR fue al poco de salir el iPhone 4G. Desde entonces la fotografía móvil ha sido mi vida, hasta que ha llegado una Canon EOS R8 a mis manos y me ha hecho replantearme mucho de la fotografía.

Canon EOS R8

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Canon EOS R8 ya no tiene algunas de las mejores características de la EOS R7, pero mejora en diseño, peso y mantiene un sistema de enfoque rapidísimo y con algortimos para detectar personas en casi cualquier situación. Una cámara que te hará replantearte todo lo que sabes de fotografía si llevas años usando móviles.

  • Compacta y ergonómica
  • Peso
  • Calidad de imagen
  • Enfoque automático en humanos, animales y vehículos.
  • Sin estabilizado en el cuerpo.
  • Precio ajustado, pero todavía alto.

Pese a que me dedico desde hace muchísimos años a la tecnología y me enorgullece haber probado de todo durante todos estos años, hay una categoría que para mí desapareció por completo de mi vista cuando llegaron los primeros smartphones con cámaras decentes.

Te lo puedes estar imaginando, hablo de las cámaras mirrorless, sin espejo o de las antiguas DSLR, una réflex digital. Aunque he usado esporádicamente algunas Nikon o una Sony Alpha 7 IV, mi verdadera inmersión en el segmento de las Full Frame ha sido esta Canon EOS R8.

Una cámara sin espejo con un enorme sensor que si bien no está entre sus gamas de cámaras profesionales, más bien en las semiprofesionales, me ha parecido una cámara digna de tener en tu radar si estás pensando, como yo, en pasar de la fotografía móvil a usar más una cámara con lentes intercambiables.

Sony sigue liderando en el mercado de las cámaras sin espejo, pero Canon tiene unas opciones que siguen estando entre las mejores opciones del mercado para esas personas que buscan algo más que una foto plana hecha con un móvil y que además, se encuentra entre las cámaras más baratas de este tipo.

Aunque hace un año que probamos Canon EOS R7 dejando el listón muy alto en lo que se refiere a cámaras APS-C, creo que Canon ha mejorado todo lo que había que mejorar con la nueva EOS R8. Pero hay mucho más de qué hablar de esta cámara.

Análisis de la Canon EOS R8

Características y ficha técnica de la Canon EOS R8

Canon EOS R8
Sensor

24,2 megapíxeles

CMOS de 36 x 24 mm

Montura lentes RF

Procesador

Digic X

Pantalla

LCD de 3 pulgadas

1,62 millones de puntos

Articulada

Visor

OLED de 0,39 pulgada

2,36 millones puntos (1.024 x 768 píxeles)

Sistema de enfoque

Dual Pixel CMOS AF II

1053 áreas AF

Seguimiento en tiempo real de cara y ojos (personas, animales) y vehículos

Velocidad de obturación

Mecánico: 1/4000 sec a segundos

Electrónico: 1/16000 sec a 30 segundos

Estabilización

Solo objetivo/digital

Autonomía

Batería de ion-litio recargable LP-E17

Con LCD: 370 capturas

Con visor: 220 capturas

Carga por USB-C y cargador para baterías

Conectores

Ranura para tarjeta SD UHS-II

USB-C

Wi-Fi 802.11n

Bluetooth 4.2

Salida micro HDMI

Entrada de micrófono con jack de 3,5mm

Terminal tipo RS-60E3 para control remoto

Dimensiones y peso

132,4 x 86,1 x 70 mm

414 gramos

Precio

1.599,99€

Un diseño ergonómico en un tamaño más reducido y ligero

La EOS R8 tiene un cuerpo bastante compacto comparado con otras Full Frame del mercado. Ni tan pequeña como para ser incómoda sujetarla con una mano, ni tan grande o pesada que necesitas las dos manos para sujetarla.

Canon ha hecho algunos cambios de diseño comparada con la EOS R7, haciéndola más compacta pero sin dejar de lado la ergonomía. Y es que este es un deatalle importante, pese a ser de las más pequeñas de la gama EOS R, en mano es muy cómoda y puedes ajustarla perfectamente en horizontal o vertical sin miedo a resbalarse.

