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Tarjeta de expansión de Xbox Series X|S: análisis y opinión

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

Si piensas que necesitas ampliar el almacenamiento de tu Xbox Series X o Series S, echa un vistazo a nuestro análisis de la tarjeta de expansión de Xbox Series, ya que hemos probado esta pequeña (y carísima) tarjeta de ampliación que promete una velocidad idéntica a la que nos ofrece  el SSD interno. Y sí, tras probarla, nuestra opinión del SSD externo de Xbox Series X ha cambiado por completo.

Hace casi un mes, Microsoft puso a la venta tanto Xbox Series X como Series S. Se trata de sus dos nuevas consolas y marcaron el inicio de la nueva generación que, unos días más tarde, se completó con el lanzamiento de PS5.

Ya os hemos hablado largo y tendido tanto de la consola de Sony como de las dos máquinas de Microsoft -aquí análisis de Xbox Series X y aquí el de Xbox Series S-, y ahora es el momento de contaros nuestra opinión de la tarjeta de expansión de las nuevas Xbox Series.

Y es que, el almacenamiento base se queda algo corto. 1 TB (que se queda en algo más de 800 GB) para Xbox Series X no está mal del todo, aunque tampoco es para tirar cohetes, pero 512 GB para Xbox Series S es muy, muy poco.

Por eso, Microsoft permite ampliar el almacenamiento mediante unidades externas a través de sus puertos USB, pero también gracias a una tarjeta propietaria que, por características técnicas, iguala la velocidad del SSD interno de las dos consolas para ofrecer 1 TB extra y que no haya cambios de rendimiento ni diferencias entre instalar en el SSD interno o en esta tarjeta.

Tras unas semanas con ella, os contamos nuestra opinión de la tarjeta de expansión de Xbox Series en este análisis en el que repasamos el rendimiento y las características internas del sistema. Y sí, aunque es carísima -250 euros-, hay suficiente "tecnología" dentro como para que el precio esté justificado.

Análisis del SSD externo de Seagate de Xbox Series X|S:

Tremendamente compacta y con una buena gestión de la temperatura

Vamos a empezar por el diseño. Lo cierto es que esta tarjeta no tiene demasiado misterio y, básicamente, es un "cartucho" con una parte que se inserta en la consola y otra que queda visible. 

En la parte visible encontramos el logo de Xbox y la capacidad del almacenamiento, lo que puede indicar que lanzarán versiones con más TB en un futuro. 

En la parte que se inserta en la consola tenemos el logo de Seagate, marca que ha desarrollado el dispositivo y que tiene muy buena relación con Xbox, en un acabado metálico que ayuda a la disipación de la temperatura. 

Esto es un portante porque los SSD se calientan y esto no deja de ser un SSD encapsulado que se conecta a un puerto PCIe 4.0, por lo que cuanto más contacto metálico haya, mejor para la disipación.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

En nuestras pruebas, tras estar jugando durante una hora desde este SSD y moviendo dos veces una biblioteca de 800 GB entre el interno y la tarjeta, hemos obtenido una temperatura de 20º grados en la parte de plástico externa y 32º en la parte interna metálica

El cartucho pesa 22 gramos y tiene unas dimensiones de 5 x 3 cm. Es muy compacto y es de esos dispositivos que te hacen exclamar "¿en serio me he gastado 250 euros en esto?" 

Además, está pensado para que lo "coleccionemos" o para que los llevemos a casas de amigos o a segundas consolas. Por eso, se incluye una pequeña tapa que proteger los pines de conexión.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

Ahora bien, sabéis que nos gusta conocer qué hay dentro de los dispositivos y abrimos todos los portátiles que analizamos para comprobar qué elementos hay soldados a la placa, qué tipo de memoria lleva montada o la capacidad de expansión.

No hemos abierto el SSD externo de Xbox porque apreciamos la unidad y no me gustaría romperla tan pronto, pero en el canal Spawn Wave han sido valientes y han abierto una unidad y lo cierto es que los datos que extraemos son bastante interesantes.

Para empezar, el SSD está encapsulado entre dos placas metálicas y, conectando ambas tenemos una pasta térmica que conduce el calor. La aplicación es bastante generosa para, como dijimos hace unas líneas, minimizar el calor de la unidad. 

Y dentro de la placa también hay más pasta térmica que "conecta" la interfaz PCIe con el módulo interno de aluminio. Microsoft, desde los fallos de Xbox 360, se está tomando muy en serio la disipación de calor y han sido tremendamente precavidos con Series X y Series S.

Además, cuando vemos la unidad tenemos que el almacenamiento ha sido fabricado por SK Hynix con una gestión bastante interesante para meter 1 TB en ese espacio y, además, el controlador PCIe 4.0 es de Phison.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

Esto nos da más o menos igual, pero lo interesante es que no es el SSD interno de la consola (que es un SSD m.2 2230 NVVMe), sino más parecido a una tarjeta CF Express de última generación. Vamos a hablar un poco de esto.

