Nueva York se ha convertido en el sexto estado norteamericano en aprobar el compostaje de seres humanos. Un nuevo tipo de entierro ecológico que convierte al fallecido en abono.

Se une así a Washington, Colorado, Oregon, Vermont y California, además de a Suecia, que aprobaron hace un par de años esta nueva práctica funeraria.

Enterrar a los muertos es cada vez más complicado. En las ciudades grandes no hay espacio para ampliar los cementerios, y además sale bastante caro. Una media de casi 8.000 dólares en Estados Unidos, según explica la BBC.

Además la mayoría de las prácticas son contaminantes. Los ataúdes de madera consumen millones de árboles al año, y la incineración contamina la atmósfera. Así que en los últimos años se están buscando alternativas más baratas y menos agresivas con el medio ambiente. 

El compostaje de seres humanos

Este nuevo tipo de entierro ecológico, convierte al fallecido en abono. Literalmente. Ya hay empresas como Recompose, especializadas en esta técnica.

El proceso consiste en introducir el cadáver en un recipiente cerrado junto con materiales seleccionados, como virutas de madera, hierba de paja y alfalfa, y se descompone gradualmente bajo la acción de los microbios. El proceso dura un mes, y hay una fase de calentamiento para eliminar posibles contagios:

Al terminar, los familiares reciben el abono humano que pueden usar para plantar flores, vegetales, o árboles.

Hay un simbolismo muy potente detrás, porque ese abono humano de un ser querido dará lugar a nueva vida. Y si se usa para plantar un árbol, es casi como alcanzar la vida eterna, ya que hay árboles que viven más de mil años.

El precio es similar al del entierro o incineración, pero es un sistema mucho más ecológico: el cuerpo no se quema, y tampoco requiere un ataúd, o una tumba.

Stardust Space, la empresa española que enviará las cenizas de personas fallecidas al espacio, en cohetes de SpaceX

Como suele ocurrir en estos casos, hay voces que rechazan este tipo de prácticas funerarias. Entre ellas, la iglesia católica de Nueva York, que afirma que no se puede tratar a los cuerpos humanos como si fuesen "residuos domésticos".

Aún así, parece que los entierros ecológicos en forma de compostaje de seres humanos han llegado para quedarse, porque seguro que muchas personas prefieren convertirse en abono y dar lugar a nueva vida, antes que en ceniza, o pudrirse dentro de un ataúd.