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8 consejos para motivarte en el trabajo

Cristina Fernández Esteban

Ordenador triste
Varios factores pueden hacer que un trabajador se sienta desmotivado en su trabajo: falta de retos diarios, conflictos con los compañeros o jefes o falta de vocación son alguno de ellos.

Por mucho que ames tu trabajo los lunes son lunes para todos. Tener que volver al despertador, a las obligaciones, al estrés de la semana cuesta. Pero a veces cuesta demasiado. 

Tanto que el mero pensamiento del trabajo puede generar estrés o apatía. Tanto que el fin de semana estás más pendiente de lo poco que queda para el siguiente lunes que de aprovechar los días libres que tienes por delante. Tanto que acabada tu jornada laboral, el tedio y la frustración del trabajo siguen ahí.

Si es tu caso puede que estés sufriendo una crisis laboral que esté haciendo que cada vez tu empleo se te antoje más insoportable. No se trata de un trabajo en sí horrible, sino más bien de que aquello que hasta entonces hacías, vamos a decir de buen gusto, de repente no lo soportas más.

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La desmotivación laboral no es un asunto a tomarse a la ligera. Esta puede conllevar estrés, falta de productividad y compromiso que a la larga impacte de manera negativa tanto en el trabajador como en la compañía. No es difícil entender que un empleado insatisfecho y apático trabajará peor.

Por qué estás desmotivado en tu trabajo

¿Pero a qué se debe esta apatía laboral? En opinión de la psicóloga especialista en salud laboral y Recursos Humanos, Elisa Sánchez esto puede deberse a diversas causas.

Por un lado una  falta de retos en el trabajo puede conducir hasta el aburrimiento o en términos más técnicos al  síndrome boreout. Las tareas empiezan a percibirse demasiado rutinarias y mecánicas lo que lleva a que no se encuentre aliciente alguno para rendir.

La imposibilidad de promocionar, la falta de autonomía en el trabajo, o llevar a cabo tareas demasiado repetitivas son algunas de las causas que puede llevar a esta apatía laboral. 

Por supuesto la falta de ganas de ir al trabajo también puede estar vinculada a la existencia de algún tipo de conflicto. Mal ambiente laboral, problemas con algún compañero, un liderazgo tóxico o incluso cuando la propia cultura empresarial no se alinea con tus creencias y opiniones.

Asimismo, Sánchez considera que en muchos casos esta desmotivación laboral viene de las expectativas que una persona se ha marcado en su trayectoria profesional.

"Habitualmente nos ponemos unos objetivos para dentro de 2, 5, 10 años. A veces estas crisis se dan con las décadas, la década de los 40 de los 50... y cuando llega ese momento se da la posibilidad de decidir si se han cumplido o no se han cumplido", considera la especialista.

"Si [los objetivos] no los he cumplido esto puede generar malestar, sobre todo si estoy muy alejado de llegar a ellos y veo que en ese contexto o en la empresa en la que estoy va a ser difícil", concluye.

Puede que incluso vaya más allá y se trate de una crisis laboral más profunda, en la que alguien se da cuenta de que su trabajo realmente no le satisface. Que su profesión no es algo vocacional por lo que merece la pena levantarse cada día.

Como enumera Sánchez este puede ser el caso de personas que no estudiaron aquello que realmente querían o que que por las circunstancias se vieron obligadas a trabajar en algo distinto de su formación.

La crisis económica generada por el coronavirus no pone las cosas más fáciles.

"Ponte alguien que piensa ya he cumplido mis objetivos y lo que necesito son nuevos retos, pero ahora con la crisis que hay, también necesito seguridad, estabilidad económica...esto genera mucho ruido mental", puntualiza la especialista.

Una consideración también compartida por la coach y especialista en comunicación interpersonal y laboral, Ana Sánchez-Anegón, CEO de la compañía El Animal Emocional.

"Todos nos hemos encontrado en una situación de desmotivación y la crisis económica no facilita una actitud optimista, lo que nos lleva a una situación que yo llamo estancamiento emocional, en la que al no ver nada positivo, nos convertimos en autómatas", indica.

Para lograr minimizar el impacto de esta crisis en tu salud, ánimo y trayectoria profesional, ambas especialistas han facilitado algunos consejos con los que hacer más llevadera y superar una falta de motivación en tu trabajo.

1. Identifica qué está causando esa desmotivación

Para poder poner fin a una problema lo primero es poder identificar qué lo genera. Por ello, Sánchez, recomienda que antes de tomar cualquier medida frente a un estado constante de frustración y falta de ganas en el trabajo es "una autoreflexión para ver cuál es la causa" de ello.

"Hay que analizar qué es lo que ha generado esa crisis o esa desmotivación" y desde ahí buscar la solución.

Si lo que está ocurriendo es que la tarea es muy fácil simplemente lo que tienes que hacer es hablar para poder optar a otras funciones que te supongan un reto. Si es un conflicto lo que se requerirá es poder gestionarlo con la persona implicada, o incluso poder cambiar de equipo de trabajo.

También es importante "diferenciar una desmotivación laboral de esa crisis existencial o incluso de una depresión" subraya Sánchez.

"Reflexiona sobre si es vocacional o no. Si has cambiado o perdido esa vocación, o has podido idealizarla.  Si se trata de una falta de vocación puede ser el momento de que te focalices en buscar realmente que es lo que te gusta, lo que te da esa energía y vitalidad que te falta", aconseja.

2. Céntrate en lo que sí te gusta del trabajo

Es muy poco probable que no exista ni un solo aspecto de tu empleo que no te guste.

