LG G8X ThinQ, análisis y opinión

2019 ha sido un año complicado para algunos fabricantes de móviles "de los de toda la vida". Las compañías chinas han entrado con fuerza y hay algunas marcas más tradicionales que han tenido que innovar para seguir en el candelero.
Sony lo ha hecho con sus Xperia ultrapanorámicos y LG está apostando por las pantallas dobles. No, no se trata de terminales con pantalla flexible, sino de móviles "normales" que se incrustan en una carcasa que incluye una segunda pantalla.
El LG V50 ThinQ fue el primer terminal de esta familia, uno que hacía uso de una Dual Smart Screen interesante, pero que se quedaba lejos (en calidad) de la pantalla principal, creando una disonancia a la hora de utiliza las dos pantallas.
Os dimos todas las claves en nuestro análisis, y ahora es el turno de dar nuestra opinión en el análisis del LG G8X ThinQ. Antes de nada, os dejamos la tabla de características del nuevo LG G8X y una comparativa con su "hermano" el V50.
LG G8X ThinQ | LG V50 ThinQ | |
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Pantalla | OLED 6,4" Resolución de 2.340 x 1.080 píxeles Relación 19,5:9 Densidad de 403 ppp 83,3% del frontal es pantalla HDR10 / DCI-P3 100% | OLED 6,4" Resolución de 3.120 x 1440 píxeles Densidad de 538 ppp 82,7% del frontal es pantalla HDR / Dolby Vision |
Procesador | Snapdragon 855 | |
Memoria RAM | 6 GB | |
GPU | Adreno 640 | |
Almacenamiento | 128 GB | |
Batería | 4.000 mAh Carga rápida de 21 W Carga inalámbrica de 9 W | 4.000 mAh Carga rápida de 18 W Carga inalámbrica de 10 W |
Cámara trasera | 12 Mpx f1.8 PDAF Dual Pixel OIS (principal) 13 Mpx f2.4 (gran angular) | 12 Mpx f1.5 PDAF Dual Pixel OIS (principal) 12 Mpx f2.4 zoom óptico 2x OIS (telefoto) 16 Mpx f1.9 (gran angular) |
Cámara frontal | 32 Mpx f1.9 | 8 Mpx f2.0 |
Dimensiones y peso | 159,3 x 75.8 x 8,4 mm 192 gramos sin Dual Screen 197 x 83 x 16 mm 330 gramos con Dual Screen | 159,2 x 76,1 x 8,3 mm 183 gramos |
Sistema operativo | Android 9 + LG UX 9.0 | Android 9 + LG UX 8.0 |
Precio | 699 euros | 577 euros |
Análisis del LG G8X ThinQ por apartados:
- Diseño bonito, pero que resbala en cualquier superficie
- Pantalla: OLED bien calibrada, pero algo lejos del TOP del año pasado
- Dual Screen: útil, pero puedes vivir sin ella
- Rendimiento: potencia de sobra con el Snapdragon 855
- Software: Android 9, pero con bastante personalización
- Cámaras: doble sensor trasero con IA y modo ASMR de vídeo
- Sonido: bien con el móvil y gana enteros con auriculares
- Autonomía: de batería va servido para una pantalla
- Conclusión: si necesitas dos pantallas, es tu móvil
Diseño que no arriesga, con acabado muy deslizante
En los colores está el gusto y, aunque estos últimos meses estamos viendo móviles que son muy, muy parecidos, hay ciertas características de diseño que se mantienen intactas en algunos fabricantes. LG, por ejemplo, ha apostado por un diseño muy sobrio creando móviles con todos los bordes redondeados, de un intenso color negro piano y unas cámaras que no sobresalen del cuerpo.

El LG G8 y el V50 eran terminales prácticamente calcados y con el LG G8X, los surcoreanos no se han salido del molde, aunque han actualizado un par de elementos que había que tocar. Por ejemplo, si nos fijamos en el frontal, contamos con un notch de tipo gota para la única cámara frontal.
La pantalla no se ha estirado mucho más que en la generación anterior y seguimos contando con una barbilla prominente de 5 milímetros y unos marcos laterales y superior de 3 y 4 milímetros respectivamente.

