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Los empleados de Google siguen en pie de guerra por el proyecto del buscador en China

Google oficinas

La polémica continua rodeando el proyecto Dragonfly de Google, el nuevo buscador de Internet que está creando el gigante tecnológico para China y cuyo principal problema radica en que estará censurado por el gobierno de este país. Desde que se comenzó a trabajar en este proyecto, los empleados de la compañía se han mostrado en contra de la idea y han redactado varias cartas para protestar por ello. La última de esas cartas la firman también varias organizaciones de derechos humanos. 

Organizaciones como Amnistía Internacional están apoyando la lucha de los empleados por frenar este proyecto. "Hasta ahora la respuesta de nuestros dirigentes ha sido insatisfactoria" explican en la última carta que han publicado pidiendo a los directivos de Google que cancelen el buscador Dragonfly.

Según las cartas, los empleados de Google están preocupados por que las tecnologías modernas que ellos desarrollan en su trabajo, sean utilizadas por los gobiernos o fuerzas de poder para oprimir a los ciudadanos, temiendo que este nuevo buscador se convierta en un nuevo arma de censura y manipulación política del gobierno de China. 

China controlará a sus ciudadanos con unos drones pájaro

Aunque el proyecto no está vinculado directamente con los dirigentes del partido comunista del gigante asiáticos, Google necesita su permiso para operar en ese país. Desde que el mundo de Internet apareció dentro de las fronteras chinas, su gobierno ha ejercido una dura censura para evitar que los ciudadanos tengan acceso a información que contradiga las reglas del partido comunista. 

Twitter, WhatsApp, e incluso el mundo de los videojuegos han sufrido por la censura del régimen chino. Esos controles probablemente se usarían para silenciar a las personas marginadas y favorecer la información que promueva los intereses del gobierno, señala la carta

Los empleados de Google aseguran que entraron a trabajar en la empresa americana inspirados por los valores de la empresa y que se estarían perdiendo debido a este y otros proyectos emprendidos en los últimos años. "Merecemos saber lo que estamos construyendo y merecemos que nuestra opinión se tenga en cuenta en estas decisiones importantes".

No es la primera vez que los empleados de una compañía tecnológica de esta envergadura se posicionan en contra de un proyecto. Desde los trabajadores de Microsoft, pasando por los de IBM, quieren que sus invenciones en tecnología se utilicen para ayudar a las personas pero muchas veces acaban descubriendo que la compañía lo ha vendido, por ejemplo para controlar o bloquear el flujo migratorio en las fronteras

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