Xiaomi Book S 12,4", análisis y opinión

Hace unos meses, Xiaomi presentó varios dispositivos y, aunque el más esperado era la Band 7 que analizamos en su día, uno que llamó muchísimo la atención fue este Book S 12,4”.

Se presentó como una alternativa a los Surface de Microsoft, que ya tienen su hueco en el mercado tras varias generaciones haciendo las cosas bien, con un corazón desarrollado por Qualcomm.

Tras usar este Xiaomi Book S como dispositivo para trabajar y ver series, te cuento mi opinión y por qué creo que es uno de los mejores “portátiles” para la vuelta al cole… siempre que juegues con sus reglas.

Apartados del análisis del Xiaomi Book S 12,4”:

• Diseño y pantalla: diseño correcto con una pantalla que llama la atención
• Accesorios: el teclado retroiluminado es muy útil, aunque no entiendo la capa trasera
• Rendimiento: el Snapdragon 8cx Gen 2 va bien siempre que no salgas de Windows 11 S
• Autonomía: el plato fuerte con un día de trabajo sin problema
• Conclusión: ideal para estudiantes, pero la arquitectura ARM en Windows necesita trabajo

Diseño correcto con una pantalla que llama la atención

Voy a empezar este análisis hablando del diseño y la pantalla ya que, junto a la autonomía, son dos de los puntos más fuertes de este 2 en 1.

Cuando tu compras el Xiaomi Book S, lo que te viene en la caja únicamente es la tablet. Se trata de una tableta como Surface que cuenta con Windows 11 S en su interior y que es totalmente funcional. Si quieres un teclado o un pen, toca pasar por caja, pero como te comentaré más adelante, considero que, al menos el teclado, es obligatorio.

Sin el teclado, tenemos un dispositivo de unas dimensiones bastante generosas con un largo de 294 milímetros y un peso de 720 gramos. No es lo más ligero del mercado, pero debes tener en cuenta que su pantalla no es como la de una Surface Go.

Se trata de un panel de 12,4” (de ahí el nombre del dispositivo) que se asemeja a las 13,3” que solemos ver en portátiles. El chasis está construido en magnesio y aluminio y creo que la sensación que da en la mano es muy buena en todo momento.

Antes de pasar a la pantalla, tengo que decirte que tenemos dos altavoces, uno en cada lateral, y el sonido que da es suficiente para trabajar en casa, aunque te recomiendo utilizar auriculares de diadema para mejorar la experiencia.

En el lateral izquierdo no tenemos nada más, pero en el derecho tenemos el control de volumen, el botón de encendido y una ranura para la tarjeta microSD. Esta tarjeta es bastante útil, ya que solo tenemos 256 GB de almacenamiento interno, así que no te vendrá mal expandir su capacidad.

También tenemos un jack de 3,5 mm y el único puerto de expansión de este equipo, un USB-C. Te va a hacer falta un multiplicador sí o sí para ciertas cosas, pero lo cierto es que, en mi día a día, con el teclado es suficiente y solo he usado el USB para la carga y para conectar un lector de tarjetas SD para pasar fotos de mi cámara. Esto depende de cada uno, claro está.

En la trasera tenemos una cámara de 13 Mpx que sobresale y que habría eliminado del paquete y en el frontal tenemos una cámara de 5 megapíxeles que es adecuada para videollamadas, pero que está apoyada por Windows Hello. 

Esto es muy útil porque no tenemos lector de huellas, así que con Windows Hello podemos usar la biometría para desbloquear el sistema. 

El acabado me parece sólido, creo que el tamaño está bien aprovechado y en el frontal tenemos una pantalla de unas dimensiones generosas que cumple con creces.

Lo primero que tengo que decir es que el brillo me ha gustado mucho, siendo suficiente para casa, pero también para trabajar en el tren o en el avión sin mayores problemas. En este sentido, bien Xiaomi.

Los colores también son atractivos, es multitáctil y cuenta con protección Gorilla Glass 3. Para trabajar está genial, pero también para consumir contenido y sí, no se han ido a algo tan glamuroso como un AMOLED, pero el panel LCD cumple con creces y, además, abarata los costes.

Tiene resolución WQHD+ que se traduce en 2.560 x 1.600 en una relación de aspecto de 16:10. Es más panorámica que otras apuestas y… bueno, para consumir contenido está genial, ya que aparecen barras negras menos anchas arriba y abajo, pero para trabajar también cumple.

