Logo Computerhoy.com

¿Tiene sentido pedir que el Samsung Galaxy S23 sea una revolución?

Samsung Galaxy S23 Ultra.

La respuesta corta es… “no”, pero déjame explicarlo porque es un tema que tiene bastante miga y creo que estamos poniendo el foco de la exigencia donde, precisamente, no debemos ponerlo.

Febrero es el mes en el que, tradicionalmente estos últimos años, Samsung ha presentado sus nuevos gama alta para el resto del año. Sí, en agosto solíamos tener los Note (fagocitados por los Galaxy Ultra) y ahora tenemos los plegables en verano, pero está claro que los que llegan a competir contra lo mejor de lo mejor cada año son los Galaxy S.

Y, como estos últimos años, hemos tenido un S23, un S23+ (algo más grande que el estándar, pero igual en prácticamente todo lo demás) y el modelo S23 Ultra (el que decía que se ha “comido” a los Note).

Ya hemos podido probar el Galaxy S23 Ultra y te he traído mis primeras impresiones tras una hora con el terminal, y aunque este año no seré quien lo analice (esa responsabilidad cae sobre mi compañero Rubén), tengo que decir que… visto el S22 Ultra, visto el S23 Ultra. Y no, esto no es malo.

Básicamente, y resumiendo muchísimo, el S23 Ultra es como el anterior, pero con un sistema de cámaras más sólido, más megapíxeles en la cámara principal, el Snapdragon 8 Gen 2 en lugar del Exynos, nuevas cositas por software, un ligero rediseño de la pantalla y pocos detallitos más.

Realmente, la mayoría de esos detalles no llaman la atención, pero contribuyen a que el móvil sea mejor que la generación anterior. Y, claro, eso ha hecho que más de uno levante la ceja porque “el S23 Ultra es igual que el S22 Ultra”. Y sí, pero… no.

Como digo, hay determinados detalles que hacen que la experiencia sea mejor y, si nos ponemos tiquismiquis, tenemos un sistema de estabilización mejor, una pantalla con un sistema de ajuste de tono mejorado, una cámara frontal que baja en megapíxeles, pero gana en tecnología de enfoque, mejoras en el modo RAW para sacar partido a las cámaras, nuevos modos de software como astrofotografía y doble exposición y, como esos, unos cuantos detalles más.

Pero claro, a simple vista, el móvil es “idéntico” y, además, si tienes el anterior considero que no vale la pena, ni por asomo, que te pases a esta nueva versión a no ser que quieras el último procesador del mercado (y, aun así, yo no daría el salto). Y, claro, eso ha originado críticas por parte de algunos usuarios que esperaban una revolución.

Hay un dicho que es (más o menos, no lo recuerdo bien) “lo difícil lo hago pronto, lo imposible tarda un poco más” y, básicamente eso se aplica al salto generacional que muchos usuarios piden de manera anual. El S22 Ultra era un móvil que, podía no ser el mejor en algunos apartados, pero montaba lo mejor disponible en el momento de su lanzamiento.

La pantalla sigue siendo una de las mejores del mercado, el diseño es diferenciador y muy, muy premium, las cámaras son terriblemente solventes con uno de los mejores sistemas de telefoto, muy buen sistema de altavoces y, excepto el rendimiento por la elección errónea del SoC, en lo demás era de lo mejor del año.

Y se mantuvo así hasta el último día de 2022 así que… ¿por qué un mes y poco después queremos una revolución? Al margen del momento tan difícil que estamos viviendo (diferentes conflictos internacionales más una crisis de semiconductores que va mejorando, pero que todavía arrastran muchas empresas), no es posible reinventar la rueda cada año. Ni en los móviles ni en ningún sector, vaya.

¿De verdad crees que hay unas pantallas mejores solo un año después? ¿Mejores altavoces? ¿Una cámara periscópica mucho mejor? ¿O se puede meter más batería en ese diseño? Está claro que la carga de 45 W es un lastre, pero, al margen de eso y cambiar el procesador (que lo han hecho y me alegro profundamente), ¿qué más se podía mejorar del S22 Ultra que no se haya mejorado en la actual generación?

Creo que todos debemos tener claro que estamos en un periodo en el que la tecnología punta no avanza lo suficiente año tras año como para exigir una revolución en los dispositivos de gama más alta. 

Esto es algo que se puede exigir a tecnologías que están “creciendo”, como los procesadores de Apple Silicon para sus portátiles -qué maravilla es el Mac Mini M2 con M2 Pro, de verdad-, pero en el resto, creo que lo más inteligente son ciclos de 2 o incluso 3 años.

Incluso creo que en los plegables también veremos evolución anual debido al aumento de competencia porque marcas que se habían estancado por su dominio del mercado -Samsung- tendrán que sacar del armario sus últimas tecnologías para competir contra los nuevos jugadores y, por tanto, veremos un avance en estos dispositivos.

Cuando renuevas un gama TOP de un año a otro, no tienes demasiadas mejoras, pero cuando dejas una o dos generaciones entre medias, puedes disfrutar de un dispositivo que, objetivamente, es un salto mayor y más notable respecto al que ya tienes en el bolsillo.

Teniendo esto claro, donde sí creo que hay que ponerse exigentes es en la gama media, donde los fabricantes tienen a su disposición pantallas, procesadores y elementos mejores porque son “heredados” de la gama premium, pero al haber pasado unos meses desde el lanzamiento de esos terminales TOP, el precio es más barato para las empresas y, por tanto, el dispositivo es algo más económico. No tiene las funciones más prmeium, pero definitivamente son interesantes.

Es ahí donde hay que pedir novedades, en una gama media y alta que en 2022 estaba estancada y que parece seguir el mismo camino en 2023, pero no es una gama premium que, literalmente, no puede montar mejores componentes de un año para otro.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Computerhoy.

Etiquetas: Smartphones