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Stadia, el drama de cerrar una plataforma en la nube: juegos exclusivos en el limbo, compras sin valor, y jugadores desesperados

Stadia, el drama de cerrar una plataforma de streaming: juegos en el limbo, compras sin valor, y jugadores desesperados

Stadia ha dejado de existir. Como una nube dispersada por el viento, todo su contenido se ha esfumado. Y eso deja al descubierto la peor cara del streaming. 

Por sorpresa y sin avisar Stadia, la plataforma de videojuegos en la nubede Google, ha cerrado sus puertas. Iba a revolucionar los videojuegos y a comerse el mundo, pero una nefasta política de comercialización, y un golpe de frente contra el muro de la realidad, han terminado en cierre.

El servicio Stadia lo tenía todo para imponer el juego en la nube, comenzando por el dinero de Google y la potencia de sus servidores. Pero su fracaso demuestra dos cosas. Primero, que en videojuegos la tecnología no basta. Necesitas tus propios estudios y acuerdos con compañías importantes.

Y segundo, que una cosa son las conexiones a Internet en Silicon Valley, y otra muy diferente en el resto el mundo. La mayoría de los gamers tienen conexiones limitadas o capadas.

El cierre de Stadia: las dramáticas consecuencias

Otras plataformas de videojuegos, y docenas de consolas, han desaparecido a lo largo de la historia. Pero disponían de un soporte físico detrás, unas descargas que mitigan el golpe para sus usuarios.

La consola NES desapareció hace 25 años, pero si quieres hoy mismo puedes enchufar la máquina, meter un cartucho, y jugar. Con consolas jubiladas más modernas, los juegos comprados en digital se descargan en la consola y los conservas para siempre... si no los borras.

Pero Google Stadia es una plataforma en la nube: todo el contenido funciona en los servidores de Google, y los usuarios el único derecho que tienen es conectarse a ellos, y jugar allí. En sus inicios, el sistema de comercialización de Google exigía comprar los juegos uno a uno, a precio de edición física.

Cerrar una plataforma de streamingcomoStadiatiene diferentes consecuencias, todas dramáticas: juegos exclusivos de Stadia que oficialmente ya no existen, juegos comprados por los usuarios que no pueden jugar nunca más, jugadores que han dedicado 6.000 horas a un juego y todo su esfuerzo desaparece, y gamepad propio cuyo Bluetooth no funciona en otras máquinas, porque está capado.

¿Qué va a pasar a partir de ahora?

Por suerte, algunas de estas cosas están en vías de solución, pero con perjuicios para las compañias de terceros implicadas.

En el caso de los (pocos) juegos exclusivos de Stadia, parece que Google los libera de esta exclusividad. El juego español Gylt, de Tequila Works, se va a portear a otras plataformas. Aquí puedes ver el tráiler:

Los juegos comprados por los usuarios enGoogle Stadia, que se han esfumado, tienen una solución más complicada.

Ubisoft, Bungie e IO han anunciado que están buscando la forma de que los usuarios puedan activar esos juegos en otras plataformas, sin coste. Ubisoft no tendrá problemas porque tiene la suya propia, UPlay. Pero el resto de compañías deberán pagar de su bolsillo el 30% de comisión de Steam, o las tiendas de Nintendo, PlayStation o Xbox, según donde el usuario de Stadia quiera activar esos juegos.

Nos queda saber qué ocurrirá con esos jugadores que han dedicado miles de horas a ciertos juegos, y ahora pierden las partidas. Dramático es lo de este jugador que lleva jugando casi 6.000 horas al modo online de Red Dead Redemption 2:

Quizá Google acepte ceder las partidas, pero si usan un formato propio, algo muy probable al ser streaming, pueden ser incompatibles con el mismo juego en otras plataformas.

Otro problema que tiene Google es que vendió un gamepad propio para jugar en Stadia, que tiene el Bluetooth capado. Así que ahora solo se puede usar con cable en otras plataformas. Los usuarios le han pedido que actualice el firmware para liberar el Bluetooth, pero si está capado por hardware, será imposible.

Es lo que tienen las plataformas de streaming, que todo el poder está en manos de las compañías, y los usuarios pagan, pero no tienen nada. En el caso de Stadia, han tenido mucha suerte: Google puede permitirse el lujo de ser generosa, y el resto de compañías se están esforzando para que los usuarios lleven sus juegos comprados a otras plataformas, pese a que no están obligadas.

Con futuros cierres de otras plataformas en la nube o streaming del estilo de Stadia, seguramente no haya tanta suerte. Es importante saber muy bien qué es lo que "compramos", y los derechos que tenemos cuando ese plataforma desaparezca, para no llevarnos disgustos.

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Etiquetas: Videojuegos