Las ideas más locas para vuelos low-cost que han tenido las aerolíneas

Volar es caro. Cualquiera que haya comprado un billete de avión, lo sabe, pero ya nonos referimos a lo que cuesta el propio billete, sino a lo que cuesta la ''maquinaria'' tras cada vuelo. Un avión en el aire es una gran suma de dinero tanto por el precio del avión como por el carburante, la comida y los sueldos de la tripulación, y las compañías low-cost intentan continuamente reducir costes.

Un billete de una compañía de bajo coste es más barato porque se sacrifican ciertos servicios y comodidades, y la obsesión de esas compañías con vuelos económicos es reducir costes al extremo mientras intentan maximizar los beneficios, lo que les lleva, en ocasiones, a realizar auténticas locuras.

A continuación, os contamos cuáles son las ideas más locas para vuelos low-cost que vimos en el pasado.... y algunas que podríamos ver dentro de poco en vuelos de poca distancia.

Asientos para volar de pie

Una de las obsesiones de las compañías, sobre todo las de bajo coste, es ''meter'' al máximo número de personas en la cabina. Aumentar el número de pasajeros permite ganar más dinero, pero para hacerlo hay que replantear el sistema de asientos.

No es la primera vez que se rediseñan los asientos para que, prácticamente, volemos de pie, pero últimamente hemos visto una serie de asientos que nos ''invitan'' a volar con las rodillas flexionadas, apoyados en un respaldo mínimo.

Aviones del tamaño de un campo de fútbol

Con esto, la compañía aumenta la densidad de pasajeros y, aunque aumenta el peso de los pasajeros, se ''compensa'' con el menor peso de los asientos. Es una idea loca que está pensada para vuelos de baja duración, como un puente aéreo Madrid-Barcelona.

Eso sí, muchos pasajeros habituales de vuelos esperamos que esta idea loca para vuelos low-cost presentada en el Aircraft Interiors Expo 2019 de Hambrugo no salga adelante.

El ''altillo'', o mezzanine level

La compañía Jacob Solutions patentó hace unos años una de las ideas locas para vuelos de bajo coste más ''irrespetuosas'' que nos encontramos en esta lista. Relacionado con eso de poder aumentar el número de pasajeros, la empresa patentó una idea para que los usuarios de primera se sentaran, literalmente, encima de los de clase turista.

No es un secreto que viajar en avión es clasista (cuanto más pagues, más por encima estarás del resto, sobre todo en vuelos de larga distancia), y esta idea nos muestra un pasaje turista que recorre el avión en una ''planta cero'' y asientos que se colocan inmediatamente encima de los asientos de turista para albergar a los pasajeros de primera clase.

Mientras los ''de abajo'' están más apretados, los de primera clase van cómodamente sentados sobre el resto de pasajeros''.

Reducir el carburante

Otra de las obsesiones de las compañías low cost es reducir el peso. Para que un avión vuele, da igual el tiempo de trayecto, necesita miles de litros de combustible, lo que añade muchísimo peso extra. 

Ryanair no es solo una de las compañías más polémicas, sino que su dueño hasta hace poco, Michael O’Leary, es un excéntrico obsesionado por reducir costes. La idea loca de O'Leary fue, en 2012, reducir al máximo el combustible de reserva de los aviones.

A priori, si se calcula bien, es una buena idea, pero si hay una reserva de combustible es por algo, y en 2012 tres aviones de la compañía tuvieron que aterrizar de emergencia porque se quedaban sin ''alimento'' para los motores.

Pagar según espacio...

The Morph es un asiento de SeymourPowell que consiste en un asiento modular que nos permite gozar de más espacio si pagamos más dinero. No es algo destinado solo a usuarios con sobrepeso, en una fila ''normal'' de tres asientos, un usuario puede pagar más paga ''ensanchar'' su asiento.

Es una idea loca de vuelos low-cost que podéis ver en el vídeo que acompaña estas líneas.

... y pagar según el peso

Air Samoa llevó a cabo hace unos años una de las ideas más locas de los vuelos low-cost, hacer pagar a los viajeros según el peso combinado de equipaje y pasajero.

Esto supuso un extra al precio del billete de hasta un euro por kilo (la suma entre maleta y pasajero) que no sentó nada bien. La compañía se excusó afirmando que lo que pretendían era concienciar a la población ya que muchos pasajeros de Samoa cuentan con sobrepeso, pero no coló... y está claro que es una de las peores ideas de los vuelos low-cost (bastante tenemos con el espacio en el asiento).

Todos al baño antes de embarcar

Y terminamos con una de las peores ideas de las compañías de vuelos low-cost para reducir costes. La japonesa ANA inició hace diez años un plan piloto para intentar ahorrar peso en los vuelos.

La compañía invitaba a los pasajeros a pasar por el baño antes de subir en el avión. ¿Por qué? El motivo, según los japoneses, es que de esta forma se pueden ahorrar unos 50 kilos. No sé, pero iniciar este procedimiento para ahorrar el peso equivalente a tres maletas no parece demasiado efectivo para reducir peso y, por tanto, combustible y emisiones de CO2.

Como veis, la obsesión de las compañías es reducir costes de vuelo, pero hay ideas locas de compañías low-cost que no tienen demasiado sentido...