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Primera batería de móvil que se recarga con el calor humano

Victoria Viera

Primera batería de móvil que se recarga con el calor humano
Desarrollada por un grupo de investigadores japonesesLa carga dependerá de lo caliente que seasNoticia propuesta por SoloCharo a través de Twitter

Parecía algo imposible, pero por fin se ha hecho realidad: ya no necesitamos energía eléctrica para recargar nuestros teléfonos móviles. Y esque una empresa japonesa experta en energías alternativas se ha dado cuenta del gran potencial del calor humano. Según sus expertos, las personas con smartphone pasamos casi un 50% de nuestro tiempo con el móvil en contacto con nuestro cuerpo, ya sea en las manos, en la tripa, en los muslos o en el trasero, aunque señalan que hay más lugares que han preferido no mencionar.

Según los científicos, por cada 15 segundos que reciba el móvil la energía calorífica, se recargará a lo que equivale a un 1 minuto de dispositivo encendido. Asique ya tienes la excusa perfecta para no soltar nunca el móvil, sin importar dónde estés o qué estés haciendo: funerales, bodas, reuniones, entrevistas de trabajo o una cita. Los científicos, con un prestigio de nivel internacional, han trabajado también en proyectos tan innovadores como las almohadas que te abrazan y en los miniventiladores para enfriar la sopa.

Hemos podido acudir a la rueda de prensa para la presentación de tal invento revolucionario. El profesor Saturo Tukoko nos comenta los beneficios: “Además de ser 100% ecológico, ya que no utiliza energía eléctrica, ya nadie se sentirá sólo, ya que el móvil siempre hará compañía. Dependiendo de las zonas por donde pases el teléfono se cargará con más o menos intensidad, dependiendo del calorcito que de” comenta con una sonrisa nerviosa y pícara a la vez. Asique los caribeños están de suerte, ya que gracias a su ardor latino su tiempo de recarga podría ser unos segundos más corto.

Ante la pregunta de un periodista sobre el peligro que conlleva para la salud estar en contínuo contacto con las radiaciones de los teléfonos, el profesor se levantó y exclamó ante la mirada perpleja de toda la sala: “¡MI NO ENTENDER, YO ME LLAMO SATUROOO!” mientras huía haciendo la croqueta.

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