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Samsung The Freestyle, análisis y opinión

Samsung The Freestyle, análisis y opinión

Samsung apuesta por llevar el ocio en pantalla de gran formato a cualquier lugar con una nueva propuesta para un proyector portátil que puede usarse para ver Netflix desde la cama o ver una película al aire libre en verano. Analizamos el proyector portátil Samsung The Freestyle y te damos nuestra opinión.

Hasta no hace mucho, los proyectores estaban limitados a un reducido grupo de usuarios, habitualmente cinéfilos, que querían disfrutar del cine en casa en el sentido literal. Ahora los proyectores han evolucionado y permiten ofrecer prestaciones interesantes en un espacio muy reducido.

The Freestyle es un proyector pequeño y relativamente ligero que, gracias a su diseño basculante permite proyectar las imágenes tanto en la pared como en el techo sin tener que hacer inventos raros.

Con The Premiere, Samsung ya hizo su primera incursión en el mundo de los proyectores, pero para este primer acercamiento a los proyectores portátiles la firma surcoreana ha incluido elementos ya presentes en sus televisores potenciando la experiencia multimedia en movilidad.

 Samsung The Freestyle
Dimensiones y peso104,2 x 172,8 x 95,2 mm | 800 gramos
ProyecciónTipo DLP con LED y resolución Full HD
Brillo máximo550 lúmenes ANSI
Duración de la fuente de luz20.000 horas
Tamaño de proyecciónEntre 30 (0,8 m) y 100 pulgadas (2,7 m)
Sistema operativoTizen OS
Formatos HDRHDR10 y HLG
Control por vozBixby, Google Assistant y Alexa
Sonido 5W RMS
ConexionesMicro-HDMI | USB-C | WiFi 5 (802.11ac) | Bluetooth 5.2 | AirPlay 2 | SmartThings
Precio999 euros
 

Resumen del análisis de Samsung The Freestyle por apartados:

Compacto, orientable y con el mismo mando a distancia de los televisores

Una de las cosas que más llama la atención al sacar The Freestyle de su caja es su tamaño y forma. En realidad, es más parecido al diseño que podríamos encontrar en un altavoz inteligente que a un proyector portátil.

Tiene un diseño muy atractivo y un tacto algo gomoso muy agradable, luciendo un único acabado en blanco mate tanto para el cuerpo del proyector como para el soporte.

Es un diseño bastante sencillo que se basa en una forma cilíndrica suspendida de dos soportes laterales que llegan hasta una base metálica circular del mismo diámetro que el cuerpo del proyector, de forma que puede pivotar para ajustar el ángulo de proyección y acomodarlo a cualquier posición.

Con una altura de 172,8 mm y un diámetro de 95 ,2 mm el proyector permite instalarlo en cualquier rincón del salón o habitación ocupando poco espacio, y los 800 gramos de peso permiten llevarlo a cualquier lugar sin demasiado esfuerzo.

En su diseño destacan las franjas de puntos situados en ambos extremos del chasis del proyector, que tienen como objetivo mejorar la refrigeración del sistema de iluminación, apoyado por un ventilador activo que se deja notar tras un rato funcionando.

En el extremo superior del cilindro, además de la lente de proyección y los sensores de luz, encontramos algunos botones táctiles que permiten encender el proyector, ajustar el volumen o activar la conectividad inalámbrica con otros dispositivos.

Samsung The Freestyle, análisis y opinión

En uno de los laterales encontramos los conectores USB C y micro-HDMI que facilitan la conexión eléctrica y el envío de contenido al proyector desde fuentes externas, aunque no es la única forma. También cuenta con soporte WiFi y para conexiones Bluetooth 5.2.

No falta la integración con el ecosistema de Apple mediante el protocolo AirPlay 2 y el envío de contenidos en streaming desde móviles Android y iPhone.

En este mismo lateral se ubica el interruptor de privacidad que desactiva el micrófono para desconectar las funciones de reconocimiento de voz de los asistentes Bixby de Samsung, Alexa de Amazon y el Asistente de Google.

