Samsung Galaxy Z Flip 3, análisis y opinión

Samsung es la que, tradicionalmente, abre el mercado de los móviles de alta gama de la segunda mitad de año. Estos últimos años lo ha hecho con su gama note, que presentaban en agosto, pero en 2021 parece que el Note ha muerto y los que han llegado para inaugurar la temporada son los plegables.

Ya hemos analizado el Galaxy Z Fold 3, un móvil que se convierte en tablet y que es, junto al S21 Ultra -análisis- el móvil más premium de la compañía coreana y uno de los más TOP del mercado.

Pero también tenemos el otro plegable, el tipo concha que es un concepto totalmente diferente y que, por su formato, es muy interesante para usuarios que quieren un móvil que entre en el bolsillo.

Y, tras una semanita de uso, os contamos nuestra opinión del Samsung Galaxy Z Flip 3 en este análisis en el que vemos tanto lo bueno como lo malo del terminal. Y sí, todo está relacionado con su factor de forma.

Apartados del análisis del Samsung Galaxy Z Flip 3:

• Diseño: un salto galáctico respecto a la anterior generación
• Pantalla y sonido: dos pantallas y un panel interior tan espectacular como delicado
• Rendimiento: a la par de la gama más top con Snapdragon 888
• Autonomía: un día justito con una carga que no es el punto fuerte
• Cámara: correctas para redes sociales, aunque algo lejos de su rango de precio
• Conclusión: lo amarás si quieres un móvil convencional que ocupe la mitad en el bolsillo

Un salto galáctico respecto a la anterior generación

Vamos a empezar por el diseño porque creo que es el punto más importante de este análisis. Sí, siempre empezamos por aquí, pero en el caso de un plegable tiene todo el sentido del mundo y es algo intrínsecamente unido al panel utilizado.

Pero bueno, antes de hablar de la pantalla, vamos con los acabados y materiales porque tenemos entre manos exactamente lo que esperamos cuando hablamos de un móvil de más de 1.000 euros.

El aluminio sin pulir está en los laterales y en la bisagra, donde vemos el nombre de 'Samsung' de manera muy elegante. 

En la tapa delantera y trasera tenemos cristal, pero lo más interesante de esta generación es que se siente mucho más premium que la anterior entre manos y, además, la bisagra parece de mejor calidad.

Podemos abrir el móvil en ángulos imposibles el año pasado sin que este se cierre o abra completamente, y es algo que está bien. ¿Recordáis la pantalla curva del Nexux 6? Pues lo podéis emular.

Pero bueno, siguiendo con el exterior, tenemos unos extradelgados 6,9 mm de grosor cuando abrimos el teléfono y, como es habitual, un altavoz en la parte inferior junto a dos micrófonos y el USB-C, así como el lector. de SIM en la parte izquierda superior.

En el lateral derecho tenemos el lector de huellas (no hay huella en pantalla) y el control de volumen y tengo que decir que no me gusta nada la ubicación. 

Creo que están demasiado arriba y que se podría haber solucionado poniendo el botón de volumen en la parte 'inferior' o en el lateral izquierdo.

Esto sí me parece incómodo porque vas a tener que hacer un movimiento exagerado con la mano o el pulgar y creo que se podría haber solucionado fácilmente, pero bueno, también hay cosas que no esperaba, como la resistencia IPX8.

Esto significa que es totalmente resistente al agua, pero no al polvo. Es decir, si vas a la playa con el móvil, seguramente si se levanta algo de viento se meterán partículas en el engranaje y empieces a tener un bonito sonido de maracas cada vez que lo abra. O te rayará la pantalla, ya que sigue siendo de plástico.

Samsung dice que es un 80% más resistente, pero no sabemos a qué. Lo que sí sé es que, tras una semana de uso, no está marcada, pero la propia compañía te dice que tengas cuidado con objetos y las propias uñas, ya que puede dañar el panel. 

Por cierto, tiene un protector de pantalla preaplicado que te recomiendan no quitar.

Y la pantalla, además del borde negro que sobresale un poco, tiene un pequeño borde interior que no entiendo por qué está, pero bueno, no es algo que afecte a la experiencia.

Lo cierto es que, quitando la ubicación de los botones, el móvil me está gustando muchísimo porque en la mano se siente muy, muy premium y cuando salgo por ahí tengo un móvil con una pantalla enorme que ocupa la mitad en el bolsillo.