Las tarjetas CF Express se utilizan en cámaras de vídeo y cámaras fotográficas de última generación gracias a que pueden transferir 4 GB por segundo, una velocidad adecuada para grabar vídeo 4K con una alta tasa de bits. Los conectores de esas tarjetas CF Express y los del SSD de Seagate son idénticos, mientras que los de un m.2 PCIe son ligeramente diferentes.

CF Express - Imagen de Nikon Rumors
CF Express - Imagen de Nikon Rumors
SSD de Xbox Series X - Imagen de iFixit
SSD de Xbox Series X - Imagen de iFixit
Tarjeta expansión Xbox - Imagen de Spawn Wave
Tarjeta expansión Xbox - Imagen de Spawn Wave

El controlador Phison E19T que monta la unidad de Seagate para Xbox Series ofrece una velocidad de 3,75 GB por segundo, una velocidad más que suficiente para igualar (incluso para superar) al SSD interno y, además, teniendo en cuenta que Phison es una de las compañías que lidera la interfaz PCIe 4.0, se nota un esfuerzo por parte de Seagate a la hora de crear el dispositivo, y también empezamos a entender que cueste 250 euros.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

El almacenamiento SSD es caro y eso es algo que marca tanto la capacidad como la tecnología. Cuando más pequeño es un SSD, más caro porque la compañía tiene que condensar capas y capas de las celdas de almacenamiento en un espacio menor y lo cierto es que es impresionante cómo SK Hynix ha metido 1 TB en ese módulo.

Como digo, tras ver el funcionamiento y el diseño interno, empiezo a comprender el precio. Sigue siendo caro, no digo que no, pero realmente hay mucha "tecnología" en ese pequeñísimo módulo.

Filosofía Plug & Play para dar facilidades al usuario

Las tecnologías propietarias tienen cosas buenas y cosas malas. Lo "malo" es que suelen ser más caras que las universales. Esto es lógico porque es algo que haces en exclusiva para tu sistema, firmas contratos jugosos de desarrollo y distribución sin depender de agentes externos y te aseguras que no hay competencia, por lo que puedes fijar el precio que quieras.

Lo bueno es que puedes hacer, a nivel tecnológico y de compatibilidad, lo que te apetezca. Instalar la tarjeta de expansión de Xbox Series X|S es de lo más sencillo. Simplemente la conectamos al puerto trasero de la consola y, desde ese momento, se crea una segunda unidad de almacenamiento en el sistema.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

No hay que formatear nada, no hay que administrar unidades, no tenemos problemas por que el USB se desconecte sin motivo (cosa que me ha pasado en One X y en Series X con algunas unidades) y, además, podemos conectarla a otra Xbox Series sin problema. 

Estos días de uso la he estado llevando de la consola de trabajo a la principal constantemente ya que en una tengo unos juegos y en la otra tenía otros juegos. De esa manera, copié la biblioteca de una de las Xbox en esa unidad externa y la tenía, también, en la otra consola.

Y, claro, podría llevar la unidad a la consola de un amigo sin problema, aunque para jugar a mis juegos digitales tendría que iniciar sesión con mi cuenta en dicha consola.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

Es la misma filosofía que la de las tarjetas de memoria de hace unos años, esos cartuchitos que también eran carísimos y que nos dejaban 8 o 16 MB para guardar partidas. Ahora tenemos 1 TB (que se queda en unos 920 GB) para guardar juegos, ya que las partidas se guardan en la nube.

Comparativa de velocidad de carga con el SSD interno, un SSD externo y un HDD externo

Vamos a empezar con las comparativas. El SSD interno de Series X cuenta con una velocidad que no es la mayor de la generación (si comparamos con el bestial SSD de PS5), pero que tiene una velocidad y una tasa de transferencia de datos de lo más interesante. 

Cuenta con la capacidad para transmitir 2,4 GB/s de archivos comprimidos y 4,8 GB/s de archivos descomprimidos. Tiene interfaz PCIe 4.0 y el SSD externo de Seagate ha sido desarrollado cumpliendo con esas características.

La idea de Microsoft es la de que las dos unidades (interna y externa) ofrezcan la misma experiencia. Hemos hecho algunas pruebas para ver hasta qué punto es así y en la primera comparamos el tiempo de apertura del juego desde el menú de la consola hasta que empezamos a jugar. El SSD interno es algo más rápido, pero la tarjeta también funciona realmente bien:

Los resultados son ciertamente similares y os estaréis preguntando por qué no hemos comparado los tiempos con el SSD/HDD externo. El motivo es simple. Cuando tenemos un juego que aparece como "Optimizado" para Series X|S instalado en una unidad externa que no sea la oficial de Seagate y Microsoft, nos aparece un icono que indica que en esa unidad no funciona.