La representación de color es correcta y el refresco es de 60 Hz. En este caso es bastante tradicional, pero es que tampoco íbamos a poder aprovechar un refresco mayor…

El teclado retroiluminado es muy útil, aunque no entiendo la capa trasera

Como es habitual en este tipo de dispositivos, el teclado y el pen se compran aparte. Xiaomi nos mandó el teclado y no el lapicerito y, la verdad, aunque tiene un modo especial llamado ‘Canvas’ para utilizar este periférico, lo que más me apetecía probar era la experiencia con teclado. Así que… todo bien.

Se trata de un teclado con un concepto muy Surface, como todo lo que vemos en este Xiaomi Book S. En uno de los laterales tiene una serie de pines imantados que conectamos directamente a la tablet y… ¡a funcionar!

Me gusta el tamaño de las teclas, me gusta su ergonomía y sí, evidentemente el recorrido es muy corto, pero no deja de ser un teclado integrado en una funda (de ahí su nombre, por cierto) que cuenta con trackpad y una sorpresita bajo el capó.

Y es que, está retroiluminado, lo que te va a permitir trabajar muy fácil en condiciones nada óptimas. El trackpad responde bien, las teclas también y el layout está en español. Ahora bien, son 149,99 euros, así que esa buena respuesta era lo esperado.

Por otro lado tenemos la otra parte de la funda, una trasera que se coloca pegándola a la trasera de la tablet y que se mantiene bastante fija gracias a una serie de imanes. 

Tanto la trasera como el reverso del teclado tienen un acabado de piel sintética que no está nada mal, pero sinceramente, no entiendo demasiado la existencia de esa capa trasera.

Y es que, sí, en ella se encuentra la patilla para poder dejar la tablet sobre una superficiel, pero es un sistema que Xiaomi podría haber incluido directamente en el cuerpo de la tablet, como hace Microsoft, y además la bisagra no tiene demasiados ángulos en los que se quede fija.

Es decir, no te da demasiada libertad para ajustar una gran variedad de posiciones, pero bueno, es funcional y para escribir en una mesa es más que suficiente. 

El Snapdragon 8cx Gen 2 va bien siempre que no salgas de Windows 11 S

Pero vamos al interior, ya que es donde está una de las grandes novedades que vamos a empezar a ver, supuestamente, bastante de ahora en adelante.

Se trata del Snapdragon 8cx Gen 2, un SoC construido por Qualcomm (los que hacen los chips que la mayoría tenéis dentro de vuestro móvil) y que se presentó hace ya un tiempo prometiendo una mejora sustancial en lo que al rendimiento de los PC con ARM se refiere.

A nivel de especificaciones, no está mal y, además, tiene un consumo muy reducido, algo que viene genial para la batería, pero tras nuestras semanas de prueba, puedo decir que Apple sigue llevando la ventaja en esto con sus procesadores M, también ARM.

En Apple todo funciona a la maravilla, incluso apps que no estén diseñadas para ARM gracias al traductor Rosetta, pero en Windows, la cosa cambia.

Para empezar, este equipo está diseñado para trabajar con Windows 11 S, un sistema que es casi como Windows 11, pero que no te deja usar apps de fuera de la tienda de Microsoft. Todo lo que esté ahí funciona genial y vemos una fluidez bastante interesante.

Sinceramente, creo que no te hará falta salir del Modo S para tus trabajos de universidad, un trabajo en el que necesites trabajar únicamente con la suite de Google (que puedes poner perfectamente en el navegador Edge) y cositas así, que usen mucho apps del navegador.

Si es así, funciona superbien, pero si te sales de ese Modo S, la experiencia se vuelve más irregular. Sí, puedes salir fácilmente de ese modo para tener la experiencia de Windows 11 más convencional, la que tendrías en cualquier otro PC, y hay apps que funcionan muy bien y otras que, simplemente, no.

Yo me salí para instalar Chrome, Capture One y alguna que otra app más de mi día a día laboral, como Notion, y lo cierto es que Chrome funcionó bastante bien. Soy usuario de Edge, pero en Chrome tengo ciertas cosas gracias a la cuenta de trabajo y, la verdad, ninguna queja.