Por lo que prestar atención a esos aspectos que sí te resultan agradables te ayudará a obtener esa energías que te faltan o por lo menor a no sentirte demasiado agobiado con tu empleo.

Prueba a recordarte de manera frecuente estas cosas buenas. Puede ser también útil apuntarlas en una libreta.

Sánchez incluso aconseja ir más allá.

"Agradece a tus compañeros, a los usuarios o clientes si te hacen sentir realizado... a veces esa parte se queda dentro de nosotros y la callamos y es importante agradecerlo y comunicarlo", asegura.

3. Busca el apoyo de tus compañeros de trabajo

En línea con el anterior consejo, Sánchez- Anegón también recomienda "apoyarse en las personas que nos gustan a nivel humano en el trabajo" como forma de hacer este más llevadero.

"Los amigos nos pueden salvar. Olvidemos lo de 'no estamos aquí para hacer amigos'. ¡No he oído algo más anacrónico!", advierte. 

Leer más: Los 9 factores que más repercuten en la felicidad en el trabajo, según los trabajadores

Los beneficios de las relaciones sociales puede mejorar el humor incluso a nivel físico, en opinión de la coach emocional.

"El fortalecimiento de estas relaciones humanas nos ayudarán a segregar oxitocina, (la hormona de los vínculos emocionales), y es esencial en momentos de bajón en la que no encontramos salida", añade.

4. Ponte retos diarios que te hagan sentirte realizado

Si lo que te sucede es que te sientes estancado en tu trabajo, "favorece la motivación intrínseca, no esperes que esta venga de algo o alguien de fuera" puntualiza la psicóloga laboral.

Para lograrlo, aconseja marcarse nuevos retos de manera diaria.

"Piensa 'qué es lo que tengo que haber hecho en mi trabajo para que diga hoy ha merecido la pena'. Qué me daría satisfacción, qué cosas me autorrefuerzan a corto plazo".

Identificar esto, y ponerlo en práctica cada día, te ayudará a sentirte más útil y realizado contigo mismo.

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Asimismo puedes solicitar a recursos humanos o a alguien de tu equipo con quien tienes confianza buscar tareas que podrían motivarte más.

"Intenta explorar qué opciones tienes para ver si eso te puede motivar. La empresa agradecerá esa flexibilidad en ti y si no lo hace, puede ser el momento de ir pensando en cambiar de empresa. Te mereces estar a gusto, recuérdalo", señala Sánchez- Anegón.

5. Compatibiliza los retos diarios con otros a medio plazo

"Pon los pies en hoy pero la vista en un medio plazo", sugiere Sánchez.

Es decir, mientras que buscas cómo gestionar tu crisis a corto plazo para sentirte mejor, no pierdas de vista aquello que a largo plazo puede darte lo que anhelas en tu carrera profesional.

"Si por ejemplo te sientes estancado porque no puedes promocionar mira qué necesitas para lograrlo. Si para dirigir ese proyecto necesitaría un máster, no te quedes en el victimismo de quejarte no tengo ese máster, no tengo esa experiencia... haz por adquirirla."

6. Aléjate de lo que te genera malestar y cambia tu actitud por una más proactiva

Muchas veces lo que lleva a generar más malestar son las comparaciones que estableces respecto de los demás. Desde la perspectiva de Sánchez lo adecuado es evitar este tipo de pensamientos todo lo posible.

"Aléjate de todo esa basura mental que lo único que está haciendo es hundir más tu motivación. Si estás todo el día diciéndote "ese gana más que yo", "trabaja menos que yo"...  es muy difícil que al día siguiente te levantes con energía positiva" analiza la psicóloga.

Respecto de esto, la especialista considera que uno de los mayores errores a la hora de afrontar una desmotivación laboral es caer en el victimismo de culpar siempre al otro. 

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"Son los jefes, los compañeros, me pagan poco... eso hace que entremos en un rol de víctima que hará que estemos apáticos, con unas emociones enquistadas que no promueven la acción. Es decir, vamos a estar en la desmotivación constante."

Lo adecuado frente a esto es cambiar la mentalidad de víctima por la de protagonista. "Todo lo que tiene que ver con ese empoderamiento de 'yo puedo salir de donde estoy'" explica.

7. Aprovecha el tiempo libre para elaborar un plan de salida

Por supuesto si tu trabajo te disgusta hasta el punto de generar en ti apatía y ansiedad, lo más adecuado es que pienses en buscar otro.

"Después del trabajo, dedica unos minutos a conectar contigo, con tu estado emocional, muévete, medita y elabora un plan de acción en el que analices cuál va a ser tu salida y hacia dónde", estima Sánchez-Anegón.

Puede ser un nuevo trabajo, un nuevo país, un nuevo máster. Olvídate de los límites. Vivimos en una cultura en la que parece que si has estudiado arquitectura no puedes dedicarte a ser chef. ¿Y quién sabe si eso es lo que te motiva ahora?" sopesa la coach emocional.

8. Céntrate en otros aspectos de tu vida

No todo es el trabajo y deberías ser consciente de ello. Nuestro rol o profesión ni siquiera nos define como personas, pero a veces esto se olvida en el sistema competitivo y de éxito en el que vivimos.

"Busca esos aspectos positivos de tu vida que no sean el trabajo" alienta Sánchez.

"Lo laboral no tiene que ser la mayor fuente de energía, de satisfacción, entonces busca si es el ocio, los amigos... eso que ahora mismo te da esa motivación y céntrate en ello. No pienses de forma dramática que como estás mal en el trabajo ya estás mal en todo lo demás. Busca esa positividad en otras tareas de la vida" enfatiza Sánchez.

Este artículo fue publicado en Business Insider España por Cristina Fernández Esteban.

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