En la parte trasera del proyector encontramos el altavoz y un conector de pines que permite acoplar distintos accesorios que podrían llegar durante 2022 a nuestro país, como un adaptador para casquillo de bombilla E27 que permite instalar el proyector en un foco o lámpara del techo.

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Por el momento, el único accesorio que se incluye con The Freestyle es una cubierta para el frontal que, a su vez, ejerce como prisma convirtiendo el proyector en una lámpara RGB que se controla desde el smartphone ambientando las fiestas.

Además de los controles táctiles del frontal, The Freestyle nos ha llegado acompañado de un mando a distancia como el que acompañaba a los televisores de gama media de Samsung. Una auténtica lástima que no venga con los nuevos mandos solares con batería integrada de la marca que no necesitan pilas para funcionar.

Por todo lo demás, es un mando muy minimalista que consigue hacer muchas cosas con pocos botones y lo hace de forma intuitiva, incluyendo algunos accesos directos a aplicaciones como Netflix, Prime Video y Samsung Hub.

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Y ya que hablamos de pilas, cabe destacar uno de los puntos que más afecta a la movilidad de un proyector portátil: su autonomía o, mejor dicho, su falta de ella.

De hecho, The Freestyle no cuenta con batería integrada, por lo que necesitará estar conectado a una toma de corriente para funcionar, o en su defecto a una batería externa o powerbank, siempre que esta sea capaz de ofrecer una potencia de carga superior a 50 W con 3 amperios de potencia. De lo contrario, no funcionará.

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Esto supone un importante hándicap en la experiencia de uso en exteriores o al aire libre ya que es necesario contar con una fuente de energía adicional.

La marca nos contó que pronto planeaba lanzar un accesorio que permitía añadirle una batería, pero todavía no está disponible y no se conocen demasiados datos técnicos sobre él.

Con algunos ajustes por pulir, pero con calidad más que suficiente para improvisar una sesión de cine

Visto el diseño, pasamos al rendimiento de The Freestyle en términos de calidad de imagen y facilidad de uso.

Aquí nos hemos encontrado algunas luces y sombras ya que no siempre hemos obtenidos buenos resultados con el ajuste de geometría de la pantalla. Pero empecemos por el principio.

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El primer inicio del proyector fue realmente sencillo de configurar. En realidad, es bastante parecido al proceso de instalar un televisor de la marca, solicitando credenciales para personalizar la experiencia.

Una de las funciones más importantes en este apartado es la corrección trapezoidal automática, característica que corrige la distorsión que se produce cuando el proyector se sitúa a un lado del usuario o en una posición más baja o elevada, consiguiendo que el espectador vea una pantalla rectangular perfecta.

Durante el primer arranque sí obtuvimos una pantalla con la proporción adecuada, pero durante los días que estuvimos usando el dispositivo no siempre estuvo acertado. En ocasiones no terminaba de mostrar una pantalla totalmente rectangular, incluso sin variar la posición del proyector.

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El enfoque automático, en cambio, reaccionó de una forma bastante más fiable, ajustando la nitidez de forma inmediata cuando se varía su posición.

En otro orden de cosas, The Freestyle ofrece un nivel brillo bastante notable si tenemos en cuenta que tenemos entre manos un proyector portátil con un espacio muy limitado para los elementos de iluminación.

Obviamente, no es un proyector que podamos ver a pleno sol sin problemas, pero tampoco tienes que estar totalmente a oscuras, aunque sea lo más recomendable para obtener unos colores vivos e incluso reproducir de forma modesta contenido en HDR.

Parte de ese buen trabajo con el color parte de un sistema de reconocimiento de la superficie en la que se proyecta la imagen, que no tiene que ser necesariamente blanca, ya que el proyector compensa el color de la pintura para ofrecer el balance de blancos adecuado.

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La resolución es Full HD y permite proyectar una pantalla de entre 30 y 100 pulgadas en un espacio de 2,7 metros y personalizar el nivel de zoom.