En la parte trasera también tenemos novedades. LG ha incluido el lector de huellas en pantalla (un lector de luz que funciona muy bien) y las cámaras se han reducido de tres... a dos.
Es un movimiento extraño de los surcoreanos teniendo en cuenta que el LG G8X es un tope de gama en su línea de producto y tanto el V50 como el LG G8 tenían tres cámaras. Estas cámaras siguen sin sobresalir y están rodeadas por un marco plateado.

En el lateral derecho tenemos el botón de bloqueo y en el izquierdo los de subir/bajar volumen (dos botones separados y no un único módulo) y un botón para activar Google Assistant.

En la parte superior está la ranura de tarjetas (SIM y microSD) y en la inferior tenemos el USB Tipo-C, el altavoz y el puerto de auriculares.

Poco más, en términos de diseño, en un móvil elegante, pero que deja una sensación agridulce en la mano. Y es que, los bordes curvados de cristal en la parte frontal y trasera están "cortados" por unos laterales de aluminio. Ese corte es patente al tacto y, aunque la sensación en la mano es la de un móvil muy premium, no deja de ser algo que rompe la armonía del diseño.

Además, es un imán para las huellas (mal endémico de los móviles de cristal con un acabado negro tan brillante) y muy, pero que muy resbaladizo. Si lo dejas en una superficie algo inclinada, se va deslizando buscando el precipicio que marca el borde. Cuidado con esto porque el aluminio soporta bien los golpes, pero no es plato de buen gusto que se caiga el móvil.

Pantalla OLED muy personalizable, pero lejos del top 2019
Pasamos a la pantalla y nos encontramos, igual que con las cámaras, con un paso atrás en especificaciones. Estamos ante un panel OLED de 6,4" que ocupa un 83,3% del frontal. Está lejos de otros terminales vistos estos últimos meses como el Mi Note 10, el Note 10 o el Mate 30 o el 7T Pro, aunque sí aprovecha más el frontal que la generación anterior de LG.

Tenemos una resolución de 2.340 x 1.080 píxeles que deja 403 píxeles por pulgada. Es una resolución más que suficiente para el día a día y todas las situaciones y, como hemos comentado alguna vez, una densidad de más de 400 píxeles por pulgada es inapreciable.
También escierto que debemos dar otro tirón de orejas a LG porque es una resolución FullHD+ mientras que en el G8 y V50 era resolución QHD+, es decir, ha bajado en definición.

Si nos olvidamos de contar píxeles, la pantalla soporta HDR10 y el 100% del espacio de color DCI-P3, por lo que tenemos un gran nivel de contraste (gracias, también, a que es un panel OLED) y con la configuración adecuada podemos lograr unos colores intensos, vivos y muy atractivos, pero también unos colores más realistas que no queden apagados.

Ver contenido en el LG G8X es una gran experiencia ya que, tanto videojuegos como películas y series se ven genial, con un buen nivel de brillo en todo momento (el ajuste de brillo automático funciona de maravilla) y unos ángulos de visión impecables.
La pantalla es muy personalizable tanto en opciones como en imagen. Tenemos modo noche, modo oscuro, modo lectura y podemos configurar el control para que sea mediante gestos o botones virtuales.

Además, la pantalla Always-On Display permite elegir un mini-fondo de pantalla (ahí tenéis a Yodita) y varios diseños personalizables.

Lo mejor, sin embargo, es que mientras muchos móviles tienen tres opciones de color (Vivo, Estándar y Personalizado), aquí tenemos cinco entre los que elegir, el modo automático y un modo experto que podemos configurar a nuestro gusto, así como la temperatura de color en todos los modos (de más frío a más cálido).
Podemos elegir ocultar o mostrar el notch con un modo que se llama "nueva segunda pantalla" (ya podría tener otro nombre teniendo en cuenta que tenemos otra pantalla, literalmente) y escalar el tamaño de las aplicaciones en pantalla de manera automática.

