A la hora de salir a carretera debemos inspeccionar que nuestro vehículo esté en perfecto estado, sobre todo el tema de los neumáticos, y aunque hayamos pasado la ITV recientemente no significa que pueda haber algún elemento que pueda jugarnos una mala pasada.

Y ahora se ha publicado un estudio en el que demuestra que las llantas desgastadas son más peligrosas que conducir ebrio, vía dailymail.

Todo el mundo sabe que conducir bajo los efectos del alcohol reduce la distancia de frenado de los conductores ya que aumenta su tiempo de reacción, pero este nuevo estudio realizado por la Universidad de Cardiff ha señalado que los neumáticos gastados aumentan la distancia de frenado siete veces más que el alcohol.

Alrededor del 35 % de los accidentes de coche fatales son causados por conducir ebrio porque el alcohol aumenta el tiempo del conductor para reaccionar ante lo que tiene delante, aumentando así la distancia de frenado.

Cuestión de neumáticos

Este estudio ha demostrado que, de media, el consumo de alcohol aumenta el tiempo que tardan los conductores en realizar el frenado en un 18 %, es decir unos 120 ms.

Sin embargo aquellos neumáticos con una banda de rodadura de 1,6 mm cuentan con un 36 % menos de agarre que los neumáticos en mejores condiciones, lo que aumenta la distancia de frenado en unos 27 cm.

Comentan que mientras el límite legal para la banda de rodadura es de 1,6 mm, los neumáticos en buenas condiciones cuentan con una banda de 4 mm.

“Cuando comenzamos la investigación no sabíamos cuál de los dos factores, el alcohol o los neumáticos desgastados, tendrían mayor impacto en la distancia de frenado, ya que los datos nunca habían sido suficientes”, señala Peter Wells, que realizó la investigación en la Universidad de Cardiff.

“Demostrar que los neumáticos desgastados aumentan la distancia de frenado siete veces más que el alcohol es un hallazgo significativo”, añade.