Microsoft, HP o Google no fabricarán en China por la guerra comercial con EE.UU.
Parecía que la guerra comercial entre China y EE.UU. se tomaba un respiro cuando, con motivo de la cumbre del G20, la administración Trump permitía a las empresas americanas mantener relaciones comerciales con Huawei.
Nada más lejos de la realidad. Algunas de las empresas tecnológicas más importantes que producen sus equipos en China han anunciado que dejarán de fabricar en ese país ante los elevados aranceles que el gobierno ha establecido para las exportaciones chinas.
Con esta medida, gigantes de la talla de HP, Microsoft o Google siguen los pasos de Apple anunciando que dejarán de fabricar sus dispositivos en China y trasladarán la producción a otros países como Taiwán, Indonesia, Tailandia, Vietnam, Filipinas, México o la República checa para evitar los duros aranceles entre China y EE.UU.
Este un creciente éxodo de empresas tecnológicas a otros países estratégicamente más interesantes amenaza con socavar seriamente la posición de China como gran potencia mundial en fabricación de dispositivos tecnológicos.
Fabricantes como HP o Dell ocupan los primeros puestos en fabricación de ordenadores, manejando el 40% del mercado global. Estas empresas podrían reasignar hasta el 30% de su producción de ordenadores portátiles fuera de China. HP envía el 40% de su producción a EE:UU., mientras que el porcentaje de Dell sube hasta el 47%, por lo que la política de aranceles a China afecta seriamente a sus cuentas de beneficios.
Esto supone un importante quebranto para los balances económicos de China ya que la fabricación de dispositivos tecnológicos supone el principal motor económico del país, que durante décadas ha situado a China como principal productor mundial de ordenadores y smartphones.
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Microsoft, Google, Amazon, Sony y Nintendo también están estudiando la posibilidad de trasladar parte de la fabricación de sus consolas de juegos y altavoces inteligentes fuera del país.
Según Darson Chiu, economista especializado en comercio en el Instituto de Investigación Económica de Taiwán, “[...] Se espera que Estados Unidos note un impacto negativo por el cambio de producción ya que los productos tecnológicos allí podrían ser más caros, pero China se llevará la peor parte ya que la economía del país tendrá que prepararse para una nueva desaceleración y muchos trabajadores de fábricas deberán buscar trabajo en otros lugares".
Incluso aunque las aguas entre EE.UU y China vuelvan a su cauce, ya no habrá marcha atrás para China si las grandes tecnológicas se llevan su producción a otros países, ya que se tendrá que enfrentar a la creciente competencia de sus países vecinos, poniendo en jaque sus ya ajustados costes de producción.
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