Es, como decimos, una muy buena pantalla para disfrutar de contenido que, además, presenta un alto nivel de brillo. Ya hemos comentado que cuenta con un brillo automático que funciona muy bien, pero hay dos particularidades. La primera es que el modo de altas luces no es más que el brillo al 100% (siendo el brillo "alto" por defecto el 80%).

La segunda es que la pantalla ajusta el brillo al 0% cuando la batería se encuentra por debajo del 5%. Es algo realmente molesto porque, básicamente, vamos a decir "qué ha pasado aquí" y subirlo de manera inmediata.
Terminamos este apartado del análisis del LG G8X hablando del brillo, y aquí tenemos leña que cortar. Si nos ceñimos a la pantalla del terminal, nos encontramos un brillo máximo de 607 lux con una desviación de 26 lux. Es una pantalla con un brillo que, realmente, no destaca ni por lo elevado que es... ni por la homogeneidad, y lo mismo pasa con el modo HDR.

Tenemos un medio máximo de 765 lux en HDR con una desviación de 49 lux. Se ve bien en cualquier situación, pero no hay un modo altas luces que permite que, cuando la luz solar incide directamente en el exterior, la pantalla pegue un subidón de brillo facilitando la visualización

Con el V50 ThinQ, LG utilizó un panel totalmente diferente y había variación de color y brillo. Aquí tenemos el mismo panel, por lo que la calibración de color es la misma, pero el brillo, como se puede ver, no. Para empezar, no hay modo HBM y el brillo máximo tampoco es tan elevado como en la pantalla del terminal.
Dos pantallas a falta de una: así es vivir con la Smart Dual Screen
El LG G8X no es el móvil más puntero de este final de año, pero está claro que tiene ese algo especial que puede atraer a un nicho de usuarios.
Se trata de la nueva Smart Dual Screen, y decimos "nueva" porque tiene tres novedades importantes respecto a la pantalla secundaria del V50 ThinQ.

Para empezar, las físicas. Esta nueva pantalla tiene, realmente, dos pantallas, la interior y una exterior monocroma que nos avisa de la hora y de ciertas notificaciones.

Además, ya no se conecta al móvil a través de tres pines, sino del puerto USB Tipo-C.


La tercera novedad es que el molde de la pantalla de la Smart Dual Screen es el de la pantalla del propio móvil.
Tenemos el notch en el mismo sitio (y no sirve para nada, ya que no añade una cámara), los bordes y la barbilla son idénticos y la representación de color es la misma.

Esto es una buena noticia ya que LG utilizó una pantalla de notable peor calidad en la Dual Smart Screen del V50 que pecaba de irse a los tonos azules y a no contar, ni por asomo, con el mismo nivel de brillo. Así pues, tenemos la "misma" pantalla FullHD+ de 6,4".

Ahora bien, ¿es útil? Bueno, depende. En términos físicos, la funda-pantalla añade unos cuantos gramos y duplica el grosor del terminal. Es decir, un móvil de más de 330 gramos en el bolsillo y 16 milímetros de grosor. No es moco de pavo.

He usado esta segunda pantalla, sobre todo, en el transporte público y en casa para tener Twitter y Netflix a la vez, pero también se puede usar para jugar. Eso sí, hay apps que se "pausan" si tocamos la otra pantalla, quedando congeladas y perdiendo todo el atractivo de contar con dos pantallas.



Cuando ejecutamos un juego compatible, la pantalla se convierte en una especie de mando en el que aparecen controles muy útiles para no poner los dedos en la pantalla y tapar la acción.
Y sí, me ha encantado jugar en este móvil ya que veo toda la acción sin poner los "dedazos", es más cómodo cogerlo así (como una Nintendo 3DS) y por rendimiento podría pasar como un "móvil gaming" (con muchas comillas porque faltan elementos imprescindibles para que entre en esa categoría).

