Acer Aspire Vero, análisis y opinión

El cambio climático es una realidad cada vez más acuciante y  por eso que Acer ha puesto sobre la mesa toda una declaración de intenciones de cara al futuro. El Acer aspire Vero es un portátil fabricado a partir de materiales reciclados que apuesta por una tecnología sostenible.

Con esta nueva propuesta de Acer, el usuario obtiene un portátil potente y eficiente en el que se han empleado plásticos reciclados para fabricar su carcasa y el teclado, haciendo más sencillo el acceso a su hardware para facilitar su reparación futura y tener un menor impacto en el medio ambiente.

Ser sostenible no implica sacrificar ni un ápice de potencia por lo que el Acer Aspire Vero se sitúa al mismo nivel de rendimiento de la generación Aspire anterior integrando procesadores Intel Core i7 de 11ª generación y Windows 11. Potencia y conciencia van de la mano en este portátil de Acer.

Análisis del Aspire Vero por apartados:

• Diseño y conectividad: un diseño responsable que no renuncia a una excelente conectividad
• Pantalla y multimedia: pantalla sin reflejos, pero poco brillante y un sonido con inteligencia artificial
• Rendimiento y software: con lo último de Intel y Windows 11 bajo el capó 
• Teclado y touchpad: teclas separadas e incómodas y un panel táctil bastante tosco
• Batería: Autonomía limitada que te obliga a depender de un enchufe
• Conclusión: buenas propuestas para el futuro, pero Acer se olvida de algunas necesidades del presente

Un diseño responsable que no renuncia a una excelente conectividad

Los fabricantes de tecnología están reaccionando ante unos usuarios cada vez más concienciados con los problemas del cambio climático. El Acer Aspire Vero es una buena muestra de ello proponiendo un buen equilibrio entre rendimiento y sostenibilidad en tecnología.

Todo en el Aspire Vero apunta al objetivo de conseguir que el mínimo impacto posible en el medio ambiente: desde un embalaje fabricado en cartón, papel y materiales 100% reciclables en el que se han eliminado todos los plásticos, sustituyéndolos por elementos que sirven como soporte de refrigeración para el portátil.

Acer ha empleado un 30% de plástico reciclado de post consumo (PCR) en el chasis y hasta el 50 % de este material en las teclas con lo cual ha reducido alrededor del 21 % en emisiones de CO2 durante su fabricación.

En lo estético, toda la carcasa externa presenta un aspecto marmóreo tanto en el tacto como en las formas rectas de sus bordes. Parte de esa estética se debe a que no se han utilizado tintes ni pinturas adicionales reduciendo todavía más el impacto en el medio ambiente.

La sensación de encontrarnos ante un bloque de mármol se consolida con detalles como el nombre del modelo que encontramos tallado en el borde frontal, o los indicadores de Intel Core y Post Consumer Recycled que encontramos en el reposamuñecas al levantar su tapa.

Los bordes rectilíneos facilitan la integración de un buen surtido de puertos en ambos laterales. En el lado izquierdo encontramos el conector de carga, un puerto Ethernet extensible con capacidad Gigabit, HDMI 2.0, dos USB de tipo A 3.2 y un USB de tipo C que, según nuestras pruebas, no permite cargar el portátil.

En el lado derecho encontramos una ranura de seguridad Kensington, un puerto USB de tipo A 2.0, jack combinado para auriculares y micrófono y dos LEDs de estado. Además, se complementa con conectividad inalámbrica Wi-Fi 6 de doble banda y Bluetooth 5.1. Por lo que el Aspire Vero aprueba con nota en conectividad.

Con unas dimensiones de 36,34 x 23,85 cm y 17,9 mm de grosor no podemos decir que nos encontramos ante el portátil más compacto del mercado. Pero su diseño plano, pero se mantiene dentro de la media en su categoría. Conseguir parar la báscula en 1,8 kg también es un logro de utilizar plásticos post consumo reciclados.

Si le damos la vuelta nos encontramos unas llamativas patas de color amarillo y una rejilla de refrigeración bien dimensionada que permite la entrada de aire fresco al interior. 

En la parte inferior de la tapa encontramos dos patas de goma que elevan unos grados la base del portátil para mejorar la refrigeración y la ergonomía al escribir.

Al levantar la tapa nos encontramos bastante espacio disponible, aunque este no siempre está bien aprovechado como veremos más adelante en el apartado dedicado al teclado. 

Los marcos de plástico que rodean la pantalla le confieren un aspecto algo tosco y transmiten que el espacio no está del todo aprovechado. La parte superior mantiene un grosor de unos 13 mm que se justifica con la presencia de una webcam que ofrece una resolución de 720p.

