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Analizamos Re, la versión de HTC de una Action Cam

Miguel Morales

Cámara re
Hemos estado probando la nueva cámara de acción de HTC, Re. Un nombre sencillo a juego con un diseño sencillo que ocultan un dispositivo que de simple no tiene nada. Fotos de alta resolución, gran angular, vídeo a cámara lenta y conexión con nuestro smartphone. Así es Re, la Action Cam de HTC.

Por fin hemos puesto las manos en la cámara Re de HTC. Aunque abundaron los comentarios a costa de su forma en la presentación, hemos decidido obviarlos y dejarnos llevar sólo por lo que descubramos en este análisis. De hecho, probablemente este sea el único análisis en el que no se mencionen las palabras "perioscopio" ni "inhalador"... excepto ahora. Para empezar, está claro que su forma es bastante llamativa, pero eso es lo que ocurre cuando una compañía se arriesga a no seguir las normas establecidas por un sector, y crear algo de cero. 

Para empezar, se trata de un dispositivo muy compacto. Mide 9,6 centímetros de altura, y la circunferencia de su cuerpo tiene un radio de 13,25 milímetros. Tiene forma de tubo curvado en un ángulo de 90 grados, como podéis ver en esta reproducción 3D. En cuanto al peso, se queda en los 65,5 gramos.

Como se puede ver, está diseñada para utilizarla con una mano. Tiene un único botón en la parte superior del ángulo, desde la que se controla todas las funciones básicas del teléfono: fotografías y fotos. Además tiene un sensor de agarre que activa el aparato al sujetarlo, para que el apagado automático no nos fastidie la captura de un momento concreto. 

En cuanto al objetivo, la cámara monta un sensor de 1/2,3 pulgadas, lo que cabría esperar en una cámara compacta como esta. Lo mismo ocurre con la apertura, de f2.8 y su gran angular con cobertura de 146 grados. La grabación de vídeo puede ser de 1080 o a 720 píxeles, y las fotos tienen 16 megapíxeles. 

Uno de sus puntos más positivos es la sincronización entre la cámara Re y los smartphone, mediante la aplicación que HTC ha puesto a disposición de los usuarios. No sólo podremos ver las fotos (y decidir cuales pasamos a nuestro smartphone), sino que también podremos ver lo que la cámara está viendo, y nuestro smartphone hará de visor. 

Hemos descubierto que resulta muy útil para hacer selfies, que aunque pueda sonar frívolo, lo cierto es que las autofotos adquieren una nueva dimensión cuando se hacen con un objetivo en condiciones y no con la cámara frontal de nuestro smartphone. Un ejemplo.

Selfie con la cámara Re en la Catedral de Burgos

Además tiene certificación IP57, lo que implica que es sumergible a 1 metro durante 30 minutos, y que resiste bastante bien el envite del polvo. Además tiene una batería de 820 miliamperios, que debería ser capaz de grabar vídeo durante algo más de una hora y media y hacer hasta 1.200 fotos de máxima resolución... dependiendo de cuanto cuidéis los protocolos de recarga (cargar al máximo y desconectar, descargar a cero y no interrumpir la carga si no se ha completado).

En cuanto a la memoria, tiene 8 GB a vuestra disposición y son ampliables mediante tarjeta MicroSD. Por lo general, es un dispositivo bastante interesante. No es estrictamente una Action Cam, aunque en la mayoría de los casos puede cumplir esa función, especialmente cuando se utilizan los soportes especiales. El caso es que lo que pudiese perder como Action Cam por el tamaño, lo gana como cámara normal, por la facilidad de uso. Está disponible por 169 euros, y es compatible con Android e iOS.

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