En el día a día no es algo demasiado cómodo, pero no por la utilizad, sino por el peso del terminal "al completo". La bisagra se gira 360º, por lo que no siempre debemos tenerlo en modo libro, pero aún así no es muy cómodo ir por la calle con guantes y manejar un móvil así.
Buena idea para extender la pantalla, pero tened en cuenta que en cada pantalla se ejecuta una app diferente, no se "extiende" como sí ocurre en un móvil como el Galaxy Fold.

En cuanto a los controles, tenemos un icono flotante que tampoco deja hacer mucho más que cambiar entre pantallas, mostrar la pantalla principal en la Dual Screen o viceversa... y poner la pantalla principal en suspensión para usar solo la Dual Screen.

Sobra decir que, siendo el mismo panel, la sensibilidad táctil es la misma - muy buena, de hecho -. Por lo demás, es una opción que viene en la caja y depende de cada usuario y sus gustos, pero es algo que terminamos usando en ocasiones contadas y, ni remotamente, en algo útil en el día a día, cuando vamos con el móvil por la calle.
Rendimiento para hacer cualquier cosa
Y ya que hemos hablado de rendimiento, no hay mucho que podamos decir del LG G8X más allá de que se trata de un terminal que puede con lo que le echemos. El procesador Snapdragon 855 y 6 GB de memoria RAM es exactamente la misma configuración que la del G8 y del V50.

¿Nos habría gustado que contara con el Snapdragon 855+? Por supuesto, pero bueno, el 855 sigue siendo uno de los mejores procesadores de este año y el G8X no se calienta en absoluto ni al estar jugando durante varias partidas seguidas de Fortnite.
Os dejamos la tabla comparativa entre algunos de los móviles más potentes del año en la que podéis ver cómo queda el G8X:
Benchmarks | LG G8X ThinQ (SD855) | Mate 30 Pro (Kirin 990) | realme X2 Pro (SD855+) | Pixel 4 XL (SD855) | OnePlus 7T Pro (SD855+) | Galaxy Note 10+ (Exynos 9825) |
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GeekBench 4 Single | 3.450 | 3.927 | 3.535 | 2.862 | 3.573 | 4.538 |
GeekBench 4 Multi | 10.967 | 12.343 | 10.256 | 9.432 | 11.079 | 10.351 |
GeekBench 5 Single | 746 | 785 | 640 | 524 | 760 | 790 |
GeekBench 5 Multi | 2.622 | 3.085 | 2.211 | 1.927 | 2.679 | 2.054 |
Antutu 8 | 421.160 | 461.141 | 460.121 | 423.906 | 447.243 | 445.281 |
PCMark | 9.524 | 10.429 | 12.458 | 9.465 | 10.598 | 8.533 |
3DMark OpenGL | 5.723 | 6.042 | 5.255 | 4.640 | 6.154 | 4.999 |
3DMark Vulkan | 5.044 | 5.564 | 4.752 | 4.130 | 5.330 | 3.667 |
Como siempre decimos, esta tabla es solo para hacernos a la idea de lo que rinde cada procesador, pero luego lo importante es la experiencia de usuario. No hay pegas en el tejado del LG G8X ya que, aunque como veremos más adelante Android 9 tiene una gran personalización de LG, no es algo que impacte en el rendimiento del equipo.

¡Ah! Algo que se agradece es que tiene una especie de "modo juego". No sube de vueltas el procesador ni mata procesos en segundo plano, pero podemos escoger que se active el sonido DTS, que no se muestren notificaciones y ajustar la calidad del juego (resolución y fps).
Android 9 con una personalización notable LG
Mencionamos Android, y aquí vamos. Estamos ante un terminal que llega con Android 9 y LG UX 9.0, una de las capas más agresivas respecto a Android stock que podemos encontrar en el mercado. Mientras los demás fabricante aparecen apostar por seguir a pies juntillas lo que marca Google, LG continúa separándose de esa corriente con un sistema en el que todo está muy, muy fragmentado.