Personalmente, el uso principal que he hecho con este The Freestyle ha sido ponerlo sobre la mesita de noche apuntando al techo para ver los últimos episodios de El Libro de Boba Fett en Disney+ desde la comodidad de mi cama.

Además de este uso evidente, Samsung ha incorporado algunas funciones divertidas que se alinean con la visión dinámica y divertida de este dispositivo, ofreciendo un modo de proyección para celebraciones en las que se proyecta una imagen que emula luces de neón, o un modo ambiente que convierte The Freestyle en un elemento más en la decoración.

Tizen se le hace pesado, pero la experiencia de audio es buena

El proyector portátil de Samsung llega al mercado con Tizen OS como sistema operativo, y su experiencia de navegación ha sido una de las peores que me he encontrado en los últimos meses.

Ya he analizado algunos televisores de Samsung con este sistema operativo y, de hecho, sobre la mesa de mi salón tengo uno de los últimos modelos con este sistema. En todos ellos la respuesta del sistema operativo y la experiencia de navegación ha sido impecable.

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Sin embargo, la versión de Tizen que monta The Freestyle se muestra perezosa y tarda bastante en reaccionar a la orden de desplazarse por los menús. No nos cabe duda de que se trata de un problema de rendimiento causada por el chipset.

Por todo lo demás, el sistema operativo proporciona soporte completo para las principales apps de plataformas de contenido en streaming y permite personalizar los valores del modo de imagen y ajuste manual o automático de la geometría y el enfoque desde la barra de accesos rápidos habitual en los televisores de la marca.

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Como el resto de nuevos dispositivos de Samsung, el ecosistema de SmartThings está muy presente en The Freestyle, permitiendo integrarse en escenas ya existentes y utilizar los comandos de voz para ejecutar comandos con los que controlar luces y otros dispositivos del hogar.

El apartado del sonido queda cubierto con un altavoz integrado en la trasera del cuerpo del proyector, que permite emitir un sonido de 360º con una potencia de 5 W. Es un sonido más que suficiente para ver contenido situado a un metro del dispositivo sin distorsiones y sin que el sonido del ventilador integrado interfiera en la experiencia de uso.

Un cine portátil para momentos puntuales que queda fuera del alcance de muchos bolsillos

Debo reconocer que tenía bastante curiosidad por probar este proyector como alternativa a instalar un televisor en una habitación con poco espacio con el que poder ver contenido en streaming o jugar sin demasiadas complicaciones.

En ese escenario de uso ocasional y bajo unas condiciones de luz controladas, The Freestyle ha demostrado ser una alternativa seria por sus prestaciones pero también por la simplicidad en la conexión y la versatilidad para adaptar la pantalla al entorno.

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Obviamente, estamos ante un proyector portátil con un tamaño compacto, con las limitaciones de espacio que ello conlleva.

Eso hace que el brillo no sea el mejor del mercado, aunque cumple con creces ofreciendo colores sorprendentemente vivos en estancias con una luz tenue.

Samsung The Freestyle

Samsung The Freestyle es un proyector portátil que ofrece buenas prestaciones en un tamaño muy compacto, permitiendo proyectar el contenido en el techo o en la pared manteniendo la calidad.

Más allá de sus prestaciones, con las que cumple en un segmento plagado de modelos que ofrecen un brillo muy pobre y opciones de conectividad muy limitadas, el precio es un factor determinante.

Hablamos de un precio recomendado de 999 euros en un proyector portátil que no cuenta con funciones tan básicas como integrar una batería con una duración media de 3 horas de proyección para que, al menos, te deje terminar de ver una película sin preocuparte de la batería.

Nuestra valoración

Lo mejor

  • Portátil y orientable
  • Sonido integrado
  • Smart TV integrada
  • Funciona sobre cualquier pared

Lo peor

  • Sin batería integrada
  • Conectividad
  • Potencia del procesador
  • Corrección trapezoidal
80

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