Evidentemente es más grueso, plegado, que un móvil convencional, pero es algo que no me molesta porque no sueño llevar pantalones ceñidos.

Es decir, cumple lo que busco en un plegable y, por eso, para mi es mejor que el Fold. Es el que elegiría, al menos.

Dos pantallas y un panel interior tan espectacular como delicado

Vamos a hablar de las pantallas, pero antes de nada quiero detenerme en la pantalla externa. 

El primer Flip tenía una diminuta pantalla que servía para ver la hora y tenía un puntito rojo que indicaba que teníamos una notificación. No servía para mucho, desde luego, y había que estar desplegando el teléfono constantemente.

Afortunadamente, Samsung aprendió la lección y en esta generación tenemos una pantalla mayor. Es de solo 1,9", sí, pero lo suficiente para tener varios widgets (como si fuera un reloj inteligente), el control de la música, una vista previa de las notificaciones y algún que otro ajuste que es de lo más útil.

Además, también nos permite grabarnos o hacer vídeos teniendo esa pantalla como referencia, algo que ya hacía el primer Flip, pero la diferencia es que ahora podemos ver lo que estamos haciendo.

Es una pantalla que me ha resultado cómoda en ocasiones en las que doy un doble toque para ver notificaciones y, si no me interesan, no abro el teléfono, pero evidentemente siempre vais a estar desplegando la pantalla para ver el contenido... mejor.

Y aquí es donde entra en juego un panel AMOLED de 6,7" que cuenta con unos colores saturados y un nivel de brillo espectacular.

Esto último es muy necesario porque el material plástico del panel refleja la luz de forma distinta a como lo hace el cristal convencional y muchas veces en días soleados veo brillos molestos de manera irregular en la pantalla.

Con el alto brillo se busca mitigar esto, que sigue apareciendo, pero cuando no hay una fuente directa como puede ser el Sol, lo cierto es que los 1.678 luxes de media se hacen valer. Además, la desviación es de solo 5,3 luxes.

Además, el móvil cuenta con un refresco de 60 Hz o de hasta 120 Hz. Es una muy buena respuesta, pero no se puede aprovechar para jugar a títulos exigentes porque el SoC, aunque es el Snapdragon 888, parece limitado.

Para ver contenido es un muy buen panel y los vídeos más panorámicos le sientan genial, ya que es un panel más alargado que los convencionales. La sensibilidad me ha parecido muy buena y el pliegue... pues sí, está y lo vas a ver y notar al tacto, pero te acostumbras.

Ciertamente, no es algo que me haya molestado o llamado la atención en el día a día. ¿Estaría mejor que la pantalla fuera totalmente plana? Pues sí, pero realmente cuando lo notas es solo en el scroll en apps como Twitter o Instagram y salta a la vista solo cuando no miramos la pantalla desde un ángulo recto.

Este apartado multimedia está complementado por un sonido estéreo que me ha parecido de calidad. Cuenta con el volumen y la calidad suficiente como para disfrutar de música en la ducha, por ejemplo, y para ver vídeos o capítulos de series en muy buenas condiciones.

No tenemos jack de auriculares, pero por software contamos con Dolby Atmos, ecualizador y un modo de accesibilidad para ajustar las frecuencias dependiendo de nuestra edad.

¡Ah! Seguro que estáis pensando que el móvil se presta a reproducir música en modo plegado. Vais a poder hacerlo, sí, pero tened en cuenta que uno de los altavoces está en el auricular de llamadas que se tapa cuando doblamos el móvil, y esto afecta al sonido.

A la par de la gama más top con Snapdragon 888

Ya hemos visto, que con sus concesiones, el exterior y la pantalla del Flip Z están a un gran nivel. El año pasado también tuvimos buenas sensaciones, pero en el interior pinchaba debido a un SoC que no se correspondía con el precio.

Samsung ha aprendido la lección y ha montado lo último de lo último con el Snapdragon 888, 8 GB de memoria RAM y memoria UFS 3.1.

El Snapdragon 888 no necesita presentación, así como su GPU Adreno 660 y puede con lo que le echemos tanto en apps pesadas como en juego, pero tiene un gran inconveniente.

Y es que, es un chip que se calienta bastante. Lo hemos dicho en prácticamente todos los móviles con este SoC (excepto los gaming y, curiosamente, el Fold 3), y este calentamiento es un problema del SoC.

