Las mejores alternativas a Facebook: así puedes huir de los tentáculos de Zuckerberg

Muchos son los beneficios que aporta Facebook. Sí lo reconocemos, usamos esta red social para entretenernos, mantener el contacto con amigos, personas que no vemos a diario pero que siguen siendo importantes e, incluso, conocer otras personas.

Sin embargo, en esta vida nada es gratis. El hecho de que no paguemos una suscripción mensual por usar esta red social no descarta que el coste acabe llegando por otro lado.

Puede que estes pensando que no te importa que Facebook sepa tu nombre, tus gustos musicales, edad, correo, etc., tu no tienes nada que esconder. Pero el problema que supone actualmente esta empresa no es que tenga unos cuantos datos, sino que tiene información de mil tipos, desde género, sueldo, ideología política, tipo de tarjeta de crédito y más sobre los 2.000 millones de usuarios activos que cada mes usan la red. A estos sumales los 800 millones de Instagram, los 1.300 millones de Whatsapp y la información que la empresa de Zukerberg ha recopilado durante años de personas que ni siquiera tiene cuenta en redes sociales.

Así están cambiando tu cerebro las redes sociales

El problema de Facebook es que no tiene competencia y esto ha terminado por estallar en una incesante lluvia de informaciones que, desde que salto a la esfera pública el caso de Cambrige Analytica, han ido desvelando la verdadera cara de esta mega-empresa valorada en más de 40.000 millones de euros. 

Nunca antes le había venido tan al pelo el nombre de red social, una red de la que es prácticamente imposible escapar. Pero que no tenga competencia no significa que no existan alternativas. Sí, son hormiguitas al lado del elefante que supone Facebook, pero estas hormiguitas han sido creadas con la principal convicción de que este mundo es libre y hay muchas maneras de financiarse sin aprovecharse de los datos de los usuarios. 

Diaspora

Aunque no haya una película sobre su historia, cuatro estudiantes crearon en 2010 el software de código abierto Diaspora sobre el que se sustenta esta red social. Ellos la definen como "la red social mundial donde tú tienes el control".

Ese control proviene de la descentralización de la plataforma compuesta por multitud de redes conectadas entre sí. Los datos de los usuarios se alojan en los distintos servidores locales o pods repartidos por todo el mundo y administrados por los propios usuarios con un poco de conocimiento de programación. Si no se tiene estas nociones e informática no hay problema, porque la red ofrece pods abiertos.

Este sistema evita que los datos estén monopolizados por una figura central que domina todo el sistema como ocurre con el todo poderoso Facebook.

Una vez registrados, con total libertad de elegir una identidad ficticia, los usuarios no reciben publicidad y pueden publicar estados, compartir contenido, comentar los de otros e incluso usar hastags y etiquetas. Además, pueden vincular su perfil con el de Facebook y chatear.

Mastodon

“Eres una persona no un producto” reza la web de Mastodon que cuenta con más de 170.000 usuarios registrados, los cuales han llegado a escribir más de 6 millones de estados.

Esta red social libre y de código abierto tampoco utiliza publicidad  y se financia a través sus usuarios y un grupo reducido de compañías y organizaciones como, por ejemplo, The Fourth Estate, una organización que vela por la libertad de prensa a nivel mundial; o Purism una empresa de dispositivos enfocados en la privacidad y seguridad del usuario. 

Mastodon permite comentar hasta 500 caracteres desde PC o móvil y sus usuarios controlan quién ve sus posts, fotos o vídeos. Una de las cosas más interesantes es que esta red tiene alertas de spoilers.

Como Diaspora, Mastodon se basa en la descentralización. Compuesta por multitud de servidores, genéricos o temáticos, para que los usuarios elijan el que más les guste. 

Ello

Esta alternativa es una de las más creativas. Una red social dedicada al arte, a promocionar artistas. Su interfaz recuerda a otras redes sociales como Tumblr, Pinterest o Instagram donde lo más importante es la imagen. 

Fotógrafos, ilustradores y creadores de todas las características usan esta plataforma para hacer llegar su trabajo y llevar sus exposiciones al mayor público posible. 

Ello pone en marcha iniciativas tan interesantes como Underscore, una publicación trimestral en papel donde reúnen entrevistas y monográficos de diez artistas elegidos a través de su sección Invitaciones, que promueve colaboraciones entre artistas y marcas creando oportunidades de trabajo a nivel global. 

