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Dispuestos a cambiar su privacidad por una galleta

Miguel Morales

Datos personales por galletas
Una artista cambiaba a los asistentes a una feria de Nueva York sus datos personales por galletasLos viandantes llegaron a dar nombre, dirección, número de la seguridad social e incluso sus huellas dactilaresAccedían a unos términos que permitían que ella hiciese lo que quisiera con la información

En un experimento muy poco científico pero decididamente delicioso, los newyorkinos entregaron su información personal, desde huellas dactilares hasta parte de su número de la seguridad social, a cambio de una galleta. “Es ridículo lo que la gente estaba dispuesta a darme”, declaró la artista Risa Puno, que fue quien condujo el experimento al que llamó “Por favor permitan las cookies” en un festival de arte de Brooklyn.

Las cookies eran, en realidad, cookies, con sabores tales como “Flor de sal con Chili chocolateado” y “Pimienta en grano de pistacho rosa”. Para hacerse con una de estas deliciosas galletas, los viandantes tenían que dejar en el pequeño puesto de Risa Puno toda su información personal.

Y no hablamos de nombre y correo electrónico. Debían dar también su dirección, su número de carnet de conducir, su teléfono y el nombre de soltera de su madre. Efectivamente, la respuesta de seguiridad por excelencia también se intercambió por una galletita.

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Más de la mitad de la gente permitió que Puno los fotografiase, y algo menos le entregaron también los últimos cuatro dígitos de sus números de la seguridad social. Aproximadamente un tercio le permitió también tomar sus huellas dactilares.

Cuando la gente le preguntó a Puno que qué pensaba hacer con su información, ella se negó a decirlo, pero les remitió a sus términos de servicio, una página entera escrita en una tipografía minúscula, en la que ponía entre otras cosas que podría utilizar los datos o compartirlos con quien ella quisiera.

Este experimento confirma lo que muchos expertos ya aseguraban: muchos americanos (y de hecho, mucho público en general) no tienen ni idea del valor real de sus datos personales, y consideran que los términos aceptables de privacidad pueden depender de las circunstancias.

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