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Ese árbol de Navidad que acabas de guardar puede convertirse en combustible renovable

Árbol de Navidad

Ahora tu árbol de Navidad desechado podría contribuir al medioambiente.

Acaba la Navidad y con ello la posibilidad de que tiremos a la basura nuestro árbol de Navidad para estrenar uno nuevo el próximo año, y ese árbol de Navidad que podrías acabar desechando en unos días podría ser la principal herramienta para crear combustible renovable.

Así lo comentan investigadores de la Universidad de Sheffield y la Universidad de Valladolid que han descubierto que las agujas de pino de estos árboles de Navidad desechados pueden usarse para producir combustibles renovables y también productos químicos como conservantes utilizados en la agricultura.

El estudio señala que en Reino Unido se estima que 7 millones de árboles de Navidad terminan en vertederos al final de año, liberando cada uno de estos árboles 16 kilos de gases de efecto invernadero a medida que se descompone.

Esta nueva investigación señala que los árboles de Navidad desechados podrían convertirse en combustibles renovables y otros tantos nuevos productos.

Para llegar a la conclusión, se basaron en una investigación anterior que descubrió que se pueden fabricar productos útiles a partir de productos químicos extraídos de las agujas de pino.

La clave de las agujas de pino

La investigación estimó que la estructura química de las agujas de pino puede descomponerse en un producto líquido como bioaceite que puede usarse en la producción de edulcorantes, pinturas, adhesivos y vinagre que pueden ser utilizados en otros procesos químicos industriales.

Una de las cosas que hacemos cuando reaccionamos con dióxido de carbono para capturar CO 2 es usar metal para promover la reacción. Esto puede ser ineficiente y costoso, por lo que volvimos a algunos de los trabajos que habíamos hecho anteriormente con agujas de pino porque nos dimos cuenta de que potencialmente podríamos usarlas para promover la conversión del dióxido de carbono en ácido fórmico”, afirma McGregor, profesor del Departamento de Ingeniería Química y Biológica.

Los investigadores pudieron hacer que el dióxido de carbono relacionara con agujas de pino y agua a altas temperaturas.

El dióxido de carbono se introduce como bicarbonato de sodio”, afirma María Andérez-Fernández, quien dirigió la investigación. “Esta conversión conjunta con dióxido de carbono capturado, que no teníamos antes en la investigación anterior con agujas de pino, ha descubierto que las dos cosas mejoran la conversión entre sí, haciéndola más eficiente y, en este caso, haciendo más rentable el producto final: ácido fórmico”.

Este ácido fórmico resultante puede utilizarse en celdas de combustible para almacenar y transportar hidrógeno que se puede usar como fuente de energía ofreciendo así una alternativa limpia a los combustibles fósiles.

También puede usarse como conservantes de alimentos y agente antibacteriano en la alimentación del ganado.

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Etiquetas: Medio Ambiente