Las interacciones que permite son sencillas, like, compartir y comentar, aunque muchos usuarios echan en falta la posibilidad de entablar conversaciones privadas como si sucede por ejemplo en Instagram y Facebook. 

Como Diáspora, Ello da libertad a sus usuarios a la hora de elegir qué identidad usar, la real o una ficticia y no utiliza publicidad ni se beneficia de los datos personales de los usuarios. La forma que tienen de conseguir financiación es muy diversa, entre ellas la participación de los ingresos generados por las transacciones de los usuarios como la venta de obras artísticas. 

Vero

Los creadores de Vero han ideado una interesante campaña de publicidad que le ha ayudado a captar en una semana un gran número de usuarios. De 150.000 descargas en dos años paso a 3 millones en una semana, ofreciendo una suscripción gratuita de por vida a todos los que se inscribieran antes de alcanzar la cifra del millón de usuarios. El resto de usuarios deberá pagar por el uso de las aplicaciones en Android y iOS que ayudarán a mantener la red social libre de publicidad. 

Por supuesto, este crecimiento les desbordó y empezaron a tener problemas de técnicos. Además, ha recibido críticas en cuanto a la privacidad, al ser necesario dar un nombre y cuenta de correo para poder ingresar. 

Otra manera de financiación es cobrar a las marcas que quisieran contar con el botón "Buy now", ya que cuenta con una amplia comunidad de influencers.

A pesar de todo en los pocos meses se la ha considerado una de las alternativas más potentes a Facebook e Instagram. Le debe sus comienzos a la comunidad de cosplayers, esas personas aficionadas a disfrazarse de personajes manga y superhéroes y poco a poco se fueron uniendo una gran variedad de artistas, tatuadores y aficionados a todo tipo de cultura. 

Path

Path se pensó como una red social intima, en su origen solo permitía tener hasta un máximo de 150 contactos. Una medida que con el tiempo se eliminó pero lo que sí perduró fue la idea de tener una red reducida, más personal que pública. 

Permite compartir entradas, contenido audiovisual, canciones y un largo etcétera de interacciones comunes en las principales redes sociales. 

A pesar de ese lema de intimidad que tanto mencionan en su web, en el pasado han sido muy criticados por fallos de seguridad o abusos como almacenar información de menores de edad. Parecen haber aprendido la lección y prometen respetar la privacidad de sus usuarios. 

Su creador, Dave Morin, es un antiguo empleado de Facebook y uno de los responsables de Facebook Connect, la plataforma entre la red social de Mark Zuckerberg y las empresas que la usan para recopilar datos personales. Aunque hay que decir en su favor que Morín abandonó Facebook antes de que comenzaran las malas prácticas que han desembocado en el escándalo de Cambridge Analytics. 

Desde que comenzó la caída de popularidad de Facebook, Path ha recibido una avalancha de solicitudes, como explicó Dave Morín en Twitter. 

Agorakit

Más que una red social, tal cual entendemos el concepto, podríamos definirla como una herramienta de colaboración. Agorakit permite crear foros y grupos y organizarlos a tu antojo, con calendarios, eventos, mapas, notificador para el correo electrónico  o carpetas compartidas. 

Se puede considerar una gran opción para organizar un proyecto conjunto o para tener un sitio privado donde estar en constante contacto con ese grupo de amigos con los que organizas todas las escapadas y planes. Sus desarrolladores la describen como una plataforma para iniciativas civiles. 

Toda la información y organización corre por cuenta de los usuarios ya que no hay ningún algoritmo detrás leyendo tus mensajes y decidiendo cual es el más importante. Su código es abierto y está disponible en Github para que cualquiera lo mejore. 

Signal

Es la favorita de Edward Snowden, por sus mensajes encriptados de extremo a extremo. Aunque no es una red social como tal, se podría comparar más bien con Whatsapp. 

Esta aplicación de mensajería está financiada gracias a las donaciones de los usuarios es una de las alternativas que más control da a su comunidad. Permite organizar los mensajes y demás interacciones, así como programarlos para que desaparezcan con el tiempo.  

Todo los datos que un usuario puede acumular en su paso por esta red social quedan en su teléfono para que nadie más tenga acceso a ellos. Cuenta con funciones de video llamadas, y envio de archivos de alta calidad sin ningún coste.