La Unión Europea dice sí a crear una base de datos con nuestras huellas dactilares
Las huellas dactilares, el rostro, la voz, en nuestro cuerpo tenemos una gran número de elementos que nos identifican y que cada vez se usan más en todo tipo de ámbitos de seguridad. Además de desbloquear nuestro teléfono móvil, nuestras huellas dactilares se usan en las distintas instituciones de seguridad nacional, que pronto compartirán esta información con otros países de la Unión Europea.
El Parlamento Europeo ha dado vía libre tras una votación para que los países miembro compartan una gran base de datos de los ciudadanos europeos entre los que estarán nuestros datos biométricos, es decir nuestras huellas dactilares.
Esta nueva base de datos se conocerá como Registro de Identidad Común o CIR y se calcula que albergará los datos de unos 350 millones de personas de cada uno de los países miembro y que, gracias al acuerdo de Schengen, cuentan con un movimiento más libre por sus fronteras.
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En el CIR se encontrarán datos como nuestro nombre, la fecha de nacimiento, pasaporte y de más documentos oficiales que puedan servir para identificarnos. Junto a estos datos, se unirán los biométricos, es decir, huellas dactilares y escaneo facial, que podrán ser consultados cualquier miembro de las autoridades fronterizas y de la justicia de otras naciones.
Su función será simplificar el trabajo de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y vigilar el tránsito entre fronteras, al poder buscar en un sistema unificado, en vez de tener que pedir permisos para que el país de origen envíe la documentación, procesos que suelen ser muy lentos.
Además de los datos más básicos de cada persona, el sistema estaría también conectado con otros como el Sistema de Información de Visas (VIS y el Sistema Europeo de Antecedentes Penales para Nacionales de Terceros Países (ECRIS_TCN), creando así un gran centro de colaboración judicial y policial europeo.
Algunos lo han denominado el Gran Hermano de Europa, por ser una de las mayores bases de datos biométricos del mundo y llegar en una época en la que el uso de la Inteligencia Artificial y el reconocimiento facial se está enfrentando en debates. La ciudad de San Francisco es una de las más críticas y podría ser la primera en prohibir su uso.
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Hasta ahora, el debate que ha llevado esta propuesta a ser aprobada por el Parlamento Europeo sólo ha justificado su creación para facilitar el control migratorio y agilizar la persecución de delincuentes, pero siempre existe el riesgo de que se apliquen de forma incorrecta, el tiempo dirá.
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