La guerra en Ucrania ha hecho que el precio de la gasolina suba más que nunca en la historia. Ni siquiera en la última gran crisis del petróleo habíamos visto los precios que este verano hemos tenido en las gasolineras.

Era normal ver la gasolina y el diésel sobrepasando los 2 euros el litro. Algo muy impactante, ya que durante la pandemia, por la falta de demanda, pudimos ver cómo teníamos el litro del diésel a 80 céntimos. Dos años más tarde teníamos 2,15 euros.

Ahora la cosa está un poco más relajada, con precios que rondan el 1,50 y 1,60 dependiendo de la gasolinera en la que estemos repostando. Lo malo es que ya no hay ayudas de 20 céntimos a las que agarrarse. ¿Volverán los tiempos de la gasolina a un euro? Eso no lo sabe nadie.

Hoy te explico de qué forma nos engañan con el precio de la gasolina y el diésel las empresas extractoras del crudo, las refinerías e, incluso, los gobiernos. Sin más dilación, que comience la explicación.

Cómo nos engañan con el precio de la gasolina

• Gran parte del precio de la gasolina son impuestos
• La bajada del crudo no se refleja en el precio de la gasolina
• Descuentos supeditados a aplicaciones propias de las gasolineras
• El diésel Premium y 95 Plus no significa mejor

Gran parte del precio de la gasolina son impuestos

Esta es una realidad que no tiene por qué ser un engaño, sino más bien una realidad. Todos los países europeos tienen en la gasolina una mina para sacar impuestos. Es un producto que no es de primera necesidad (no es comida), pero sin el cual muchos no podrían ir a trabajar.

De esta forma el precio puede elevarse un poco que la gente se va a quejar... y a seguir llenando el depósito del coche.

En el caso de España, como explica la propia Repsol, a los combustibles que provienen del petróleo les afectan dos impuestos: el IVA y el Impuesto Especial de los Hidrocarburos (IEH). Estos conceptos suponen alrededor del 40% del precio que pagamos por movernos con nuestro coche.

Si hablamos del IEH, debes entender que consta de dos tramos: el estatal y el autonómico. El tramo estatal puede cambiar en función de los Presupuestos Generales del Estado, pero lleva años sin variar.

Por otro lado, el tramo autonómico se ha fijado en 48 € por cada 1000 litros y esto es así en todas las Comunidades Autónomas de nuestro país. Es la diferencia entre el IEH de la gasolina y el diésel lo que hace que un carburante sea más caro que el otro. 

Además del IEH y como ocurre con otras muchas cosas que consumimos a día de hoy, el IVA también afecta a la gasolina y el diésel. Este impuesto, actualmente, es del 21 % y en el caso de la gasolina y el diésel, no se aplica el tipo reducido que sí afecta a otros bienes.

La bajada del crudo no se refleja en el precio de la gasolina

¿Cuántas veces hemos visto que el barril de crudo lleva bajando semanas y tu en la gasolinera no ves más que aumentar el precio del litro del diésel y la gasolina? Más de una vez, por desgracia, porque lleva ocurriendo varias décadas.

El diésel y la gasolina es un derivado del crudo, de ahí que no vayan tan de la mano como parece. Para producir gasolina y diésel se necesita crudo y muchos más pasos por el camino, como explican las refinerías. Este proceso es el que encarece o abarata el producto final.

De esta forma el precio del barril de crudo afecta, pero mucho menos de lo que podría parecer. Además, una vez que baja el barril suele tardar varias semanas en que se refleje en las gasolineras, ya que las refinerías siempre tienen stock de crudo y tardan semanas en utilizar esos nuevos barriles más baratos.

Descuentos supeditados a aplicaciones propias de las gasolineras

Esto es habitual desde hace unos años, pero con la pandemia se puede decir que ha llegado para quedarse. Un montón de compañía, como BP o Repsol, han comenzado a vender el uso de sus aplicaciones con el premio más goloso: descuentos en la gasolina.

De 10 a 20 céntimos de descuento podemos ver en un montón de gasolineras si nos hacemos socios de la compañía y nos bajamos sus aplicaciones. Estas suelen aprovechar para vendernos sorteos y demás productos. La excusa es la gasolina, el premio es convertirnos en clientes vitalicios.

Pero aquí hay trampa. Para ofrecernos ese descuento en la gasolina lo que hacen es subir el precio ellos de forma artificial. Si te fijas, el precio de estos establecimientos suelen estar casi 20 céntimos por encima del resto y la respuesta es solo una: vendernos su aplicación.

El diésel Premium y 95 Plus no significa mejor

Por último, los carburantes premium. Si te has fijado hay una versión normal de la gasolina y el diésel y a su lado una igual pero con el apellido Prémium o Plus. Y son bastante más caras, unos 5/10 céntimos de media. ¿Merecen la pena?

Para responder esto tienes que leerte este artículo donde expliqué en su momento las diferencias entre las Low Cost y las compañías de renombre. Entonces ya hablamos de todas las cuestiones importantes al respecto.

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Hoy estoy para echar un poco de luz sobre los distintos acabados del carburante. Cuando un diésel es Prémium y la gasolina 95 es Plus, lo único que significa es que lleva unos aditivos diferentes y que, en principio, son mejores para nuestro coche. Puede ser porque deja menos residuos o porque podemos hacer unos pocos kilómetros más con los mismos litros.

La realidad es que la diferencia entre ambos carburantes es tan pequeña que nadie puede asegurar a ciencia cierta si al repostar le han puesto una u otra. Y, a largo plazo, ni siquiera los mecánicos son capaces de darnos una respuesta tajante. Así que, si vas justo de presupuesto, llena con el combustible normal.