Esto no es ni mejor ni peor en el día a día, ya que no afecta en nada al rendimiento de un móvil tan potente, pero está claro que hay opciones que vamos a tardar en encontrar si venimos de otros móviles. Por ejemplo, el menú de ajustes es infinito y tiene muchísimas pestañas, algunas de ellas - la mayoría - con submenús que no aportan demasiado.
Esa personalización se agradece en la pantalla, por ejemplo, pero para muchas otras cosas es innecesaria y molesta. Un ejemplo es las aplicaciones propias como QuickMemo+, parte de un ecosistema de aplicaciones que muchos usuarios mandamos a un cajón para no abrir nunca más (ya que no se pueden desinstalar).

Hay elementos útiles, como una barra flotante para el escritorio que cuenta con diferentes accesos rápidos, tenemos la posibilidad de activar la pantalla con un doble toque y el sistema, como decimos, va muy fluido, pero se agradecería algo más de sencillez en lo que a menús se refiere (y menos bloatware que no llega a ser útil).
Dos cámaras principales con buen recorte en el modo retrato
Llegamos al punto álgido del análisis del LG G8X, las cámaras. El apartado fotográfico era uno de los mimados por los surcoreanos hace unos años, con un gran sistema de vídeo, de fotografía y, además, introduciendo el gran angular. De hecho, se nota la experiencia del fabricante con el gran angular, pero en lo demás, es un terminal que no cumple como debería.

Tenemos dos sensores, siendo el principal de 12 megapíxeles f1.8, con estabilización óptica y equivalente a un 26 milímetros. El segundo es el gran angular de 13 megapíxeles f2.4 equivalente a un 14 milímetros.

La aplicación de cámara es muy sencilla (prácticamente, idéntica a la de iOS, incluso con el HDR escondido en los ajustes) y una inteligencia artificial que nos muestra parámetros de color y enfoque diferentes según el objeto al que apuntemos.
En un terminal de gama alta, esperamos que el rendimiento de las cámaras sea el ideal, con un excelente trato a la fotografía en exterior, un modo noche que sorprenda, un buen retrato y una fotografía en condiciones de interior que no abuse del ruido.

En las fotografías en exterior, el LG G8X no muestra el color más realista del mundo, pero sí sabe dar un toque subexpuesto y saturado a la imagen para que gane en espectacularidad. Con el modo automático y la IA activada se consiguen fotos atractivas y con el HDR los cielos son una auténtica fiesta.
Ahora bien, aunque a primera vista cumplan, hay una falta evidente de nitidez en cuanto realizamos una ampliación del 100%, con texturas que no se muestran como deberían y ruido que empaña el resultado. Podéis descargar todas las muestras de fotos y vídeos según como salen del móvil sin recompresión alguna desde aquí.



Lidia bien con los contraluces y la IA hace su trabajo, incluso recomendando los mejores encuadres una vez hemos hecho la foto, pero si queremos presumir de fotografías en redes sociales, tendremos que pasar por programas como Snapseed para aumentar un par de puntos la nitidez (y esto, evidentemente, no tendría que ser así).
En objetos cercanos, eso sí, cumple muy, muy bien:



No tenemos zoom óptico, pero podemos meter un digital 8x. Eso sí, no deja de ser un zoom digital:


El gran angular mantiene unos colores similares a los de la cámara principal, aunque no iguales. Sin embargo peca de la misma falta de nitidez en la foto final a lo que se suma algo más de ruido. A continuación varios ejemplos:








Eso sí, me gusta que prácticamente no hay aberración en la lente y las líneas rectas que se encuentran en los bordes no se convierten en curvas automáticamente.
El LG G8X tiene un modo noche, pero aquí tenemos más malas que buenas noticias, ya que se producen reflejos en la lente (flares) cuando hay fuentes de luz, la falta de detalle es evidente:
En interior, tenemos imágenes algo planas y, cuando la luz no es abundante, el ruido y la falta de detalle es excesivo:


Vamos al modo estrella estos dos últimos años, el retrato. No va a haber una crítica feroz del modo retrato del LG G8X, me ha gustado. Cuando hacemos una foto en este modo, podemos elegir a posteriori el nivel de desenfoque, y lo cierto es que el recorte es muy bueno en la mayoría de ocasiones.

