La solución de Bill Gates para acabar con el cambio climático: comer carne sintética

Bill Gates es uno de esos personajes tecnológicos que quedarán siempre en el recuerdo, no solo por Microsoft, sino también por sus esfuerzos en la Fundación Bill y Melinda Gates donde, entre otras cosas, está centrado en combatir el cambio climático.

Y Bill Gates tiene la esperanza de que los productos cárnicos sintéticos sean la solución idónea para los consumidores, a pesar de que a día de hoy el mercado para este tipo de carnes es muy reducido.

“Creo que, con el tiempo, estos productos serán muy buenos a pesar de que su participación es pequeña hoy”, dijo Gates en un foro de Reddit sobre una pregunta relacionada con la lucha contra la crisis climática, recoge la CNBC.

Añade que propuestas como Beyond Meat e Imposible Foods, soluciones de alimentos basados en plantas, y la propuesta Upside Foods, que hace uso de células de animales para después cultivar carne en un laboratorio, son ejemplos para reducir el consumo de carne de animales.

Si bien no tiene nada en contra del vegetarianismo, sostiene que la mayoría de las personas, ante un eventual futuro, no elegirán eliminar carne de su dieta.

“No creo que la mayoría de la gente haga eso”, añadiendo que los productos cárnicos alternativos “son opciones necesarias para reducir el consumo de carne tradicional”.

Bill Gates aún tiene esperanza en el Acuerdo del Clima de París

A pesar de que no se están cumpliendo las estimaciones, Gates comenta que “todavía creo que podemos evitar un resultado terrible”, sobre el cambio climático.

Si bien los estudios varían del efecto que tiene la agricultura animal en las emisiones de gases de efecto invernadero, parecen haber estimaciones que van del 10 al 20% de las emisiones.

“El ritmo de la innovación realmente se está acelerando a pesar de que no cumpliremos con los plazos actuales ni evitaremos pasar de 1,5 grados Celsius”, afirma Gates.

“La clave del clima es hacer que los productos limpios sean tan baratos como los productos sucios en todas las áreas de emisión: aviones, concreto, carne, etc. Esta es la única forma en que podemos pedirle a todos los países del mundo que cambien. Si cuesta mucho más, no tendremos éxito”, concluye.