2022 está siendo un año intenso para Sony en cuanto a volumen de novedades en su catálogo. Si hace un par de meses analizábamos el nuevo panel QD-OLED de su Bravia XR A95K, en esta ocasión las novedades vienen de la mano del primer televisor con pantalla miniLED que monta su buque insignia en LCD 4K.

Al contrario que con el QD-OLED, que ha sido una de las primeras marcas en montarlo, Sony se ha tomado con calma la implementación de la tecnología miniLED en la trasera de sus televisores, por lo que esperamos que su llegada suponga un paso más en la calidad final de un televisor que ya parte de muy buena base gracias a su procesador XR Cognitive.

El Bravia XR X95K es el televisor LCD 4K más top del catálogo de Sony, quedando limitado a tres tamaños disponibles: 65”, 75” y 85” pulgadas. Nosotros hemos probado el modelo de 65 pulgadas que llega con un precio oficial de lanzamiento de 3.499 euros, pero que ya se puede encontrar en las tiendas por 2.899 euros.

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Sony Bravia XR X95K - Diseño (15 imágenes)

Resumen del análisis del Sony Bravia XR X95K de 65” por apartados:

• Diseño y mando a distancia: solidez y sobriedad japonesas con doble mando a distancia
• Calidad de imagen: excelente para cine y deportes, pero el gaming sigue siendo la asignatura pendiente
• Software: GoogleTV no decepciona
• Sonido:6 altavoces que amplían el sonido de forma sorprendente
• Conclusiones: un televisor sin rival para el cine, pero se nota que es una nueva tecnología para Sony

Solidez y sobriedad japonesas con doble mando a distancia

Empezamos nuestro análisis del Sony Bravia XR X95K de 65 pulgadas hablando de su diseño, un apartado en el que Sony no acostumbra a dejarse llevar por la fantasía y se mantiene con un estilo sobrio y elegante.

Hablamos de un televisor con unas dimensiones de 144,3 x 83,5 y 6 cm de grosor. Es algo más grueso que los modelos OLED ya que debe dejar espacio para la matriz de miniLEDs que se aloja tras la pantalla.

El frontal muestra un marco de aluminio mínimo que protege los laterales de la pantalla con un excelente mecanizado, dejando todo el protagonismo a la pantalla. El borde inferior es algo más grueso para alojar los sensores de infrarrojos y de iluminación ambiental, así como para disimular la salida de los altavoces hacia el frontal.

El televisor se sostiene gracias a un sistema de patas ajustable que permite montarse en tres posiciones: con las patas centradas, para instalarlo en muebles más estrechos que el televisor; con las patas colocadas en los extremos del televisor, para ganar estabilidad, y en esta misma configuración elevando la altura del televisor para instalar una barra de sonido bajo la pantalla.

Las patas metálicas son muy fáciles de instalar y no son muy invasivas visualmente, por lo que mantienen ese estilo sobrio y elegante del televisor.

Si nos vamos a la trasera encontramos una cubierta en dos niveles en la que destaca el diseño en cuadros fabricado en SORPLAS, el plástico reciclado que Sony utiliza en todos sus televisores para hacerlos más sostenibles.

Es un diseño bastante monolítico y la única licencia que se permite es una ligera curva en los laterales con las que minimiza el impacto visual en los bordes.

Los conectores quedan ocultos tras una serie de tapas que disimulan y guían los cables hasta la parte trasera del mueble de forma discreta.

Como viene siendo habitual, los conectores se escoran en la parte derecha dividiéndose en dos secciones: un grupo formado por las tomas de antena, Ethernet, audio digital y HDMI 2.1 orientados hacia abajo para facilitar la gestión de cables, y otro grupo de conectores orientados hacia el lateral derecho para facilitar el acceso.

Entre este segundo grupo encontramos dos botones físicos. El primero de ellos es el botón de encendido y control que cambia su posición habitual en la parte inferior de la pantalla a esta posición menos accesible.

El segundo es el interruptor de apagado para el micrófono integrado en el televisor para el Asistente de Google.

Sony ha optado por duplicar los mandos a distancia en los televisores de gama alta de 2022. Control por partida doble. Ya vimos esta duplicidad de mandos en el análisis del Bravia XR A95K y en el hermano pequeño de este modelo el Sony Bravia XR X90K.

Sony ha incluido su nuevo mando compacto que prescinde de los botones numéricos y otros botones orientados a la configuración para agrupar funciones y hacerlo más minimalista centrándose en obtener una buena experiencia de uso al consumir contenido. Es por ello que incluye 4 botones de acceso directo a Netflix, Disney+, Prime Video y Bravia Core, la plataforma de streaming de Sony.

