La Comisión Europea considera definitivamente que Android domina de manera ilegal el mercado de aplicaciones al haber obligando a los fabricantes de teléfono con ese sistema operativo a usar las aplicaciones de Google. 

4.340 millones de euros, ese es el dinero que deberá pagar Google. La sanción equivale a la cantidad que aportan los Países Bajos al presupuesto anual de la Unión Europea y con ella se establecería un nuevo récord de sanciones antimonopolio en la UE.

Estos 4.340 millones de euros se sumarían a los 2.400 millones de euros que la UE le impuso el año pasado a la compañía por manipular los resultados de búsqueda. Una decisión que Google aún sigue peleando en los tribunales sin que parezca que vaya a haber una resolución clara a corto plazo.

La UE quiere acabar con el odio en Internet a base de multas

Margrethe Vestager, Comisaria de Competencia de la UE ha hecho pública esta mañana la penalización después de que anoche se pusiera en contacto con Sundar Pichai, consejero delegado de Google, para avisarle de la inminente sanción, una práctica habitual. 

La comisaria ha acusado por Twitter a Google de consolidar "el dominio de su motor de búsqueda, negando a los rivales la oportunidad de innovar y competir en función de los méritos".

Los funcionarios europeos han investigado los contratos de la empresa con los fabricantes donde se especifica que deben tomar las aplicaciones de búsqueda y el navegador de Google así como otros servicios si quieren tener la licencia de Google Play. Además, existen pagos a operadores de telecomunicaciones que estarían vinculados con la instalación en exclusiva del servicio de búsqueda de Google. 

Aunque la penalización sea mayor que las anteriores veces, no es una multa excesivamente alta para la compañía. Alphabet Inc. propietaria de Google generó el año pasado esa misma cantidad cada 16 días según los datos aportados por Bloomberg.

Lo que si tendría un verdadero impacto en Google sería que la UE le obligara a liberar a los fabricantes de teléfonos para que puedan elegir e instalar otras aplicaciones ajenas a Google en dispositivos con Android, que actualmente son un 80% del mercado de smartphones.