Sin embargo, cuando intenté instalar mi Capture One con licencia, apareció un mensaje que me decía que era imposible porque solo se puede instalar en procesadores con arquitectura x64. Eso me pasó con un par de apps más, así que o buscas alternativas (en la red) o te informas bien antes de comprar para ver si tu app imprescindible funciona en este equipo.

Fuera del Modo S es posible que encuentres algunos retardos a la hora de abrir esas aplicaciones descargadas desde el navegador. No es nada grave ni están muchísimo tiempo intentando abrir, pero se nota que va un poco menos suelto que en el modo que viene configurado por defecto.

Así que, creo que ARM en Windows todavía no está fino y, aunque ha mejorado mucho estos últimos años, al sistema le sigue faltando un traductor, emulador o como quieras llamarlo para suplir esas apps que no van de ningún modo en ARM a no ser que el propio desarrollador se ponga a adaptarlas.

Y si la quieres para jugar, me instalé la app de Xbox Game Pass y no me dio la opción de instalar nada. Vas a poder jugar a todo el catálogo de juegos en la nube y, la verdad, tanto por la calidad de la conexión como por la pantalla, los juegos se disfrutan bastante.

Y sobre las puntuaciones, solemos pasar varios test sintéticos, pero siempre os decimos que no es lo más importante y este es uno de esos casos, con puntuaciones que son mediocres en comparación con los contrincantes con Intel. 

Eso sí, el más relevante creo que es el de la velocidad de memoria, con 3.070 MB/s de lectura y 1.183 MB/s de escritura.

El plato fuerte con un día de trabajo sin problema

Eso sí, la enorme ventaja de un procesador ARM frente a un x64 es el consumo de energía. Este Snapdragon 8cx Gen 2 está fabricado en una litografía de 7 nanómetros y cuenta con un consumo TDP de solo 7 W.

La batería cuenta con una capacidad de 4.920 mAh y la potencia de la misma es de 38,08 Wh. Xiaomi nos dice que, según sus pruebas y condiciones de uso, te va a dar para unas 13 horas de autonomía, pero este es uno de esos casos en los que hay buenas noticias.

Con un uso muy similar al que cualquiera puede hacer en la universidad o trabajos de ofimática, he tenido para mis 7-8 horas de jornada tranquilamente usando WiFi y todo el entorno de trabajo de Google y Notion en navegador.

En ese periodo no he usado otras aplicaciones porque sí, tengo apps como Slack o Notion, pero son cosas que también puedo abrir en el navegador y es como lo he estado utilizando.

Tras esas jornadas, aún queda un 30-35% de batería, por lo que puedes estirar un poco más tanto el trabajo como el ocio para ver vídeos de YouTube, por ejemplo. También me la llevé de viaje a una feria como Gamescom y no he tenido que preocuparme por la batería.

Cuando me dio por usar aplicaciones más pesadas o fuera del entorno de Windows S, la batería se desploma fácilmente.

Sobre la carga, Xiaomi ha incluido una compatibilidad con potencia de 65 W, pero la mala noticia es que el cargador no viene en la caja.

Ideal para estudiantes, pero la arquitectura ARM en Windows necesita trabajo

Al final, el Xiaomi Book S es un dispositivo que me ha convencido totalmente si, como digo en la intro del análisis, jugamos con las reglas de Xiaomi. Esto significa utilizar Windows 11 S más que la versión estándar.

Creo que es algo totalmente factible para el usuario objetivo de este dispositivo, ya que con apps del navegador y ciertas suites de trabajo, prácticamente todo el trabajo en universidad y algunos entornos profesionales queda totalmente cubierto.

Si necesitas una app muy específica que está fuera de la tienda, necesitarás entrar en el Windows 11 “normal”, pero puede que funcione o puede que no, así que te recomiendo mirar bien la compatibilidad de esas apps en sistemas ARM para que no te lleves una sorpresa.

Xiaomi Book S 12.4"

Tablet PC con Windows 11 de Xiaomi, pantalla de 12,4" y procesadro Snapadragon 8cx Gen 2 para conseguir un buen rendimiento en formato tablet y portátil.

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Por lo demás, tenemos un buen diseño, una pantalla que cumple perfectamente, un sonido solvente y una autonomía que te va a dar bastante tranquilidad. 

El precio del equipo, teniendo todo esto en cuenta, me parece adecuado, pero sabiendo que el teclado es obligatorio y cuesta otros 150 euros, a lo mejor vale la pena plantear si te compras un portátil de 850 euros o apuestas por este concepto.