Francia contra el mundo: solo dará ayudas a los coches eléctricos fabricados en Europa

El presidente francés, Emmanuel Macron, tiene como objetivo impulsar la fabricación de baterías hechas en la Unión Europea y eliminar las ayudas públicas de las que disfrutan casi todos los vehículos eléctricos en la actualidad.

Francia —sede de importantes fabricantes de automóviles como Renault y Stellantis— adaptará sus medidas existentes que fomentan la compra de vehículos más limpios para recompensar específicamente a los fabricantes europeos a finales de este año.

"Seremos el primer país europeo en reformar los criterios para la asignación del bono del automóvil", dijo en un discurso en el Palacio del Elíseo. “Es una pequeña revolución que queremos llevar a nivel europeo”, añadió Macron.

En la actualidad las baterías que no se fabrican en Europa explica que no cumplen con los estándares de producción ambiental y además pretende dar "una mano amiga" a las baterías que se fabrican en EE.UU o China.

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Para contextualizar, Estados Unidos se ha volcado en atraer inversiones y talento para fabricar vehículos eléctricos en su país. Con beneficios fiscales muy atractivos para los fabricantes, Joe Biden ya ha puesto en marcha la 'Ley de Reducción de la Inflación'.

A todo esto se suma la acusación de Macron antes mencionada de que las emisiones para la fabricación de baterías fuera de Europa emite demasiada huella de carbono por lo que premiará a las fabricadas en Europa porque "tienen una buena huella de carbono".

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"Se reformará el bono ecológico por la compra de un coche eléctrico para tener en cuenta la huella de carbono de su producción y así favorecer a los vehículos fabricados en Europa. Se trata de apoyar las baterías y los vehículos eléctricos que se producen en Europa porque tienen una buena huella de carbono", dijo el presidente francés.

Sin embargo, las nuevas medidas francesas también apuntarían a China. Los fabricantes de automóviles chinos —que ya son líderes mundiales en tecnología de baterías— han aumentado sus esfuerzos en 2023 para abrir el mercado de automóviles europeo, con marcas como BYD, Nio y Great Wall aumentando sus planes de ventas en el continente.

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“Esto no significa que seamos proteccionistas, no vamos a cerrar el mercado, pero no queremos usar el dinero de los contribuyentes franceses para acelerar la industrialización no europea”, agregó Macron. "No queremos depender; no estamos destinados a convertirnos en consumidores de la industria estadounidense", añade.

Es por todo esto que Macron ahora insta a Bruselas a adoptar un enfoque similar para favorecer la producción europea de baterías sobre los competidores extranjeros. 

Por supuesto, esto beneficiaría a las marcas francesas y al grupo Stellantis, ya que son las únicas marcas que fabrican coches eléctricos en Europa. Mientras tanto, el mayor perdedor sería Tesla con sus modelos básicos, que son fabricados en China.