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Avances en piel electrónica para dotar a las prótesis de sensibilidad

piel electronica
Unos científicos están desarrollando materiales capaces de crear una piel electrónica artificial para que las prótesis puedan tener sentido del tacto. 

El laboratorio de Zhenan Bao, ubicado en Stanford (Estados Unidos), está desarrollando materiales capaces de crear una piel electrónica artificial para que las prótesis puedan tener sentido del tacto. 

Los compuestos con los que está trabajando el equipo de investigación de Bao son suaves, flexibles, adherentes y aislantes para imitar la piel humana. Gracias a estos materiales, pacientes con miembros amputados o quemaduras pueden llevar a cabo actividades como manipular objetos delicados.

Para replicar las características y cualidades de la piel, este laboratorio ha desarrollado nuevos compuestos químicos para cada componente electrónico, sustituyendo los elementos rígidos por otros más elásticos fabricados con moléculas orgánicas, polímeros y nanomateriales. 

La piel electrónica artificial está formada por sensores táctiles, transistores, cables y otros componentes electrónicos colocados sobre láminas de goma elásticas y con propiedades de autoreparación.

Para fabricar un sensor táctil, los científicos mezclan goma con carbono conductivo, con un voltaje que varía en función de la presión. Los datos de estos sensores son procesados por un transistor flexible que se elabora con nanotubos de carbono, polímeros electrónicos y tinta con nanopartículas de plata. 

Piel artificial

Dependiendo de su diseño, estos sensores pueden ser tan sensibles como la piel de las personas, e incluso más. Al recubrir las prótesis con esta piel electrónica, los miembros artificiales pueden sentir presión y procesar los datos sensoriales. Se espera que en el futuro puedan conectarse al sistema nervioso para dotarlas de sentido del tacto. 

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El laboratorio de Bao trabaja con piel electrónica artificial desde el año 2010 y se encuentran en constante innovación. Ahora están trabajando en materiales que optimizan las propiedades de los compuestos actuales, como un polímero mucho más flexible que la epidermis. Tiene la capacidad de estirarse hasta 100 veces su longitud normal sin romperse, y podría funcionar como un músculo artificial frágil, puesto que se contrae y se expande con un campo eléctrico. 

Los científicos también están trabajando en el diseño de circuitos que envíen señales al sistema nervioso, puesto que el gran objetivo de este proyecto no es otro que dotar de sentido del tacto a las prótesis para que las personas con miembros amputados puedan volver a sentir. 

[Fuente: MIT Technology Review]

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