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Bajo las ruinas del incendio de Notre-Dame hallaron dos misteriosos sarcófagos de plomo: esta semana han sido abiertos

Bajo las ruinas del incendio de Notre-Dame encontraron dos sarcófagos de plomo: esta semana han sido abiertos

Denis Gliksman / Inrap

Los sótanos de la catedral de Notre-dame guardaban un misterioso secreto, que ha sido desvelado... a medias.

Dos sarcófagos de plomo con cientos de años de antigüedad fueron encontrados bajo las ruinas de la Catedral de Notre-Dame, en París. Ahora los han abierto, y solo han podido resolver uno de los dos misterios.

Todos recordamos el pavoroso incendio de la catedral de Notre-Dame, en 2019, que convirtió en cenizas uno de los monumentos más importantes de Europa.

Cuando se examinaron las ruinas, salieron a la luz dos extraños sarcófagos de plomo con cientos de años de antigüedad, de los que no había referencias. Los enterramientos en plomo son poco comunes,  además de peligrosos para los que se acercan al sarcófago, porque el plomo es tóxico.

Uniformados con trajes de protección anti radiación, arqueólogos franceses los han abiertoesta semana. Y solo han podido resolver la mitad del misterio:

El sarcófago mejor conservado contenía el cuerpo de un hombre de 83 años llamada Antoine de la Porte. Así reza en su epitafio, encontrado junto al sarcófago: "Este es el cuerpo del señor Antoine de la Porte. Fallecido el 24 de diciembre de 1710, a los 83 años de edad. Descanse en paz". Tiene, por tanto, más de 300 años.

La autopsia ha desvelado que llevaba una vida sedentaria y sufría gota, una enfermedad asociada al buen comer.

Era un canónigo, ya que se encontró enterrado bajo el transepto, y además una persona rica y poderosa, como corresponde a un sarcófago de plomo. Hace 300 años era un material caro, y se usaba para preservar mejor el cuerpo.

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Antoine de la Porte fue mecenas de algunos de los cuadros que se pueden ver en Museo de Louvre, y en el Museo Británico.

El misterio sin resolver es el segundo sarcófago. Estaba más deteriorado, con algunos agujeros, así que el cuerpo está más corrompido. Además no tenía epitafio.

Se trata de un varón de entre 25 y 40 años, que montaba a caballo desde muy pequeño. Le faltaban la mayoría de sus dientes antes de morir, y tenía una enfermedad en los huesos, así como el cráneo deformado, debido a algún tipo de sombrero que llevó cuando era un bebé. No se sabe quién es, pero debía ser alguien importante para ser enterrado en la catedral de París.

Los dos sarcófagos de plomo de Notre-Dame han sido abiertos, y su contenido desvelado. La catedral calcinada sigue albergando misterios aún por resolver.

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