Aquí tenemos un móvil que se calienta a la mínima en cuanto iniciamos un juego moderadamente exigente o una app un poco más pesada de lo normal y lo cierto es que sí, aunque está ahí y no lo podemos obviar, lo entendemos.

Hay muy poca superficie para disipar el calor del chip, que está en la mitad superior. Además, es muy delgado y el sistema de disipación lo tiene complicado.

Creo que, de hecho, se produce un estrangulamiento térmico en juegos exigentes como Genshin Impact, ya que no se mueve de manera fluida, algo que debería pasar sin problemas con este hardware.

Y, de hecho, viendo los resultados, la GPU arroja una puntuación que está lejos de la que debería tener y creo que la explicación es que Samsung ha bajado voltaje de la Adreno 660 para evitar que el terminal se caliente aún mas.

Por lo demás, tenemos un móvil con Android 11 y la última versión de la capa OneUI, aunque no he encontrado el modo de activar DeX, por lo que creo que no tenemos esa opción.

Todo va muy fluido y da la sensación de tener un móvil muy premium en la mano tanto por el rendimiento como por esa velocidad general, pero seguimos sin entender por qué Samsung, aun fabricando las memorias, no mete las más rápidas disponibles, estando por debajo de los rivales en escritura, sobre todo.

El sensor de huellas capacitivo funciona bien, no así el desbloqueo por foto, que me parece algo lento, y creo que el sistema en general va muy bien.

No tiene tantos extras como el Fold para aprovechar las diferentes pantallas y, en este sentido, estamos ante un móvil más convencional, pero sí tiene detallitos que se agradece.

Por ejemplo, podemos abrir la cámara con la pantalla puesta en un ángulo de 90º para apoyarlos obre una mesa sin problema, podemos usar la pantalla externa para ver lo que están 'viendo' las cámaras y hay otros extras de este tipo que no son un motivo de compra, pero que si están, agradeces.

¡Ah! Por último, tiene NFC, pero está en la mitad inferior, no en la superior que es donde solemos encontrar este chip.

Un día justito de uso con una carga que no es el punto fuerte

3.300 mAh, esa es la capacidad de la batería de un móvil que cuenta con una pantalla muy grande, un SoC bastante glotón y un brillo muy, muy alto.

Aunque todas las imágenes de nuestros análisis son propias, aquí quiero compartir una captura del teardown de PBK Reviews en el que podemos ver el tamaño de la batería y comprobar que, efectivamente, no entra una 'pila' más grande.

De hecho, la batería está dividida en dos, siendo la más grande de 2.370 mAh que ocupa casi toda la mitad inferior.

Y la autonomía, como os podéis imaginar, no es para lanzar cohetes. En el día a día tengo unas cuatro horas y media de pantalla, como mucho, con mi uso y la verdad es que sufro para llegar al final del día.

En el test sintético tenemos una autonomía muy similar, de solo cinco horas y dieciocho minutos con el brillo al 100%.

En la caja no tenemos cargador, pero el móvil es capaz de cargar con una potencia de 15 W. Con un cargador PD que tenemos en casa de 27 W, tenemos el 50% en 46 minutos y el 100% en una hora y treinta y nueve minutos.

También tenemos carga inalámbrica de 10 W y carga inversa, opciones que sí asociamos a la gama alta, pero ya os adelantamos que este móvil no está como para compartir batería con otro dispositivo.

Y sí, he probado varios ajustes de batería, así como usando la pantalla externa para acciones rápidas, pero al final del día uso mucho la pantalla principal y es algo que drena la batería.

Cámaras correctas para redes sociales, aunque algo lejos de su rango de precio

Y llegamos al punto en el que un móvil de esta gama de precio está llamado a brillar. Sin embargo, como el de la batería, no es el apartado fuerte.

La batería entiendo que no puede ser más grande porque, literalmente, no hay espacio, pero creo que no hay excusas para que las cámaras sean tan... 'normalitas' en un móvil que cuesta más de 1.000 euros.

Tenemos dos cámaras y aquí ya vemos que sí, con la pantalla externa y con el espacio interno, es complicado meter un tercer sensor para el telefoto, pero es que tampoco se puede meter el de 108 megapíxeles porque, volvemos a lo mismo, no cabe.

