Roban 1,2 millones a Amazon y la compañía ni se entera

Erin Finan y Leah Finan son los dos protagonistas de esta rocambolesca historia en la que hay robo, engaño, lavado de dinero, autoridades ficales y comercio online, en concreto a través de Amazon. Ambos, de origen estadounidenses, se las apañaron para engañar a Amazon y robar 1,2 millones de dólares sin levantar sospechas de la compañía.
Probablemente se trata del mayor robo al comercio online de la historia, aunque el operativo necesario para llevarlo a cabo fue tan grande que llamó la atención de las autoridades, aunque no de Amazon, principal afectado. Su modus operandi es tan rebuscado que al parecer nadie en el gigante de la distribución pensó que se tratase de un fraude.
Comprar, pedir la devolución y jamás enviar el producto de vuelta
La estrategia de los Finan paraengañaraAmazonreside en la calidad de supolítica de devoluciones. Si alguna vez has descambiado un producto en Amazon, sabrás que es tremendamente generosa. Prácticamente siempre que envías un producto de vuelta por defectuoso acabas obteniendo el reembolso o un nuevo producto.
Esta pareja se dio cuenta de ello, yendo aún más allá: Amazon suele enviar el nuevo producto antes de comprobar que el defectuoso ha llegado a su almacén. Al parecer les sale más barato hacerlo así que investigar si dicho artículo está realmente en mal estado y esclarecer, en caso afirmativo, quién es el culpable.
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Con esta información en la mano, los Finan se dedicaron en cuerpo y alma a explotar este error de la compañía distribuidora. Crearon decenas de identidades falsas para comprar miles productos de forma online sin que Amazon pudiera rastrear el origen de tales compras.
Una vez tenían dichos artículos en su poder, los protagonistas del robo -a través de sus falsas identidades- solicitaban la devolución del producto en Amazon, aunque en realidad jamás enviaban de vuelta el que habían comprado. Así, sin comerlo ni beberlo, se encontraba con dos artículos -normalmente tecnológicos, los de más valor- al precio de uno.

De Delaware a Nueva York y de ahí a la reventa
Para monetizar elfraudea lapolítica de devoluciones de Amazon, los dos ladrones necesitaban un colaborador. Había que dar salida a ese stock de artículos y para ello contactaron con un tercero. Danijal Glumac fue el que se ofreció para reventar todas esas Xbox, GoPro o teléfonos móviles, y para ello utilizó una empresa desconocida localizada en Nueva York.
Se desconoce quién compró todos estos productos, que seguramente fueron vendidos a través de una red de tiendas de segunda mano. El caso es que la operación de reventa generó 1,2 millones de dólares, de los que Danijel se quedó con 500.000 y los Finan se quedaron con 700.000.
El negocio parecía absolutamente redondo en todos sus términos, ya que Amazon jamás se planteó abrir un proceso legal por separado a las cientos de personas que decidieron devolver productos que jamás llegaron a los almacenes. Otro gallo habría cantado de haber sido un único usuario.
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Con Hacienda hemos topado
Por suerte para Amazon, hay una institución más antigua que el comercio online especializada en detectar y perseguir fraude: la autoridad fiscal. Con la ayuda de la Policía, el servicio de impuestos de Estados Unidos -AKA Hacienda- detectó que los Finan y Glumac estaban lavando cantidades importantes de dinero, y ellos no dudaron en actuar.
Realmente tuvieron que investigar poco. No tardaron demasiado en darse cuenta de que todas esas personas que compraban online eran en realidad sólo dos, y que esos productos acabaron generando unos ingresos no declarados al fisco.
El resultado es que todos ellos han sido condenados a indemnizar a Amazon por el valor de los productos robados, además de a pagar 500.000$ de multa y enfrentarse a un proceso penal que puede costarles 20 años de carcel. A veces robar no sale gratis, por suerte.

[Fuente: The Star Press]
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