El sexting, en aumento entre los adolescentes: 3 de cada 10 lo practica
La tecnología tiene muchas ventajas y aspectos positivos, pero también puede tener un lado negativo si no se utiliza de una forma adecuada. Una prueba de ello es el aumento de la práctica del sexting entre los adolescentes, que de acuerdo con las últimas investigaciones resulta bastante preocupante porque los jóvenes se inician en ella a edades cada vez más tempranas.
El sexting (acrónimo de sex y texting, sexo y escribir mensajes en español) es una práctica que consiste en el envío de mensajes, fotos o vídeos de contenido sexual a través del móvil utilizando aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico u otro tipo de herramientas de comunicación. Este fenómeno se empezó a popularizar hace unos años con el auge de las apps de mensajería efímera, como Snapchat, en las que los contenidos se destruyen pasado un tiempo, aunque los receptores tienen a su alcance distintos mecanismos para capturar las imágenes y guardarlas de manera permanente.
En 2016, el 10% de los jóvenes entre 10 y 16 años admitían haber enviado o recibido fotos o vídeos de estas características, pero en la actualidad la práctica del sexting se ha extendido. Según una investigación que recoge datos de 39 estudios de Europa, Estados Unidos, Canadá, Australia, Sudáfrica y Corea del Sur, un 27% de los adolescentes de estas edades intercambia mensajes eróticos a través del móvil, y se ha observado que su prevalencia ha ido aumentando con el tiempo.
Por otra parte, de acuerdo con los datos recogidos en el libro Entre selfies y whatsapps, coordinado por profesores de la Universidad del País Vasco, hoy en día tres de cada diez menores de entre 11 y 16 años de Europa y Latinoamérica reconoce haber practicado el sexting, y el 14% de ellos señala haberse sentido un poco o muy disgustado por ello. Aunque el 94,5% admite que se trata de una práctica peligrosa, el 44,7% señala que es parte del juego sexual.
El riesgo del sexting reside en que los receptores de los mensajes con contenido erótico pueden compartirlos con otras personas, o utilizarlos para llevar a cabo chantajes, conocidos como sextorsión, o también hacer ciberbullying. Teniendo en cuenta que, según los datos de Entre selfies y whatsapps, en la actualidad los niños obtienen su primer móvil a los ocho años, es importante que los padres informen a los menores de los peligros de este tipo de prácticas y que supervisen la actividad de sus hijos con el smartphone.
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