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Seis londinenses entregan a su hijo mayor por Wi-Fi gratis

Seis londinenses entregan a su hijo mayor a cambio de WiFi gratis.
La empresa de seguridad F-Secure se propuso realizar un experimiento para alertar sobre los contratos de uso que firmamosInstaló un punto Wi-Fi gratuito que pedía aceptar un contrato con una claúsula que obligaba a entregar al hijo primogénito para toda la eternidadSeis personas firmaron el acuerdo

Utilizamos docenas deservicios de Internet, y todos ellosnos exigen leer y aceptar uncontrato.

Contrato que, en la mayoría de los casos, está redactado de forma confusa, monótona, espesa, llena de términos legales, redundancias, letra pequeña y otros trucos para que no le prestemos mucha atención.

Reconozcámoslo: casi nadie nos lee. Y aunque, en la mayoría de los casos, si no los leemos lo máximo que perderemos es el derecho de reclamación cuando surgan problemas, hay que tener cuidado. Porque un contrato puede contener cualquier cosa...

Que se lo digan a seis londinenses que han firmado un documento mediante el cualentregan a su hijo primogénito, para toda la eternidad,a cambio de poder conectarse a unpunto de acceso WiFi gratis.

Por suerte para ellos, el poseedor de los derechos del contrato, la firma de seguridad finlandesa F-Secure, ha confirmado que no tiene intención de poner en práctica dichos privilegios. Entre otras razones porque, tal como afirman jocosamente, "nuestros abogados nos confirman que va contra la ley traficar con niños, así que no podríamos ejercer nuestros derechos en un juicio...".

Cómo protegerse al usar Wi-Fi gratis

Todo se trata de un experimento llevado a cabo por F-Secure. Con el permiso de Europol, puso en marcha un punto Wi-Fi gratuitoen Londres, que movió por diferentes calles. Cualquiera que buscase puntos Wi-Fi gratuitos podía conectarse gratis, pero debía aceptarel contrato. Un documento de uso del Wi-Fi estándar, salvo que contenía una especie de Cláusula Herodes: Si te conectabas alpunto Wi-Fi gratuito, debíasentregar a tu hijo primogénito, para toda la eternidad.

Como era de esperar, varias personas aceptaron el contrato sin leerlo. Lógicamente no tiene validez, pero si en vez de un experimento fuese un contrato real con claúsulas abusivas aunque legales, dichas personas las hubiesen aceptado, y hubiesen tenido que cumplirlas.

Queda el consuelo de que la Humanidad no está del todo perdida: 27 personas leyeron el contrato y no lo aceptaron. Es, sin duda, el dato más asombroso de toda la noticia...

[Fuente: Lara Fernández (Fusion.net)]

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