Este mando es retroiluminado, pero consigue reducir el consumo activando esa iluminación solo al coger el mando. Además, este mando incluye un botón para el Asistente de Google y un pequeño altavoz que permite activar un sistema de búsqueda que emite un sonido cuando pierdes el mando entre los cojines del sofá.

El segundo mando es mucho más practico que estético ya que tiene un diseño más tradicional con todos los botones numéricos y una cruceta convencional, así como botones de reproducción de contenido más completos, pero carece de funciones de voz, iluminación o localización.

Excelente para cine y deportes, pero el gaming sigue siendo la asignatura pendiente

El Bravia XR X95K es el primer televisor MiniLED de Sony, y llega en un momento en el que la tecnología LED convencional parece haber encontrado su techo frente a la pujante tecnología OLED que justo comienza su andadura por las nuevas sendas de los paneles QD-OLED.

En este caso estamos ante un televisor con una pantalla XR Triluminos Pro con matriz completa miniLED en la trasera con atenuación local (Full Array Local Dimming) que aumenta la densidad de diodos emisores de luz haciendo que la luz se posicione de forma más precisa en el panel.

Estamos probando el modelo de 65 pulgadas y cuenta con panel VA con resolución UHD 4K de 3840 x 2160 píxeles, 10 bits y soporte HDR Dolby Vision apoyado por el sensor de luz integrado, HDR10 y HLG.

Controlando todo este despliegue de diodos de luz encontramos un procesador Cognitive XR de Sony, que vuelve con algoritmos optimizados para gestionar las 432 zonas de atenuación que permiten al Bravia XR X95K mantener bajo control la contaminación lumínica (blooming) al representar objetos muy brillantes junto a zonas oscuras.

Sin embargo, el miniLED no deja de ser una tecnología de retroiluminación, por lo que resulta imposible eliminar totalmente esa contaminación lumínica en las barras negras al mostrar subtítulos, por ejemplo. Pero en cualquier caso, su presencia es mínima.

El panel VA es un gran apoyo a la hora de mostrar unos negros más profundos, algo que Sony ha gestionado de forma brillante en este televisor que alcanza una pureza de negros en HDR cercanos a los que obtenemos en los televisores OLED.

Uno de los efectos adversos de montar un panel VA es que se reducen los ángulos de visión, pero Sony lo compensa añadiendo un filtro X-Wide Angle que mantiene la integridad de los colores y contraste de la imagen cuando se ve la pantalla desde un lateral. Además, también cuenta con un filtro antirreflejos, reduciendo la cantidad de brillos en la pantalla.

El calibrado de fábrica es muy acertado mostrando unos tonos de piel naturales y bien definidos. Más por manías personales que por necesidad real, el único ajuste que he hecho ha sido cambiar la temperatura de color a Experto 1 para enfatizar un poco más ese efecto cinematográfico.

De nuevo los perfiles de color son cruciales para obtener el mejor ajuste en cada tipo de contenido, pero si no quieres preocuparte, puedes dejar los ajustes en automático y el procesador XR Cognitive detectará el tipo de contenido y ajustará el color y el brillo en función de la luz de la sala usando el sensor de luz ambiental.

Es relativamente sencillo que un televisor se vea bien con contenidos HDR ya que los metadatos le indican cómo mostrar la imagen en cada momento. Sin embargo, el Bravia XR X95K es igual de certero en el ajuste del color con contenidos en SDR (Standart Dynamic Range), lo cual demuestra la buena gestión que hace el procesador XR Cognitive.

Lo vemos en contenidos en streaming con resoluciones inferiores al 4K nativo o con mucha compresión, donde en lugar de mostrar macrobloques en las zonas más oscuras para ahorrar ancho de banda, el gradiente suave consigue limpiar la imagen mostrando una evolución progresiva de grises y mejora la nitidez de la imagen.

El procesador XR Cognitive también saca músculo con el procesado del movimiento MotionFlow, y lo mantiene entre las mejores opciones del mercado permitiendo configurar este parámetro en varios niveles personalizando tanto la intensidad del procesado, como la cantidad de fotogramas insertados.

Si bien el rendimiento del Bravia XR X95K en cine y series es impecable, cuando nos adentramos en el terreno del gaming se cambian las tornas y la experiencia no está a la altura de las expectativas puestas en un televisor de esta categoría.

Como es (inexplicablemente) habitual, Sony solo ofrece dos puertos HDMI 2.1 en sus televisores, y uno de ellos cuenta con el canal de retorno de audio eARC, por lo que si tienes un sistema de sonido externo, el número de puertos HDMI 2.1 se reduce a uno.

En estos puertos encontramos soporte completo para 4K a 120 fps con VRR, soporte para HDR Dolby Vision en juegos compatibles y modo de baja latencia automática (ALLM) cuando se conecta un dispositivo de juegos manteniéndose en unos ajustados 19 ms de latencia.