Tiene un tamaño de 132,4 x 86,1 x 70 mm sin objetivo y pesa 414 gramos, 461 gramos con batería, una reducción importante frente a los más de 600 gramos que pesaba la generación anterior.

La empuñadura es más compacta frente a la generación anterior, pero la he notado bastante agrable de sujetar, tanto con una sola mano y en situaciones donde la mano sudaba bastante (el verano de la meseta no perdona).

He probado esta cámara con un objetivo bastante pesado, un impresionante RF 24-105 mm que de por sí pesa 700 gramos extras, perfecto para hacer retratos. También con un 35 mm que está más pensado para esa fotografía callejera con un fenomenal bokeh. En ambos casos la empuñadura y el diseño me han ayudado a que esta cámara se sujetase bien.

Cuando la miras sabes perfectamente que es una Canon. La estética no miente y el diseño, aunque más reducido, se mantiene con un look que los canonistas agradecerán.

La botonera ha cambiado frente a la generación anterior. Canon ha movido algunos botones, como el botón de ISO o el cambio entre foto y vídeo. La rueda desaparece y nos quedamos con el botón circular/cruceta para moverte por los menús y los ajustes. ¿Una concesión por la reducción de tamaño? Puede ser, pero en ningún momento –y teniendo en cuenta que tengo unas manos bastante grandes– me he encontrado con problemas de accesibilidad a ningún menú, ajuste o botón.

En el lateral tenemos las conexiones para conectar una entrada de audio como micrófono externo, salida de auriculares, conexión USB-C para carga de la batería y conexión HDMI micro para conectar monitores externo. Todas las conexiones protegidas bajo tapas que le dan ese extra de seguridad contra la humedad.

En cuanto a conectividad encontramos conexión Wi-Fi 802.11n de 2,4 GHz y conexión Bluetooth 4.2. Ambos se usan para conectar el móvil con la aplicación Canon Camera Connect.

Menús organizados en busca de una mejora y renovación

Los menús de Canon parece que no hayan cambiado en 20 años, cosa que no es cierto, pero en cierta medida si coges una cámara de hace una década y esta EOS R8, los cambios son mínimos.

Aunque no es una cámara profesional, los ajustes de la cámara parecen hechos para estos usuarios. Incluso una persona totalmente puesta al día con todos los términos de fotografía y, si me apuras, incluso usuarios previos de Canon, se puede equivocar más de una, más de dos y más de tres veces para encontrar un ajuste concreto.

Las secciones están bien separadas y si te pasas unos minutos leyendo cada ajuste e intentando memorizarlo, te acabas haciendo a él. Solo digo que debe existir una forma mejor de presentar todos los ajustes y posibilidades de la cámara de una forma más comprensiva para usuarios amateurs y semiprofesionales.

Un enfoque espectacular pero al que le falta estabilización en el cuerpo

Pese a ser un sensor de menor resolución que la EOS R7 de 32,5 megapíxeles, su sensor APS-C de 24,2 megapíxeles es más grande, por lo tanto, mucho mejor para la fotografía.

El sensor es un CMOS de 36 x 24 mm y el rendimiento es excelente con una especial atención en situaciones donde falta luz y necesitas de una sensibilidad ISO muy alta para conseguir una fotografía que se vea bien, de hasta ISO 102.400 y de ISO 25.600 en vídeo.

Aunque la calidad de las fotografías siempre depende de la óptica y, como no, de la maestría de cada persona a la hora de hacer fotos, los resultados me han parecido sorprendentes y tan buenos que de verdad te da la impresión de que con esta cámara puedes hacer prácticamente cualquier foto, en cualquier situación de iluminación.

Esta experiencia es la que, para mí, marca la diferencia respecto a otras cámaras similares. Ser capaz de hacer una buena foto de noche y que la calidad sea excepcional gracias a una combinación de sensor y óptica, es algo que para personas que como yo se acostumbraron a la fotografía computacional de los móviles, les hace cambiar totalmente su perspectiva de lo que es una buena fotografía.

