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Descubren dos pájaros venenosos en Nueva Guinea: si tocas sus plumas pasarás un mal rato

Descubren dos pájaros venenosos en Nueva Guinea: si tocas sus plumas pasarás un mal rato

iNaturalist

Parecen frágiles y encantadores, pero estos pájaros tienen en sus plumas una de las neurotoxinas más potentes del mundo, capaz de matar a un humano.

Los pájaros venenosos son un descubrimiento relativamente reciente. Comenzaron a documentarse hace solo 30 años, algunas especies del género Pitohuis, en Papúa Nueva Guinea. Tres décadas después, biólogos de la Universidad de Copenhague han descubierto dos especies más. Son el silbador de Schlegel (Pachycephala schlegelii) y el silbador nuquirrufo (Aleadryas rufinucha).

Curiosamente, estos dos nuevos pájaros venenosos también son endémicos de Nueva Guinea. Se caracterizan porque poseen en sus plumas una de las neurotoxinas más potentes del mundo: la batracotoxina.

Es el mismo veneno que lanzan en forma de dardo las ranas del género Phyllobates y Dendrobates, en Sudamérica. Lo usaban algunas tribus indígenas de Colombia para envenenar sus flechas.

La batracotoxina es mortal para las personas: produce convulsiones, parálisis, y finalmente un fallo cardíaco, y la muerte.

Pájaros tóxicos inmunes al veneno

El silbador de Schlegel (foto más abajo) y el silbador nuquirrufo (foto de apertura) poseen batracotoxina en sus plumas. Por suerte, es en pequeñas cantidades. Sí los tocas, comienzan a llorarte los ojos y a moquear la nariz, sintomas parecidos a pelar una cebolla. Solo si estás en contacto mucho tiempo con la neurotoxina, o la ingieres, podría provocar problemas serios, incluso la muerte.

Curiosamente, el veneno está sus plumas, pero no en la carne. Indígenas que han probado el pájaro aseguran que su carne es muy picante, como si tuviese salsa de chili, y les queman las manos cuando les quitan las plumas, por eso no son apreciados, y les dejan en paz.

El silbador de Schlegel

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Para los biólogos, lo interesante en saber cómo producen la neurotoxina, y  por qué a ellos no les afecta.

Creen que la consiguen ingiriendo un escarabajo de la familia de los melíridos, al igual que hacen las ranas venenosas.

Esta neurotoxina actúa sobre los canales de sodio del organismo. Estos canales funcionan como unas puertas de entrada, ayudando a regular el flujo de iones de sodio en las células clave, según explica Cosmos Magazine.

Cuando las batracotoxinas se unen a estos canales de sodio, impiden que se cierren. Esto provoca convulsiones violentas y, en última instancia, la muerte.

The Alnwick Garden, el jardín más peligroso del mundo, en donde todas las plantas son venenosas

Los investigadores han descubierto que tanto las aves como las ranas presentan mutaciones en el gen SCN4A, que codifica el canal de sodio NAV1.4. Esta mutación permite cerrar los canales de sodio aún con la presencia de la neurotoxina, así que no les afecta.

Pese a que su mutación es similar, actúa de manera diferente en aves y ranas. Cada especie ha evolucionado de diferente forma, para conseguir el mismo objetivo.

Estas dos nuevas especies de pájaro venenoso en Nueva Guinea, nos muestra que no hay que fiarse de las apariencias. Por suerte la neurotoxina de sus plumas tiene una baja concentración, pero aún así causa problemas en los ojos y quemaduras en las manos.

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