Hay detalles que se le pasan (el pelo sigue siendo un reto), pero por lo general, los resultados son atractivos, no nos pone piel de porcelana y, además, no cambia el contraste de la imagen. Otros móviles meten un "punch" de contraste que hace que los colores cambien. Aquí no tenemos eso.


Es interesante destacar que en el modo automático, si enfocamos al sujeto, ya da una profundidad de campo atractiva. Y como añadido podemos buscar el límite con el slider para tener un bokeh más cremoso en edición.



En la cámara frontal la cosa cambia. 32 megapíxeles f1.9 que no se porta mal en exterior, pero interior... . Falta de nitidez, ruido y, si da la luz solar, aunque sea de refilón, aparecen brillos extraños en la imagen. Es suficiente como para salir del paso, pero los amantes de los selfies seguramente estéis algo incómodos en ciertas ocasiones. El recorte, además, es más agresivo que con la cámara trasera, con fallos evidentes en el pelo, gafas, la capucha...


Por último, la doble pantalla también tiene su utilidad con la cámara, ya que podemos sacar una foto, verla en la Dual Screen mientras intentamos hacer otra, algo útil para tener el primer resultado y buscar una foto con un encuadre diferente, pero que nos convenza más. También podemos hacer de espejo para que el modelo se vea en pantalla mientras le hacemos fotos con la cámara frontal.

Vídeo con modo superestabilizado y ASMR
Si pasamos al vídeo, el LG G8X tiene grabación hasta 4K60. El resultado es... ¡atractivo! No es el mejor móvil en grabación de vídeo de este año, pero no deja de cumplir en prácticamente cualquier situación, tanto en interior como en exterior, con una estabilización que funciona bien en 1.080p y un nivel de detalle correcto en 4K, además de manejarse bien en situaciones de complicada iluminación con luz y sombras.
Eso sí, el estabilizador solo se puede usar en el modo FullHD, por lo que hay evidentes diferencias con el modo 4K (más vistoso, pero también más "nervioso"):
No deja de ser un vídeo con un color algo artificial, como las fotografías, pero vamos, no es algo a criticar. Ahora bien, hay que hablar del modo ASMR. Se trata de esas cosas que los fabricantes hacen y que son "rarezas" que te hacen preguntarte por qué han estado seis meses trabajando en ello (literalmente, como se ha mencionado hace poco) y no en otros apartados.
Lo que hace el modo ASMR es aumentar la sensibilidad del micrófono para grabar vídeos supuestamente relajantes. Os dejamos una muestra de un vídeo ASMR... y el mismo sin este modo:
Además, hay otra cosita curiosa, un modo de vídeo superestabilizado que consigue un resultado, mediante software, similar al de llevar el móvil en un gimbal. Os dejamos una comparativa (y sí, es un ejemplo más de ASMR activo):
Por último, la cámara lenta nos permite un par de opciones curiosas. Por un lado, un editor de velocidad (desde 1x hasta 1/8x) en tiempo real. Por otro, la posibilidad de poner música de manera automática para que no quede un vídeo tan seco:
Sonido que cumple, con muchas opciones de personalización
Algo que los fabricantes están cuidando en sus terminales de gama alta es la calidad de los altavoces. Está claro que por el grosor de los mismos, no es sencillo introducir altavoces que den para mucho, pero sí es cierto que el rango sonoro de los mismos está mejorando.