Assassin's Creed Valhalla es uno de esos juegos y, como veis, no nos deja iniciarlo ni en el SSD externo ni en el HDD externo:

Y, precisamente, ahí entra en juego el secreto de la tarjeta de expansión de Xbox Series. Los juegos optimizados para la nueva consola de Microsoft, que se espera que cada vez sean más, solo funcionan en el SSD interno o en la tarjeta de expansión.

Esto se debe a que la alta velocidad de la tarjeta de Seagate, igualando la velocidad del SSD interno, es la adecuada para que se ejecute con garantías la API Xbox Velocity Arquitecture de los juegos de nueva generación.

Si probamos un juego que no saca partido a Velocity, tenemos los siguientes datos de carga (y podemos comparar con unidades externas, porque a esos juegos sí podemos jugar desde un SSD/HDD externo):

Algo que también permite hacer la tarjeta de expansión es ejecutar Quick Resume sin problemas y con la misma velocidad que el SSD principal. 

Quick Resume es esa función de Xbox Series X|S que nos permite cambiar entre varios juegos sin tener que pasar por el menú de cada uno de ellos. Es como dejar la partida de DOOM Eternal en reposo para ir a jugar a Ori y, si nos cansamos de Ori, volver a DOOM Eternal en solo unos segundos y al mismo punto en el que pausamos la partida anterior.

En este caso, tenemos un juego instalado en la tarjeta externa y el otro en el SSD interno y el sistema no  marca una diferencia entre las dos unidades, ofreciendo un más que bueno Quick Resume.

Y, por último, hemos probado a volver a la consola desde el reposo e iniciar un juego instalado en la tarjeta de expansión que dejamos pausado cuando apagamos la consola. De nuevo, la experiencia es inmediata y la misma que nos encontramos en el SSD interno.

Así pues, podemos decir que, efectivamente, la tarjeta de expansión de Xbox Series X|S ofrece la misma experiencia que el SSD interno.

Tiempo de transferencia de juegos

La última prueba es la de velocidad de transferencia, que es realmente donde vemos las diferencias abismales entre una unidad conectada por USB y el estándar PCIe 4.0 (y que también nos ayuda a entender que esa bestial tasa de datos por segundo es imposible con una unidad externa por USB Tipo-A y por eso los juegos optimizados no funcionan en esas unidades).

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

Hemos copiado varios juegos grandes de una unidad a otra, pero a continuación os dejamos el ejemplo de Assassin's Creed Valhalla, un juego que pesa unos 48 GB y que está en la media de lo que suelen pesar los juegos grandes del sistema (más allá de auténticas barbaridades como Gears 5, Halo The Master Chief Collection o CoD Cold War).

Transferencia de juegosTiempo
De interno a tarjeta de expansión PCIe 4.01m12s
De interno a SSD externo3m53s
De interno a HDD externo10m56s

Si tenemos una Series X y una Series S, podemos tener un juego que juguemos mucho instalado en esa unidad externa para jugar en la consola que queramos sin perder rendimiento.

¿Vale la pena comprar la tarjeta de expansión de Xbox Series X|S?

La pregunta del millón. En este análisis de la tarjeta de expansión de Xbox Series X hemos ido viendo que, realmente, la tarjeta cumple lo que prometió Microsoft

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

La idea de los de Redmond era la de ofrecer una unidad externa que igualara la experiencia del SSD interno y, por lo visto en los tiempos de transferencia, Quick Resume, inicio rápido de juegos desde el reposo y carga de partidas, así es.

Es el mejor método para ampliar el almacenamiento de Xbox Series X y, aunque en esa consola es "opcional", en Series S lo vemos prácticamente obligatorio teniendo en cuenta el escasísimo espacio interno de dicha máquina.

Entiendo el precio de 250 euros tanto por la velocidad como por toda la tecnología que hay. El controlador PCIe es de calidad y de una compañía de garantía, es una pasada que hayan conseguido meter 920 GB dentro de un módulo tan pequeño y la temperatura se mantiene a raya bajo estrés.

Análisis Tarjeta Expansión Xbox Series X

Como digo, entiendo el precio y la veo necesaria para Series S, pero si tenéis una Series X os recomiendo que aprendáis a gestionar mejor los juegos que tenéis instalados en lugar de tener muchos de golpe... y esperar a una posible baja de precio.

En los párrafos anteriores hemos visto las características de velocidad y rendimiento y, además, os hemos proporcionado bastantes pruebas visuales. Ahora queda en vuestra mano decidir si la tarjeta SSD de Xbox Series X|S vale la pena porque las características de cada jugador son diferentes.

Creemos que sí, que vale lo que cuesta por el nivel de tecnología, pero no deja de ser un extra que cuesta sus 250 euros.

Nuestra valoración

Lo mejor

  • Velocidad
  • Compatibilidad con juegos Velocity Arquitecture
  • Dimensiones y gestión de temperatura

Lo peor

  • 1 TB en ese espacio sorprende, pero es poco
  • El precio es un punto a tener muy en cuenta
  • Formato propietario
87

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Etiquetas: Microsoft, Análisis