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Así afecta a tu cuerpo dormir mal (o no dormir lo suficiente)

Las consecuencias de dormir mal

Por todo el mundo es más que de sobra sabido que dormir mal provoca una serie de efectos negativos en el cuerpo. Pero más allá de lo que todos hemos escuchado alguna vez sobre las consecuencias de no dormir lo suficiente... ¿alguna vez te has preguntado cuáles son los efectos concretos que causa una noche de insomnio? ¿Sabías, por ejemplo, que el hecho de que te sientas con más energía tras una noche sin dormir es solamente un anticipo de todos los efectos negativos que vendrán después?

Sí, una noche sin dormir de primeras no es necesariamente algo malo. Tras una primera noche con pocas horas de sueño, el sistema mesolímbico se estimula y la dopamina fluye; es por eso por lo que te sientes con más energía, tienes mayor motivación e incluso eres más optimista ante los retos del día. De hecho, es posible que aumente tu deseo sexual.

Sin embargo, todo esto no es más que un engaño momentáneo: a las pocas horas te empezarás a dar cuenta de lo malo que es dormir poco durante la noche.

Pasadas las primeras horas de ese momento inicial de energía, poco a poco el cerebro empeza a desactivar las regiones encargadas de planificar o evaluar decisiones. Es por ello por lo que te darás cuenta de que a medida que avanza la mañana te cuesta más tomar incluso las decisiones más simples, lo que conlleva el riesgo de que al no analizar las consecuencias te acabes convirtiendo en una persona impulsiva.

Todas estas consecuencias de dormir mal no han hecho más que empezar. Estamos hablando todavía de las primeras horas después de una noche sin dormir, y tu cuerpo ya empezará a sufrir los primeros síntomas de tiempos de reacción más lentos y dificultades para realizar acciones cotidianas. Poco a poco, irás notando cómo empeoran tus funciones perceptivas y cognitivas.

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Pero una cosa es una noche mala en la que has tenido problemas para dormir, y otra es que esa situación se agrave con varias noches seguidas sin dormir. Después de estar entre 24 y 48 horas sin dormir, dejamos de metabolizar la glucosa como deberíamos y el sistema inmune empieza a fallar. A los dos días seguidos sin horas de sueño, nuestra memoria empieza a deteriorarse y, llegadas las 72 horas sin dormir, es posible que empecemos a sufrir alucinaciones.

Por lo tanto, habiendo leído este artículo ahora motivos para valorar la importancia de dormir bien ya no te faltan. Y si aún así quieres desafíar las leyes de la física, que sepas que el récord del máximo número de horas sin dormir deja el listón bastante alto: fue Randy Gardner quien, con 17 años de edad, estuvo 11 días sin dormir (264 horas) sin necesidad de ningún tipo de estimulantes.

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Etiquetas: Salud, sueños