El enfoque automático es uno de sus puntos más fuertes. Canon dice que es el mismo sistema de enfoque que tiene su cámara profesional ESO R6 Mark II. El sistema es el Dual Pixel CMOS AF II y es capaz de hacer seguimiento automático de humanos por los ojos, cara, cabeza y cuerpo. También de animales identificando perros, gatos, pájaros y caballos. También vehículos, selectivamente coches de carreras, motos, aviones y trenes.

Tiene 1.053 áreas de AF disponibles en modo automático que es, a mi juicio, el punto clave a la hora de hacer fotografía en movimiento, usar el sistema automatizado y rezar para que siga ese objeto o persona en movimiento.

Si bien no he hecho fotografía de coches de carreras, sí que he hecho retratos del ser que más se mueve del planeta, niños pequeños, y el seguimiento del enfoque fue casi perfecto. En adultos, a la hora de fotografiar y de grabar vídeo, los resultados son también muy buenos detectando con más facilidad los rostros  que los cuerpos.

Aquí tenemos que hablar también del desempeño del objetivo RF 24-105mm F2.8L IS USM Z, diseñado para retratos, que sinceramente es muy imponente por su tamaño, pero que es bastante sencillo de utilizar, aunque bastante pesado.

Su zoom de 24-105 mm te permite hacer fotografías y vídeos donde el modo retrato es bestial con una apertura f/2.8 constante. Además, tiene un sistema de estabilizado de imagen óptico de 5,5 pasos importantísimo, porque la cámara en sí no cuenta con estabilizador.

Pero son 3.879 euros de objetivo con un peso de 1,4 kg que requiere de un brazo hecho a estos pesos, además de un pulso digno de un cirujano para conseguir un buen vídeo estabilizado, por eso está más pensado en su uso con un trípode.

Menos de 400 fotos por batería no son suficientes

Para mí uno de los puntos en contra de la EOS R8 ha sido su autonomía. Utiliza baterías LP-E17 que usan cámaras como la EOS M6 Mark II, EOS 800D, EOS R10 o EOS R50.

Según Canon es capaz de hacer hasta 370 tomas con la pantalla LCD y unas 220 fotos con el visor. Comparados con los 900 disparos de la EOS R7, se nota que la autonomía es una de las características donde Canon ha tenido que recortar para conseguir un precio más ajustado.

La buena noticia es que mantiene la carga por USB-C y un cargador de baterías externo. Pero mi recomendación es que si te compras estas EOS R8, tu segunda compra –tras un buen objetivo– es una batería extra para no quedarte sin energía en esos días de no parar de hacer fotos de turismo.

Veredicto: ¿Merece la pena comprar la Canon EOS R8?

Siendo la primera Full Frame sin espejo que pruebo de Canon, para mí esta EOS R8 ha marcado un punto de inflexión en lo que es capaz de hacer una cámara moderna en fotografía.

Como yo muchas personas dejaron de lado las cámaras digitales cuando los móviles empezaron a tener buenas cámaras y Canon busca a un tipo de usuario que se hartó de las fotos planas o de los malos efectos de bokeh de los smartphones más modernos y de alta gama, por algo más "real", más tangible y que puede empezar a hacer crecer un hobby.

Canon EOS R8

Nota84

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Cámara mirrorless Full Frame de 24,2 megapíxeles y un rendimiento de sensibilidad baja, vídeo 4K de 60p y un diseño a prueba de cualquier inclemencia.

La EOS R8 es una cámara cuyo cuerpo cuesta 1.599,99 euros, aunque hay ofertas que la hacen más atractiva. Solo tienes que elegir un objetivo acorde con tus necesidades, pero diría que un 50 mm (unos 220 euros) o un 35 mm (unos 500 euros) son las mejores inversiones. Aunque puede que el mejor para empezar sea el nuevo RF 24-50mm de unos 380 euros que cubre prácticamente todas las necesidades de fotografía y vídeo.

En total estamos hablando de unos 2.000 a 2.400 euros solo para empezar, una gran inversión, pero que vista a los años de fotografías que te puede dar, bien invertidos están.

Es cierto que le falta el estabilizado en el cuerpo la hace perder unos puntos, pero es una cámara redonda para cualquier persona que, ahora sí, se quiera tirar de cabeza a una fotografía que ningún móvil de hoy en día te puede dar.

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Etiquetas: fotografia, Análisis, Canon, Review