El sensor principal es de 12 megapíxeles y es bastante pequeño, de 1/2,55". Tiene una apertura f/1.8, enfoque Dual Pixel PDAF y estabilización óptica.

De día, los resultados son buenos. Tienden a esos colores saturados de Samsung, pero son llamativas para redes sociales.

Eso sí, móviles mucho más baratos consiguen esos mismos resultados y, además, cuando fotografiamos objetos a una distancia cercana da la sensación de que el móvil no puede enfocar bien o no enfoca lo que está en el centro de la imagen, que es lo que debería pasar.

En interior o de noche vemos que el ruido se aguanta bien, pero el procesado es tremendamente agresivo en ocasiones y, sobre todo de noche, los colores que estoy viendo en la foto no son, ni por asomo, los que tenemos en la realidad.

Agradezco que intente tirar a un color más frío, pero sigue siendo muy contrastado, levanta mucho las sombras y la aproximación al color no es realista.

El gran angular también es de 12 megapíxeles y cumple con lo que he mencionado del principal: buen rendimiento con buena luz, con poca distorsión y perfectamente usable pese a su angular de 123º, pero de noche cae muchísimo el rendimiento.

De hecho, muchas veces da la sensación de que están las lentes sucias y no, realmente están impecables, pero el modo en el que la luz se refleja en esa curvatura afecta mucho a la imagen final.

La cámara frontal es de 10 megapíxeles y es correcta para selfis y videollamadas, pero creo que abusa de un procesado que da un aspecto como de acuarela a las texturas.

Teniendo la posibilidad de hacer un selfi con la cámara principal y la pantalla externa, os recomiendo encarecidamente recurrir a ella.

Por otra parte, vamos a poder grabar vídeo a 4K30 con la cámara selfi, pero también podremos grabar a 4K60 HDR10+ con la cámara principal. 

La calidad del vídeo, como es habitual en Samsung, es muy buena y, aunque en nitidez no es comparable a la que conseguimos con los S21, tenemos una buena calidad de imagen.

Creo que tiene una buena estabilización gracias al sistema OIS, pero también contamos con un estabilizador EIS que me parece espectacular.

No es el modo más nítido porque la resolución cae a 1.080p para poder hacer el recorte y estabilizar, pero el resultado es muy, muy bueno.

Y algo que también me gusta es que, con el móvil plegado y un doble toque al botón de bloqueo, se abre la cámara y vamos a poder hacer fotos, pero también grabar.

Todo esto, como digo, se hace con el móvil sin desplegar, pero la imagen resultante va a ser de 1.440 x 1.440 píxeles.

Si queréis ver las imágenes en su resolución original, podéis hacerlo a través de este enlace.

Lo amarás si quieres un móvil convencional que ocupe la mitad en el bolsillo

Llegamos al final del análisis del Samsung Galaxy Z Flip 3 y lo primero que tengo que decir es que estamos ante un móvil que no es para todo el mundo. 

Samsung ha creado dos conceptos que tienen amantes y detractores a partes iguales y cada uno de ellos es para un tipo de usuario concreto. Si lo que quieres es un teléfono que se convierta en tablet, el Fold es para ti.

Sin embargo, con este Flip lo que tenemos es un móvil de 6,7" convencional cuando está desplegado, pero que ocupa mucho menos en el bolsillo, en la mochila o en un bolso.

Es una especie de compacto a la hora de transportarlo, pero con la ventaja de tener una pantalla enorme. Y es un panel de muy, muy buena calidad, pese a lo que se nota el pliegue, y que os va a dar muchas alegrías tanto en rendimiento como en el sonido.

Las cámaras son uno de los puntos flacos pues, sin ser de mala calidad, están lejos de lo que ofrecen móviles que son, incluso, más baratos como el Oppo Reno 6 Pro -análisis- o el iPhone 13, sin ir demasiado lejos.

Y la batería, evidentemente, es el punto más flojo. No entra una pila más grande y eso se nota al final del día, con una carga que resulta desesperante si la comparamos con lo que hay en el mercado.

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Pero bueno, es una concesión que, de nuevo, tenéis que tener en cuenta antes de considerar el móvil como una opción, un terminal que soluciona muchos problemas de la anterior generación y que, ahora, sí se pone a tiro gracias a su menor precio y a sus especificaciones dignas de la gama en la que se encuentra.