El problema es que, para conseguir mantener esos 19 ms, el sistema de atenuación local del Sony Bravia XR X95K baja considerable su rendimiento al usar el VRR y el HDR del modo Juego, dejando a un televisor de esta categoría al mismo nivel que uno de gama media con iluminación LED directa.

Salvo por este “detalle” la calibración de los colores y el filtro de gradación suave mantienen la calidad de los colores en los juegos.

GoogleTV no decepciona

Llegamos al apartado del software para encontrarnos con un viejo conocido ya que el Bravia XR X95K monta Google TV como sistema operativo.

Es la versión basada en Android 10, por lo que la experiencia de uso es exactamente la misma que vimos en el QD-OLED Bravia XR A95K y en el Sony Bravia XR X90K que analizamos hace unos meses.

Se mantiene la misma fluidez al navegar por las distintas pantallas y configuraciones, obteniendo una experiencia de uso muy buena.

La interfaz de Google TV acerca al usuario el contenido de las apps instalas mostrando recomendaciones de series y películas que el usuario está viendo en ese momento o que podrían interesarle.

Tampoco falta a su cita Google Play y el enorme catálogo de apps disponibles, posicionándose como uno de los sistemas operativos mejor optimizados y con mejor proyección de futuro del momento, en un momento en el que Tizen y WebOS están acusando una cierta fatiga ante la carga de nuevas funciones y prestaciones.

Otro de los puntos fuertes de Sony en este apartado es la conectividad con otros dispositivos del salón como reproductores o decodificadores de TV, con los que se puede integrar de tal forma que no necesitarás un segundo mando pudiendo controlarlos completamente desde el mando del televisor.

6 altavoces que amplían el sonido de forma sorprendente

Sony ha mejorado considerablemente el sonido de sus televisores y, aunque este modelo no cuenta con la tecnología Acoustic Surface reservada para los OLED de la marca, sí nos llega con una tecnología similar con la que se amplía la escena sonora que genera.

Hablamos de un sistema de sonido formado por tres parejas de altavoces de rango amplio, tweeters y subwoofers con los que la marca japonesa se asegura de cubrir todas las frecuencias de forma separada y con una potencia de 10 W por canal, sumando un total de 60 W.

La distribución de los altavoces es simétrica en la trasera proyectando el sonido hacia el frontal desde la parte inferior y hacia los laterales desde unas salidas perfectamente integradas en la carcasa trasera.

El resultado es sorprendente ya que proporciona un perfecto posicionamiento de los elementos en la pantalla, aportando unos diálogos claros que se posicionan con precisión a lo largo y ancho de la pantalla, dejando una calidad conjunta equivalente a la que obtendríamos con una barra de sonido de gama media.

Pese a tener soporte para Dolby Atmos y DTS Digital Surround, no consideramos que el sistema de sonido del Sony Bravia XR X95K sea envolvente. Bastante es que amplía la escena sonora más allá de los límites de la pantalla, pero en todo momento mantiene la frontalidad y necesitará un sistema de sonido externo para obtener una experiencia envolvente.

Un televisor sin rival para el cine, pero se nota que es una nueva tecnología para Sony

Si te soy sincero, este Bravia XR X95K me ha sorprendido muy gratamente. Confieso que guardaba ciertas reservas ya que, tras probar el QD-OLED Bravia XR A95K el listón de calidad estaba muy alto.

Sin embargo, y pese a ser dos tecnologías totalmente diferentes, el Bravia XR X95K es todo un gama alta que cumple con solvencia en calidad de imagen y sonido. Tanto en contenidos SDR, como en HDR.

Los ingenieros de Sony han conseguido una calibración de color excelente y eso que no es una tecnología con la que estén familiarizados.

Es el primer televisor miniLED de la marca y se nota en la gestión de las zonas de atenuación local que, aun ofreciendo una excelente calidad, podría pulirse un poco más su comportamiento optimizando el blooming en determinados escenarios.

Sony Bravia XR X95K

Sony Bravia XR X95K es el primer televisor de la marca japonesa con tecnología MiniLED y llega a la gama alta con soporte HDR completo, sonido Dolby Atmos y Modo Netflix Calibrated.

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La valoración general es muy positiva, pero el contrapunto lo pone el apartado gaming, donde Sony no acaba de dar con la tecla para brillar como lo hacen sus rivales con una conectividad completa HDMI 2.1 y, una vez más, mejorando su dominio de la atenuación local para poder usarla en el modo juego junto al VRR sin que penalice la latencia.

Estamos ante uno de los mejores televisores LED y eso, con un Mundial de fútbol a la vuelta de la esquina, debería tenerse en consideración.