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¿Android necesita las capas de personalización de las marcas?

Samsung Galaxy S22, análisis y opinión

Las capas de personalización nacieron para que cada marca pudiera añadir funciones propias específicas que Google, como desarrollador principal de Android no podía implementar en un sistema operativo destinado a cubrir un rango tan variopinto de dispositivos con hardware tan variado.

Hace años, las capas de personalización permitían a cada fabricante añadir funciones específicas a sus móviles de gama alta que, por potencia, por limitaciones de hardware o por precio, no soportaban otras gamas de producto.

Hay capas de personalización casi tan antiguas como el propio Android. Hablo de MIUI de Xiaomi o de OxygenOS de OnePlus, sin olvidarme de otras que se han reinventado cambiando su nombre como One UI de Samsung.

Si les preguntamos a las marcas, sus responsables te dirán que las capas de personalización son una forma de ofrecer una mejor experiencia de uso con funciones útiles para los usuarios.

No obstante, más allá de abrir la puerta a instalar un buen número de apps que probablemente nunca uses, la mayoría de usuarios preferirá una interfaz fluida y sin complicaciones como la que ya ofrece el sistema y muchas marcas ya optan por minimizarlas potenciando la experiencia de Android puro.

¿Qué sentido tienen las capas de personalización?

Llevo el suficiente tiempo en esto del cacharreo con móviles como para haber vivido en primera línea de prensa todo el crecimiento exponencial de Android. Tiempos en los que todo Android era campo y las marcas buscaban diferenciarse con sus móviles añadiendo funciones que sus rivales no tenían porque el sistema operativo todavía iba en pañales.

Hasta bien entrado 2011, por ejemplo, no podias compartir los datos de Internet de tu smartphone con otros dispositivos (tethering), por lo que una de las formas para conseguirlo era que la capa de personalización lo permitiera, o directamente cambiar la ROM de tu smartphone por CyanogenMod o alguna de las muchísimas variantes que existían en aquellos días.

De la misma forma que hace casi una década era habitual cambiarle la ROM a un smartphone Android para desbloquear funciones más interesantes –todavía recuerdo el cosquilleo en la tripa durante el primer arranque del bootloader tras cambiarle la ROM, en el que te jugabas tener un móvil con más funciones o un ladrillo inservible—, pero ahora creo que las capas de personalización carecen de sentido.

Android ya no es el jovencito de antaño. Ahora es un sistema operativo maduro y avanzado que con sus funciones nativas ya cumple con las necesidades más sofisticadas y las que pueden echarse de menos son fácilmente cubiertas instalando una app específica.

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Un ejemplo claro lo tenemos en el Google Píxel 7a, el último móvil de Google que ha pasado por nuestra mesa de análisis, que apuesta por la versión más depurada de Android sin colorantes ni conservantes.

La interfaz de los móviles Pixel (y Nexus en su época) es un buen ejemplo del potencial de Android, sin que ninguna marca tenga que añadir nada que de alguna forma pueda lastrar el funcionamiento de la interfaz y la experiencia de uso que, al fin y al cabo, es el objetivo principal de cualquier marca.

Las más agresivas: un sistema operativo dentro del sistema operativo

Hay capas de personalización enormes que, de hecho, tienen su origen en aquellas ROMs, como MIUI de Xiaomi, que constituyen un sistema operativo propio dentro de Android, y se posiciona como una de las más invasivas en el sentido de que no dejan un resquicio que indique que hay Android debajo.

Para la marca, esto supone desarrollar apps propias que, de hecho, ya vienen incluidas en Android nativo como correo, app de notas, gestor de archivos, opciones de personalización, etc., por lo que se duplican las funciones y se ocupa espacio innecesariamente.

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Esta recarga de funciones y apps puede ser contraproducente ya que aporta la sensación de saturación de funciones y pueden confundir más que ayudar. Además, un rasgo común en muchas de ellas es la “externalización” de funciones como la personalización de la interfaz en una app separada, en lugar de estar integrada como una opción más en el menú de ajustes de Android.

Esta capa de personalización adicional funciona encima de la capa nativa de Android, por lo que en este sentido también hay duplicidad y, aunque el hardware cada vez sea más potente y sea capaz de absorber parte de ese esfuerzo, se hace necesaria una correcta optimización para que el funcionamiento de la interfaz sea fluido.

Este esfuerzo adicional se hace especialmente complicado cuando el catálogo de productos es amplio, ya que la marca tiene que afinar la capa de personalización en cada modelo, como es el caso de los móviles de Redmi o POCO, con un hardware más discreto, que se ha mostrado especialmente susceptible en los modelos más discretos de la marca.

Si Android ya lo hace bien, ¿por qué cambiarlo?

En la actualidad, Android es un sistema operativo muy completo que tiene muy en cuenta el hardware actual adaptándose incluso a conceptos tan complejos como son los móviles plegables, las nuevas tecnologías de redes y la forma en la que los usuarios usan los dispositivos.

Un ejemplo de ello es el sistema operativo de los móviles de Pixel. Que únicamente ofrece las funciones nativas que Google ha implementado sobre la interfaz nativa sin modificar su esencia.

Puedes pensar que en el caso de Google es más sencillo —como Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como—, pero en realidad hay muchas otras marcas que no ven necesario hacer ese esfuerzo adicional y está consiguiendo resultados excelentes.

El caso de Motorola es especialmente significativo. La marca lleva mucho tiempo apostando por mantener la esencia de Android nativo en todos sus móviles, dando solo unas pinceladas propias en la experiencia de uso con las Acciones de Moto o con opciones de configuración propias de cada hardware que se integran en el menú de ajustes de Android.

Sony también ha apostado por este modelo para sus móviles con resultados excelentes, centrándose en el desarrollo de las prestaciones del móvil y dejando la evolución del sistema operativo a Google.

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Etiquetas: Sony, Xiaomi