Pantalla sin reflejos, pero poco brillante y un sonido con inteligencia artificial

Ya que hablamos de la pantalla, comentar que este elemento también forma parte del programa de sostenibilidad que Acer ha implementado en este Aspire Vero, siendo un componente 100% reciclable.

Hablamos de una pantalla una pantalla LCD IPS de 15,6 pulgadas con una relación de aspecto de 16:9 con resolución Full HD (1.920 x 1.080 píxeles) y un brillo que en nuestras mediciones apenas supera los 250 luxes. Esto puede suponer algunos problemas para ver correctamente la pantalla al trabajar en exteriores a pleno sol.

El recubrimiento antirreflejos de su pantalla mate hace muy buen trabajo y proporciona una visión perfecta en interiores evitando que el reflejo de las luces del techo interfiera en la calidad de imagen.

Los ángulos de visión tampoco son especialmente brillantes y se va perdiendo contraste a medida que el punto de vista se escora hacia alguno de los lados.

Consideramos que la pantalla es uno de los puntos más débiles por su escaso brillo y sus ángulos de visión estrechos, algo que podría aceptarse en un portátil más asequible, pero no en uno que se mueva tan cerca de la barrera de los 1.000 euros.

Al contrario de lo que sucede con la pantalla, el apartado de audio está a la altura de lo esperado en un portátil de este rango de precio. Los altavoces situados en la base proyectan un sonido bien dimensionado y con un buen volumen para ver vídeos y series.

Al escuchar música el Aspire Vero desvela un rango de frecuencias algo ajustado en los extremos mostrando unos bajos discretos y agudos poco definidos. En términos generales, el Acer Aspire Vero ofrece buena experiencia de audio.

El portátil de Acer mejora la calidad de audio de las videollamadas en ambos sentidos mediante inteligencia artificial con el software Acer Purified Voice que filtra el ruido ambiental a tu alrededor y lo elimina para potenciar tu voz, y aplica el mismo filtro para la voz de tus interlocutores.

Con lo último de Intel y Windows 11 bajo el capó

En lo relativo al hardware, el Acer Aspire Vero está a la altura de nuestras expectativas integrando uno de los Intel Core i7 de bajo consumo más solventes de la 11ª generación.

Hablamos del Intel Core i7-1195G7 de cuatro núcleos y ocho hilos de ejecución con una frecuencia de 2,9 GHz que escala hasta los 5.0 GHz cuando la carga de trabajo así lo exige. 

En el uso diario el procesador se ha comportado de forma brillante moviendo sin problema varias decenas de pestañas en el navegador, mientras que la GPU Iris Xe responde de forma fluida en tareas más exigentes como la edición de vídeo con DaVinci Resolve o la edición de fotos con Lightroom y Photoshop.

El conjunto nos deja un portátil con un rendimiento a la altura de lo que esperamos en un portátil de 999 euros, al igual que lo hace su sistema de refrigeración.

En las pruebas el portátil no se ha calentado de forma notable manteniéndose en todo momento por debajo de los 91ºC.

Lo consigue activando los unos ventiladores que se dejan notar cuando se le aprietan las tuercas al procesador, pero a plena potencia no resultan demasiado molestos pasando inadvertidos el resto del tiempo.

El procesador llega acompañado por 16 GB de memoria RAM y 512 GB de almacenamiento M.2 NMVe de 3ª generación firmado por Kingston que, si bien es cierto que no ofrece las mayores tasas de transferencia del mercado, se posiciona en buen lugar.

El portátil nos llega con Windows 11 Home instalado de serie, siendo uno de los primeros modelos de Acer en incorporarlo de fábrica.

Encontramos el paquete habitual de herramientas de Acer como Acer Care, que facilita el mantenimiento y actualización del portátil, así como otras herramientas relacionadas con servicios de Acer y plataformas de juegos como Planet 9.

Sin embargo, también encontramos bastantes aplicaciones de terceros preinstaladas como Messenger, Booking, Netflix o un antivirus de Norton que resulta más molesto que útil tras el periodo de prueba. Algo del todo innecesario cuando Windows ya cuenta con su propio antivirus que gana en eficiencia con cada actualización.

Hablando de dualidades, Acer incorpora la aplicación VeroSense, una herramienta que permite seleccionar perfiles energéticos de ahorro reduciendo el rendimiento del procesador y las capacidades de conectividad del portátil. Algo que Microsoft lleva 20 años incorporando de forma nativa en Windows con el ajuste de Plan de energía.

La seguridad corre por cuenta de un sistema biométrico para el inicio de sesión gobernado por Windows Hello.

En el panel táctil encontramos un sensor de huella dactilar que, aunque no es el más rápido del mercado, funciona de forma eficaz permitiendo desbloquear el portátil de una forma más sencilla.

