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10 trucos para mejorar tu velocidad lectura

Andrea Núñez-Torrón Stock

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Aprender a leer rápido sin dejar de obtener una adecuada comprensión de los contenidos no es cosa de un día, pero existen diferentes trucos y recomendaciones muy útiles para adquirir y desarrollar esta útil habilidad. Con ella, ganarás en productividad, memoria y rendimiento.

Existen diversos métodos para leer más rápido sin dejar de comprender un ápice el contenido que pasa por tus retinas. En este post sintetizaremos varios de ellos. Lógicamente, cuantos más combines o alternes, mejor.

No existe una fórmula mágica para acelerar la capacidad de lectura de un día para otro, por lo que deberás dedicarle unos minutos al día a esta practica si quieres ver progresos pronto en tu velocidad a la hora de leer. ¡Vamos allá!

10 métodos y consejos para aumentar la velocidad de lectura

  • No subvocalices: ¿Sabes lo qué es la "subvocalización"? Se trata de la pronunciación inconsciente -muchas veces, parcial y entrecortada- de las palabras mientras leemos, especialmente mientras estudiamos. Aunque este hábito pueda ayudarte a recordar conceptos, lo cierto es que supone un gran obstáculo para la velocidad de lectura. Procura no hacerlo.
  • Evita las regresiones en el texto: Cuando lees, a veces los ojos retornan para revisar palabras ya leídas. A menudo, son movimientos breves que no mejoran la comprensión del texto y que sonfruto de las distracciones y la falta de concentración. Por lo tanto, intenta estar concentrado y en todo caso, es preferible que aminores la velocidad de lectura.
  • Fíjate en los movimientos oculares: Los ojos se detienen en algunas palabras y se saltan otras, ya que solo leen en estado de reposo. Si aprendes a realizar menos movimientos oculares por cada línea leída, aumentarás en gran medida tu capacidad de lectura. Las investigaciones en esta materia revelan que hay límites para cuánto podemos visualizar a la vez: normalmente, puedes leer ocho letras hacia la derecha de la posición de tu ojo, pero solo cuatro hacia la izquierda. Esto es aproximadamente dos o tres palabras a la vez.
  • Márcate un ritmo más rápido de lo que puedas entender y practica a partir del mismo: Este ejercicio se basa en aumentar tu rapidez de lectura y tus reflejos, para más tarde llegar a la comprensión del contenido. Para ello, puedes mover un lápiz a lo largo del texto e intenta pasar un par de minutos leyendo al ritmo al que lo mueves. Haciendo pequeños descansos, intenta aumentar el tiempo que pasas leyendo y la velocidad a la que pasas el lápiz por las líneas, intentando comprender en la mayor medida posible el contenido.
  • Prueba el software PVSR: Este método, siglas de la presentación visual serial rápida,  es una técnica de presentación visual que muestra la información por fragmentos y de manera secuencial, aportando una relación entre la información mostrada y el espacio/tiempo. Para ello, la aplicación telefónica o programa informática te muestran muy rápidamente un texto, pero con una sola palabra a la vez. Puedes elegir la velocidad de lectura que quieras, tratando de recordar el mayor porcentaje posible de palabras sin perder comprensión.
  • Lectura superficial: Se trata de un método útil y muy eficaz para alcanzar la comprensión superficial de un texto, especialmente a la hora de repasar para estudiar o leer el periodico. Para ponerlo en práctica, debes leer los títulos y los encabezados de las secciones,, en orden jerárquico. Te ayudarán los índices y los subtítulos para absorber las principales ideas del texto. A continuación, puedes leer el comienzo y el final de cada sección, con las introducciones y los resúmenes. Es importante que comprendas lo que lees para poder sacarle partido a esta técnica. 
  • Intenta leer por bloques para leer más rápido: Evita leer palabra por palabra. Una de las prácticas comunes que disminuyen enormemente la velocidad de lectura es la práctica de leer cada palabra individual de forma separada. Los lectores sin experiencia leen la oración "el vaso está en el mesa" como "el" + "vaso" + "está" + "en" + "la" + "mesa", procesando así cada palabra individualmente. Sin embargo, el cerebro tiene una capacidad asombrosa para llenar los vacíos de información, por lo que puedes entrenar tu cerebro para que procese las frases leyendo solamente un 50% de las palabras.
  • Fíjate en las palabras clave a lo largo del texto: Estas son los sustantivos, adjetivos y verbos. Al estudiar puedes encerrarlas en un círculo -en ocasiones ya aparecerán ideas destacadas en cursiva, negrita o subrayado- y a la hora de leer un libro intenta dirigir tu atención a ellas por encima del resto. Por otra parte, puedes utilizar los márgenes para elaborar tus propias anotaciones abreviadas.
  • Si te pierdes, repasa la primera oración de cada párrafo, ya que te mostrarán los puntos clave del texto. Si existen imágenes, fotografías, diagramas o infografías -abundantes en manuales específicos, revistas y publicaciones digitales- estas también son un importante apoyo complementario a la comprensión lectora.
  • Mide tu velocidad de lectura: Así podrás constatar tu evolución en torno a la capacidad de lectura. Normalmente, se mide en palabras por minuto -ppm-. Para la medición, debes contar la cantidad de palabras que hay en una página -o contar la cantidad que hay una línea y multiplicarla por la cantidad de líneas de la página-. Una vez hecho esto, con la ayuda de un cronómetro márcate un lapso de tiempo -por ejemplo, 5 o 10 minutos- y averigua cuánto puedes leer en ese período. Aproximadamente, de 200 a 250 palabras por minuto es la velocidad de lectura esperada en una persona mayor de 12 años de edad, 300 ppm es la velocidad de lectura de un estudiante universitario promedio. Si alcanzas las 450 ppm, leerás tan rápido como un estudiante universitario cuando realiza una lectura superficial de los puntos principales, si alcanzas las 600 o 700 ppm, eres tan veloz como un estudiante universitario cuando ojea un texto para encontrar una palabra. Si llegas a 1000 o más ppm, significa que te encuentras al nivel de los lectores más veloces que existen.

Este artículo fue publicado en TICbeat por Andrea Núñez-Torrón Stock.

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