LG ha tenido terminales con una gran prestación en lo que a sus altavoces se refiere, y aquí contamos con una configuración estéreo que nos permite disfrutar de un volumen considerable... pero con un sonido excesivamente enlatado.
No es la mejor experiencia para disfrutar de música, películas y videojuegos, pero afortunadamente tenemos la opción de añadir auriculares por jack de 3,5 milímetros y disfrutar de un sonido sustancialmente mejor. Por cierto, olvidad utilizar auriculares por cable si usáis la Smart Dual Screen, no entra la clavija a no ser que sea muy, muy fina la parte de plástico que rodea el conector de los cascos.

Varias opciones de ecualización y personalización del sonido y los propios auriculares para conseguir, con unos cascos buenos, una experiencia que vale la pena.
Batería: bien para una pantalla, corta para dos
La autonomía es otra de las claves de un móvil. El LG G8X tiene una batería de 4.000 mAh que es más que suficiente para el terminal si no lo instalamos en la funda-pantalla.
Contamos con un día de uso intensivo, teniendo que cargar por la noche, o un día y una mañana si no somos demasiado exigentes viendo vídeos y jugando. Con un uso básico de redes sociales, alguna fotografía y sin sacarlo mucho del bolsillo, llegamos a ese día y medio con el brillo automático.

Con el brillo al 100%, algo que debemos poner de forma manual, la autonomía marca cinco horas cincuenta minutos en PC Mark, una autonomía correcta teniendo en cuenta el alto nivel de brillo.
Si conectamos la pantalla secundaria... la cosa cambia y no llegamos, aunque hagamos un uso básico, al día de autonomía. ¿Cuánto tarda en cargar? Tampoco tenemos demasiadas buenas noticias en este apartado.

Cargador QuickCharge 3.0 de 21 W que nos ofrece una carga completa en una hora y cuarenta y ocho minutos y menos del 40% en media hora. Desde luego, no es la carga más rápida del año.

Podemos cargar el terminal de dos formas, o con el cargador integrado USB Tipo-C o con el mismo cargador y un adaptador imantado si queremos cargar el terminal con la Smart Dual Screen puesta.
Un paso intermedio entre el G8 y el V50 ThinQ
Es complicado valorar un terminal como el LG G8X. El G8 a secas fue un terminal de gama alta con todas las letras que sí, tenía algunas carencias, pero también un sistema fotográfico a la altura de 2019 y versátil. El V50 aprovechó muchas de las características del G8 para introducir un concepto diferente con la doble pantalla, y ahora el G8X se queda entre dos aguas.

El rendimiento sigue siendo excepcional, pero no mejora respecto a los dos móviles mencionados. La capa LG UX 9.0 no lastra el día a día del móvil y, aunque se ha actualizado para ser algo más funcional, sigue siendo complicada en algunos aspectos (como la cantidad de menús que tiene y el bloatware).
Las cámaras no mejoran los resultados de los dos móviles de gama alta lanzados anteriormente por la compañía y el diseño se mantiene inamovible (en este caso, es bonito, elegante y muy premium, no hay ningún "pero").

Donde notamos más mejora es en la batería, que por fin llega a los 4.000 mAh y, sobre todo, en una segunda pantalla que, aunque no tiene el mismo nivel de brillo que la que incorpora el propio teléfono, sí muestra los colores de la misma forma, por lo que no chirría al pasar de una a otra.

Es un móvil complicado, como decimos, porque está en tierra de nadie al luchar contra dos miembros de su propia familia y, además, al jugar todas sus cartas a una pantalla dual que no está muy extendida en el mercado.

Dicho esto, no es mal móvil, en absoluto, pero LG debe afinar el tiro para no competir en un mismo año con cuatro teléfonos de gama alta (y decimos "cuatro" porque además del LG G8 y el V50, está el G8s). Si os gusta la marca y vais a aprovechar la segunda pantalla, ni os lo penséis.
Nuestra valoración
Lo mejor
- Versatilidad de la Dual Screen
- Pantalla
- Diseño y jack de auriculares
- Buen rendimiento
Lo peor
- Autonomía mejorable
- Capa de personalización
- Rendimiento de cámaras
- Sonido
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Productos: LG G8X ThinQ