Teclas separadas e incómodas y un panel táctil bastante tosco

El teclado y el panel táctil son dos elementos que tienen mucho margen de mejora. Pese a la dilatada experiencia de Acer fabricando teclados, no parecen haber encontrado la clave para ofrecer una experiencia homogénea en sus portátiles.

En este caso, las dimensiones necesarias para alojar una pantalla de 15,6 pulgadas permiten disponer de un espacio más que generoso para el teclado. Sin embargo, el teclado de tipo chiclet del Acer Aspire Vero da la sensación de no estar bien distribuido.

Aunque las teclas alfanuméricas tienen un buen tamaño, están demasiado separadas obligando a estirar demasiado los dedos para alcanzarlas mientras se escribe. En cambio, otras teclas son inexplicablemente más pequeñas.

Por otro lado, no existe una separación apreciable entre el teclado, las flechas de los cursores y el teclado numérico, lo que resta bastante eficiencia sumando errores y obligando a prestar especial atención cuando se van a usar.

El tacto y el recorrido de la pulsación es ligeramente esponjoso transmitiendo buenas sensaciones al escribir, pero la separación entre teclas hace que al final del día las manos acusen el esfuerzo y se resiente la velocidad de escritura.

El panel táctil tiene buen tamaño y reconoce perfectamente los gestos nativos de Windows 11. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de su precisión a la hora de desplazarse y, sobre todo, al seleccionar elementos pulsando sobre los botones emulados de la parte inferior.

Esta zona requiere aplicar una presión excesiva para hacer el clic. Este gesto, transmite una sensación tosca que no concuerda con un portátil de gamas asequibles, pero no a uno de este rango de precios.

Autonomía limitada que te obliga a depender de un enchufe

La autonomía de la batería es uno de los apartados más importantes para un portátil ya que de ella depende la experiencia de uso del portátil. 

En este punto nos ha sorprendido que, teniendo en cuenta todo el espacio disponible en este portátil, solo incorpore una batería de ion de litio de 3 celdas y 48 Wh.

Hemos estado probando el portátil con un perfil de uso mixto en el que lo hemos usado para realizar tareas de ofimática, navegación, gestión de correo, ver algunos vídeos en YouTube y recortar o editar algunas fotos.

Con este perfil de uso hemos obtenido una media de 3 horas y media de uso con el brillo de la pantalla al 60%, conectado a una red WiFi 6 y por Bluetooth con un ratón. Tal vez podríamos estirar un poco más batería con algunas restricciones, pero nada mucho más allá de las 4 horas y media.

Junto al portátil se incluye un cargador que entrega 65 W de potencia que consigue recuperar el 50% de la carga en 37 minutos, mientras que para alcanzar el 100% se toma 1 hora y 47 minutos.

Pese a contar con un USB de tipo C, este no tiene activada la carga cuando el portátil está encendido, por lo que su uso es muy limitado. Por suerte, el cargador no es demasiado voluminoso algo que hará más sencillo su transporte ya que deberá acompañar al portátil en todos sus desplazamientos ante la poca autonomía de uso.

Buenas propuestas para el futuro, pero Acer se olvida de algunas necesidades del presente

El Acer Aspire Vero que hemos analizado supone toda una declaración de intenciones de Acer con respecto a un problema tan grave como es el cambio climático y, ojalá, las propuestas sostenibles que se plantean en este Aspire Vero se hagan extensivas al resto de modelos. 

Sin duda, los usuarios debemos reclamar productos cada vez más sostenibles y las marcas deben responder con soluciones que caminan en esa dirección.

Acer no es la primera compañía que fabrica un portátil basado en materiales reciclados. De hecho, los últimos MacBook Pro de 14 pulgadas –que analizamos aquí— ya incorporan el 100% de aluminio reciclado en su chasis.

Acer Aspire Vero propone un diseño sostenible y atractivo acompañado por un hardware muy solvente que responde sin problemas a las exigencias de las aplicaciones más exigentes atreviéndose incluso con la edición de vídeo y fotografía.

Acer Aspire Vero

Aspire Vero propone una alternativa para obtener toda la potencia de un portátil de última generación, pero desde un punto de vista sostenible ya que está fabricado con plásticos postconsumo.

Ver analisis

Dicho esto, el argumento de la ecología no justifica las carencias y desequilibrios que encontramos en este portátil en componentes tan importantes como la pantalla, el teclado o un panel táctil algo tosco que comprometen las necesidades del uso diario del portátil en pos de algunas promesas de futuro.

El argumento de la sostenibilidad puede que tampoco sea suficiente para justificar los 999 euros de su precio oficial. Es un precio algo elevado que se mantiene dentro de lo razonable por su hardware, pero sus evidentes puntos débiles hacen desequilibrar la balanza.